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La gallera - por marisacunyatmafe

La gallera bullía. En medio de un corro de hombres apretujados, se abría un círculo de arena ocre en cuyo centro se iba a librar el combate. El Juanele, un hombretón lisiado, corpulento, se hizo un hueco, como pudo, en la segunda fila. Se apoyó en la muleta para reacomodar un pestilente puro caliqueño en su boca. La parte inferior de la pernera de su pantalón, sujeta con dos pinzas a la altura del muslo, se balanceaba rápida según el movimiento de su portador. Flotaba un denso olor a excremento de gallina, a gasolina, a vino recio, a sudor de hombres. Sudaba el público en aquel viejo almacén, en la zona trasera del recinto en torno al cual se amontonaban en desordenada y colorida alineación, vehículos de todo tipo. Entre dientes, el Juanele farfulló:
-¡Vaya lugar secreto de mierda, me cago en la leche! Colorao está achicharrao.
El murmullo se hizo vocerío cuando el criador depositó las jaulas en un lateral. Atraídos por la curiosidad los hombres que ocupaban la primera fila se inclinaron hacia delante. Las banderitas de colores se ondularon y sonó la música. Se escuchó la tensión cuando los careadores pesaron a los púgiles, los calzaron con espuelas de acero, los exhibieron según los cánones de la liturgia y los lanzaron al coliseo.
Los dos gladiadores se observaron inmóviles. Simulaban ignorarse pero se lanzaban furtivas miradas de reojo. De repente, impelidos por una rivalidad instintiva se lanzaron el uno contra el otro. El ímpetu del asalto fue tal que el olor a sangre devino tan audible como el sonido de los golpes metálicos.
Colorao exhibió su cuerpo arrogante, de fuerte osamenta, irguió su cabeza, descrestada y desbarbada y alzó su musculoso cuello curvo. Al instante abrió sus rojizas alas, cacareó y se lanzó sobre su contrario con agresivos movimientos precisos y picotazos potentes. Coyote contraatacó con bravura. Era un ejemplar de porte gallardo, ágil en el equilibrio, fuerte con el aleteo y diestro con el espolón. Sus muslos y sus zancas flexibles, de cortador preciso, le permitieron responder con enérgicos golpes de acero que descentraron al rival. El pico curvado apuntaba a los grandes ojos, de iris rojo intenso que se movían rápidos en las cuencas, controlando al oponente. Pronto surgió la sangre, entre el volar de plumas. Alguien gritó:
-¡Mata a ese marica, mátalo!
La diversión en el espectáculo de pelea y muerte creció cuando un afilado acero reventó una arteria. Los potentes picotazos al cuerpo iban menguando las energías. Coyote era un noqueador nato y Colorao cayó sin fuerzas. Los impactos del espolón habían reventado su corazón y sus pulmones. Fuera de juego y desangrado se desplomó en la arena. Hubo un estentóreo clamor.
Al otro lado del círculo Gabriel, el chico, esperaba asqueado. Se había abierto paso a empujones y pisando pies entre la masa de espectadores ávidos, movidos por el afán de lucro fácil con la recaudación de las apuestas.
-¡Menuda colección de frikis!- pensó.
Bajo un ceño fruncido que delataba temor expectante, sus ojos gélidos lanzaban miradas hacia el portón de acceso del ilegal local. Confiaba en que su llamada delatora a la Asociación hubiese seguido el itinerario previsto.
El Juanele sintió un frío repentino. Estaba aterrado. La timba había alcanzado cifras de vértigo, de muchos miles de euros y Colorao era el favorito. Muchos, como él, pensaban obtener pingües beneficios porque Colorao ya les había permitido ganar muchas peleas pero era Coyote quien, de forma inaudita, seguía en pie en el ruedo, arrogante y vencedor tras mostrar claramente su superioridad.
En el mismo momento en el que los jueces proclamaban la nítida victoria en el cruel duelo, se escuchó un ulular de sirenas. Al Gabriel le escapó una sonrisa de alivio. El premeditado chivatazo había funciona

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4 comentarios

  1. 1. marisacunyatmafe dice:

    Gracias por las críticas.Me llama la atención que se pueda situar en el Caribe.En la Comunidad valenciana hay afición y es es ilegal,No veo el tema racial pero las sugerencias del texto tal vez haga saltar las connotaciones.Gracias de nuevo

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 12:27
  2. 2. Ada Lena G. P. dice:

    ¡Qué casualidad!¿Te preguntarás por qué? Pues porque, también barajé el tema de las peleas de gallos para enfocar el enfrentamiento que nos pedían que describiésemos. Sí, y para realizar el relato me documenté sobre el tema, ampliamente, para meterme en situación y recrear un contexto bien ambientado. Al final no concebí mi relato en torno al mundo gallero, pero si hago aparecer al gallo en este como uno de los personajes que contribuyen a desarrollar mi historia.
    Bueno, me ha parecido muy interesante que al final haya encontrado la idea materializada en tu relato. Por cierto, que has logrado representar con todo lujo de detalles este mundillo que se mueve entre la legalidad y la ilegalidad en algunos países. Nada racial, más bien diría que su trayectoría es cultural a lo largo de la historia presente en muchas partes del mundo, practicada y venerada por diferentes pueblos y estratos sociales.
    Usas un lenguaje muy apropiado para describir la situación y acorde con la jerga o dialecto de aquellos que son verdaderos galleros: púgiles, careadores, coliseo, ruedo, timba, gallera, arena…
    La descripción de Juanele es magnífica y has atinado con la elección del nombre de los gallos.
    El planteamiento de una estructura dinámica que respira en el desarrollo de una trama truculenta y salvaje. Donde los instintos violentos de los hombres se despachan con el maltrato de estos bellos y gallados animales. Práctica perseguida y prohíbida por ello en muchos países.
    Lo que me desentona es que en una gallera haya una persona, en este caso Gabriel, que use la expresión: “¡Menuda colección de frikis!” Expresión demasiado urbana a mi entender para una tradición que se ha vuelto tan localista como es la del careo de gallos. Aunque, La Real Academia Española ha acabado, en 2012, por añadir la entrada «friki» al avance de la vigésima tercera edición de su diccionario. Dicho diccionario define «friki» con tres acepciones, una de ellas refiriéndose a toda “persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición”. Si es así, puede comprenderse que la hayas decidido emplear, pero personalmente me la replantearía por el origen tradicional de dicha afición, que viene de milenios y ha sido universalmente practicada, (es solo una opinión y mera sugerencia).
    La tensión se mantiene constante durante toda tu narración y ello la hace muy amena e intrigante para el lector, que no se cansa.
    Me ha gustado tu estilo minucioso y elegante a la hora de tratar la temática.
    ¡Enhorabuena por este trabajo tan logrado!
    Te sigo leyendo…
    Saludos.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 23:49
  3. 3. Aurora Losa dice:

    Enhorabuena por cómo has reflejado no sólo la pelea en sí, sino el ambiente que la rodea, me encanta el uso de los adjetivos, un texto riquísimo. Ojalá la poli hubiera llegado antes, pero entonces no habría habido historia. Enhorabuena de nuevo, me ha gustado muchísimo.

    Escrito el 4 marzo 2014 a las 09:11
  4. 4. marisa cuñat mafé dice:

    Gracias por vuestros comentarios.Uso friki en el sentido de raros, estrafalarios pero es verdad que a lo mejor queriendo moldear al personaje como un ecologista, tal vez urbano,o al menos ajeno al ambiente escogí mal.La crítica hace reflexionar, mil gracias,de nuevo.

    Escrito el 4 marzo 2014 a las 17:42

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