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Pugna de poder - por andresjp

Sucedió de repente y sin que nadie lo espere, el viento de la tarde soplaba en aquella pequeña plaza mientras la nieve caía y cubría todo. Las personas refugiadas en las cafeterías de los alrededores no se percataron del duelo que estaba por comenzar en aquel lugar, a sólo una puerta de distancia.Los dos combatientes parados frente a la estatua, de aquel héroe olvidado en el tiempo y del que ya nadie hablaba, se miraban fijamente. Dentro de sus ojos se podía ver una llama que se encendía, era inminente el duelo que allí estaba por suceder, y sería una pelea a muerte.La nieve apartaba a los turistas aquel día, la plaza totalmente vacía sólo albergaba a los dos combatientes y al motivo por el cual se enfrentarán, nadie será testigo del duelo épico que estaba por tener lugar, y nadie estará ahí para felicitar al ganador y socorrer al perdedor, solamente aquella viaje estatua que hará de juez y público.
Los combatientes resistían el frío y se sostenían las miradas, ninguno quería perder la guerra psicológica que precede a la batalla física. El más pequeño dio un paso hacia adelante intentando sorprender a su contrincante, pero el otro, más grande y más rudo, no se movió ni centímetro, obligando al pequeño replantearse su estrategia. El viento soplaba, el tiempo pasaba y la tensión aumentaba, cuando el más grande decidió hacer el primer movimiento, intentó causar daño a su contrincante por sorpresa, pero no contaba con la velocidad del más pequeño, que dando un paso hacia atrás logró esquivar el golpe, dejándole en una situación privilegiada para atizarle un fuerte porrazo, que a pesar de dar en su blanco, no provocó daño alguno a su contrincante. Asustado el pequeño por la resistencia de su oponente dió un salto atrás, mientras pensaba en maneras de ganar la batalla. El combate siguió así por un largo tiempo, el pequeño asestando golpes precisos y rápidos y alejándose mientras el grande resistía sin inmutarse y de cuando en cuando atacando e intentando derribar a su enérgico rival. Inmersos en su combate ninguno de los dos se percató del arribo de un tercer personaje, el cual los observaba desde lo alto de la estatua y estudiaba la situación con detenimiento, después de unos pocos segundos lo entendió todo y se lanzó en picada hacia el campo de batalla, con sus garras recogió un pequeño objeto, que se encontraba no muy lejos de donde se desarrollaba la pelea, y con la misma rapidez con que descendió abandonó aquella plaza sin que nadie lo notara.
Eran las 2 de la tarde y las campanas de la iglesia central repicaron, las personas que hasta hace un momento comían y reían amenamente en los bares del lugar empezaron a salir para proseguir con sus actividades diarias, la gente iba y venía, y nadie se percató de los cuerpos sin vida de dos aves tendidas en medio del parque, solamente un niño se acercó a ellas, las tomó en sus manos, los acercó a su pecho y con una lágrima recorriendo su mejilla salió corriendo para enterrarlos en el patio trasero de su casa. Las personas pasaron, el día se fue y la plaza una vez más se quedó sola, cubierta únicamente por aquel manto de estrellas e iluminada por la luz de la luna. A lo lejos la sombra de una pequeña ave llegó y se posó sobre la estatua, con cuidado el pequeño pájaro que había estado ahí en la tarde se acercó al sombrero de la estatua y con cuidado devolvió a su original dueño aquel tan especial adorno, que aquel día provocó el enfrentamiento a muerte entre dos amigos, el viento sopló y en el aire se pudo escuchar un susurro que decía gracias mientras el ave abandonaba la plaza en silencio. Nunca nadie se enteraría de aquella historia y los dos, el héroe olvidado y el pájaro peregrino guardarían el secreto hasta el final de sus días.

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