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Los Guerreros del Catatumbo - por chemanuel

LOS GUERREROS DEL CATATUMBO

Graily caminaba por las praderas verdes de El Catatumbo, un pueblo suspendido en las nubes. Se sentó en una gran roca a orillas de El río Coraz. Acariciaba su larga y gris barba, mientras apoyaba un alto bastón en el suelo; meditaba para poder llegar a un estado de Sortilegio. Levantó su túnica violeta de bordes dorados y se perfiló hacia el agua, sumergió los pies en ella. Tras un minuto el caudal se empezó a tornar rojizo y uno a uno se fueron apilando cadáveres. El mago estaba claro que era presagio, de la mortandad que estaba por arribar.

En el Circulo de la Corte, un vigilante empuñó su daga y la clavó en la espalda de su compañero. A otro que intento reaccionar, le cortó el cuello. Salió sigiloso, llevándose cubierto con una manta, el libro que guardaba: cada secreto, táctica de batalla y hasta hechizo que se había registrado en más de 300 años.

La noticia se esparció en el pueblo como polen en el aire. Un estado de alteración absorbió a todos, en cada casa y calle se comentaba, hacían suposiciones acerca de ¿por qué? y ¿quién?, había ordenado el robo. El círculo estaba seguro que había sido el clan de Los Hijos de la Sombra y solo esperaban a Graily para entrar en sesión.

– Debemos atacarlos- dijo Criptón, el líder de los soldados- hay que recuperar el libro como sea.
– He visto un baño de sangre- dijo Graily- hay que ser cautelosos.

Criptón giró hacía Horacio, que permanecía en silencio.

– Que piensas tú- Le preguntó.
– Debemos ir por ellos- respondió el estratega- pero tenemos que buscar otro campo de batalla.

Los presentes propusieron varios nombres, hasta que se escucho el de ¡El Valle de los huesos!.

– Si, el valles es un buen lugar- afirmó Horacio- debemos enfrentarlos en el día.
– Su hechicero es más poderoso en la noche- dijo Graily- es buena idea.

Criptón acertó con la cabeza y dio órdenes para que lleven el mensaje.

El clan acepto y al salir el sol, estaban los dos bandos frente a frente. Los Guerreros del Catatumbo se veían inferiores en número. Graily era punta de lanza, al igual que el hechicero del otro grupo. La sombra llevaba una capa negra; Su cuerpo era mitad calavera y la otra parte humano. Con los brazos hizo un movimiento de onda, y al final, de sus manos salieron partículas negras que se cernieron sobre sus contrincantes; secando sus pieles y comprimiendo sus órganos. Graily doblado de rodillas pensó, nunca he visto un ataque como este, pero debo resistirlo. La amatista en forma de media luna de su bastón empezó a absorber aquella energía malévola. Poco a poco se puso de pie. Dio vuelta al cetro y expulsó todo aquello por el extremo inferior, logrando que su ejército volviera a la normalidad.

– Dejad que ellos tengan su pelea- Dijo Graily, con una voz que se extendió más allá del valle- hagamos la nuestra en otra parte.
– Esta bien, seguro estas asustado- dijo la sombra- Elige donde quieras.

Graily señaló la dirección, y los dos tomaron camino.

Desde su caballo acorazado, Criptón apuntó a la derecha, hacía las colinas. Desde allá se tensaron los arcos y una lluvia de flechas silbaron el inicio de la batalla. Los del clan se abalanzaron para evitar otras andanadas de esos proyectiles de punta afilada. Criptón con espada en mano, iba dejando cuerpos cercenados a su paso. Los arqueros descendieron, y por el flanco posterior se incorporaron al combate cuerpo a cuerpo. Horacio quedó tendido en la mitad, sangraba tanto que sintió que el mundo se le escapaba por la boca… Se escuchaban gritos de dolor y las espadas chocando. De La Hoz tumbó al jinete y señalándolo le dijo << ¡voy por tu cabeza! >>. Asestó con su espada, pero Criptón lo evitó haciéndose para atrás, devolvió el golpe, pero sus armas se cruzaron, repitió y de La hoz lo eludió logrando ladearse, y pudo aprovechar el movimiento para cortar a su oponente en la pierna. Siguieron luchando hasta que Criptón enterró el acero; atravesando la malla del otro líder; entró de lleno en su garganta.

Pocos sobrevivieron. Sabían que no serviría de nada, si Graily no regresaba con el libro…

…A lo lejos pudieron ver que venía y solo así les volvió la tranquilidad a los guerreros del Catatumbo.

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