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Silencio, por favor. - por Expósito

Cruzó un cartel que decía: “Silencio, por favor”. Vega no tenía en mente hacer caso a esa regla.

La biblioteca estaba más llena de lo que deseaba. Estaba en su mayoría repleta de adolescentes enganchados a un libro. No se preocupó. Entre ellos encontraría a la persona que buscaba. Se trataba de una niñata coreana, con el pecho plano, que respondía al nombre de Min-Hee.

Eran viejas conocidas. Por su culpa, Vega se había tenido que tragar una depresión a golpe de chocolate. Afortunadamente no engordaba fácilmente.

La última vez que se vieron, aquella pequeñaja estaba cabalgando sobre las caderas de su novio. Fue una imagen asquerosa. Existía demasiada diferencia de edad entre los dos. Quizá no como para ser su padre, pero si un hermano mayor. Demasiado mayor. Desde entonces, Vega se preguntaba por qué su novio tenía que buscar placer bajo las faldas de una colegiala. Ella estaba convencida de que con su belleza podría tener a cualquier hombre comiendo de su mano. Y aunque había dejado a ese patán, dudaba de que fuese un castigo suficiente. Ya sufrirá su ira en otra ocasión. Ahora debía concentrarse en esa engreída fulana asiática.

Estaba de pie, cogiendo varios volúmenes de una estantería. No había sido difícil de localizar. Hizo las preguntas adecuadas a las personas correctas para encontrarla. La pequeña Min-Hee era clienta habitual de la discoteca donde Vega trabajaba y parecía ser bastante famosa. Quizá el tesoro que guardaba entre sus piernas era la verdadera celebridad.

Parecía esforzarse en sus estudios. Era una lástima que no se fuese a presentar a los exámenes. No tendría problemas para conseguir un justificante médico.

Se detuvo tras la joven, rozando accidentalmente el pecho contra su espalda.

«¡Jódete, zorra! Solo las mujeres de verdad tienen unas tetas como estas» pensó, dejándose llevar por una insana rabia inmadura.

La joven se volvió, y al reconocer a su asaltante, dejó caer los libros al suelo. Algunos siseos rogaron silencio, al igual que el cartel de la entrada. Agarró la larga melena negra de la adolescente y arrojó su ligero cuerpo contra la mesa más cercana. No aguantó el peso del impacto y reventó en pedazos. El estruendo puso en alerta a todos los presentes, incluyendo al guardia de seguridad. Vega les sorprendió con un arma semiautomática en la mano, abriendo fuego contra el pecho del hombre uniformado. La biblioteca se despejó en segundos. Solo quedaron las dos mujeres. Consiguió erguirla con un nuevo tirón de pelo y castigó su estómago con un rodillazo. La joven emitió un gemido y Vega desató su furia. Ya escuchó sus sucios gemidos cuando tenía a su novio dentro de sí. Le rompió la nariz de un cabezazo. El sonido que hizo el tabique la partirse resultó más gratificante.

Min-Hee trató de defenderse con arañazos y tirones de pelo.

«Ridículo».

–Deja de pelear como una niña y compórtate como la adulta que crees que eres.

Los nudillos de Vega se pelaban e hinchaban con cada puñetazo. Merecía la pena. Deformar su bonita cara era como esculpir una obra de arte. Parece una temblorosa masa amorfa.

Con eso sería suficiente. Salió por la puerta principal, donde se había aglomerado un buen número de personas. Seguramente llamaron a la Policía y tardaban en aparecer. Vega empuñaba su arma y solo tenía que dirigir una iracunda mirada para que nadie se atreviera a acercarse. Se metió en el coche y logró escapar sin más obstáculos. Para cuando investigasen lo sucedido, ella ya no estaría en el país. La justicia es lenta en España.
Y así pasaron algunos meses. Antes de marcharse al extranjero, hizo una parada por el hospital. Debía despedirse, entre otras personas, de la pequeña Min-Hee. Descansaba en una camilla, conectada a montones de tubos y cables. La joven coreana no era consciente del peligro que corría. Pero en lugar de darle el golpe de gracia, Vega le regaló una caja de bombones junto a una tarjeta. Si lograba despertarse y la leía descubriría que no se trataba del regalo de un admirador secreto. Decía así:

«Si te recuperas y vuelves a meterte en la cama equivocada, te buscaré y acabaré lo que he empezado. Así que hazme un favor y muérete pronto. Me ahorrarás todo el trabajo».

Y desde el punto de vista sociópata de Vega, no eran malas noticias. Ella sabía muy bien que las depresiones se pasan mejor con chocolate. Sobre todo si no engordas y conservas los dientes para poder masticarlo.

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7 comentarios

  1. 1. David Rubio dice:

    Extraordinario relato. Me ha encantado. La tarjeta de la cajita de bombones es la leche. De hecho esos bombones como enlace entre lo que ella sufrió y la guinda de su venganza. Vega es un personaje muy logrado: Exagerado, vengativo, psicópata. Por supuesto que se puede pulir. ¿Por qué no le hace lo propio al novio?, etc… pero como presentación muy bien.
    Cosas a mejorar. Utilizas demasiado el “estaba” (estaba más llena, estaba cabalgando, etc…) Buscar otras fórmulas harán más brillante tu estilo.
    Por otro lado, el “ridiculo” “deja de portarte como una niña…” queda un poco fuera de sitio. Habría que pulirlo.
    La frase “La justicia es lenta en España” es más de información periodística que literaria y es una explicación innecesaria.
    Por último el final. Te aconsejaría una elipsis. No expliques tanto. Bastaría con que mostrar a Vega comprando una caja de bombones y la cita del contenido de la tarjeta. Al hablar de pasaron los meses, creo que se pierde el ritmo y la intensidad.
    Un saludo y felicidades porque es un un relato muy bueno.

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 20:02
  2. Es un buen relato para la escena de este mes, no obstante, me parece un poco exagerada la reacción de Vega. Es un personaje que si en un principio aparenta fragilidad por la depresión en que se ve atrapada por la infidelidad de su novio, luego parece una psicópata despiadada. La nota que le deja junto a los bombones denota un odio que no se ha esfumado a pesar del escarmiento, lo que me hace pensar en por qué no la mató en un primer momento si tan fuera de sí estaba como para acribillar a balazos al guardia de seguridad.
    Estaba pensando en Norteamérica mientras leía el texto, quizá por la impunidad que existe en el uso y abuso de armas por parte de cualquier ciudadano. Me sorprendió que fuese España, el pais donde sucede la escena… y esa opinión sobre la justicia de nuestro país. Si que es lenta, pero no creo que ante algo así se muestren tan pasivos y pasen meses y la chica esta se pasee como Pedro por su casa sin que la detengan, llegando incluso a visitar a la agredida al hospital. Esto me parece un poco forzado. Por todo lo demás, está bastante bien escrito. Felicidades.
    Un saludo.

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 21:30
  3. 3. José Torma dice:

    Al igual que a Virginia me parecio exagerada la reaccion de Vega, pero al llegar al final, nos damos cuenta de que no estabamos tratando con una gente normal. No me encanto, pero es una opinion personal. En el aspecto tecnico creo que es un texto muy logrado que logra meternos en la mente de la protagonista.

    Felicidades.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 00:01
  4. 4. Expósito dice:

    Ante todo gracias por lo comentarios. Tendré en cuenta todos vuestros consejos. Aún así quiero aclarar algunas cosillas. Esta historia está relacionada con una novela que estoy escribiendo, donde el famoso novio sería el protagonista. Por ese motivo hay ciertos detalles que quedan un poco en el aire (¿el novio recibirá algún castigo? ¿por qué Vega es esa clase de persona? ¿qué sucede durante ese periodo de varios meses?).
    En cuanto a la repetición de palabras estoy totalmente de acuerdo. Estaba tan preocupado de poder enviar el relato a tiempo que no pude revisarlo tanto como suelo hacer, así que lo corregiré.
    En cuanto al peculiar punto de vista de esta “España”, entiendo vuestro punto de vista. Quiero aclarar que en ningún momento busqué ser realista. Buscaba presentar a España con una estética exagerada (como una caricatura) casi como un mundo de comic o película de Hollywood. Aún así trabajaré en ello.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 18:18
  5. Expósito, a mi me ha gustado. Yo veo a tu personaje, veo a tu Vega, gitana de sangre ardiente, prefiriendo la venganza lenta a la muerte rápida, el dolor largo a la desaparición inmediata.
    Estoy de acuerdo con David, al final sólo hacía falta que comprara los bombones y escribiera la tarjeta, pero es tan sólo un detalle.
    Mi enhorabuena.

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 18:05
  6. 6. Miranda dice:

    Un personaje con carácter y celos patológicos, para mi si es creíble, lo describes de tal forma, que si te metes en el papel al leerlo, le tienes ganas a la pequeñaja, aunque no quieras llegar tan lejos.

    Yo también lo ubicaría más en EEUU que en España.

    Aquí si huye en coche, la pillan.

    A mi me ha gustado, espero leerte en la próxima escena

    Escrito el 7 marzo 2014 a las 21:04
  7. 7. Servio Flores dice:

    Me ha gustado mucho su relato. Muy visual, como un cómic. Igual puede ser ambientado en Honduras, pasarían años antes de buscarla.
    Me ha parecido un relato muy bueno, no le cambiaría nada.
    Saludos.

    Escrito el 11 marzo 2014 a las 22:44

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