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Primer grado, tres incógnitas - por Emyl Bohin

Web: http://emylbohin.wordpress.com/

Equis colocó un pañuelo de seda granate sobre la lámpara de la mesilla de noche. La luz roja bañó el cuerpo desnudo de Uve. Equis, con el corazón excitado, acarició los rubios cabellos del joven e introdujo con violencia la lengua dentro de su boca, su mano sujetó con fuerza el miembro viril del muchacho. Este respondió con una fuerte erección y un escalofrío que le recorrió el cuerpo.

Equis se deslizó cuerpo abajo lamiendo el torso suave y depilado, al llegar al pene lo engulló por completo. Acarició con los labios el recortado vello púbico, mientras pellizcaba con fuerza los pezones de Uve. Sin consentir que la polla abandonara la boca, cogió un preservativo y lo deslizó hasta cubrirla por completo.

Se giró, hincó codos y rodillas y ofreció a Uve su puerta trasera. Al principio fueron los dedos finos del muchacho los que trastearon en busca de mayor abertura. Pero pronto notó la violencia del embate que le llenaba y el choque de las caderas contra sus nalgas. Equis, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, hacia tiempo que no disfrutaba tanto. Giró la cabeza en un intento de observar la escena, pero lo que vio le cambió la cara. Sobre la sábana reposaba arrugado el condón.

Equis contrajo el esfínter anal y giró con brusquedad sobre sus rodillas. El grito de Uve quedó apagado al recibir un directo sobre su nariz. El dolor y la sorpresa le impidieron reaccionar y recibió otro puñetazo sobre el pómulo izquierdo que lo derribó. Tumbado en la cama la sangre chorreaba por su nariz. Casi sin sentido encajó golpes, que tanto con la derecha como con la zurda, le abrieron las cejas y le estallaron los dientes.

Equis le agarró la tráquea como quien coge una lata de Coca Cola y la estrujó hasta hacer crujir los cartílagos. A Uve, que solo le quedaban fuerzas para respirar, ahora ni eso podía hacer. Lo intentaba, se esforzaba pero la laringe estaba ocluida. Con cada intento su abdomen desnudo se introducía debajo de sus costillas y su boca emitía un ligero silbido. Sus labios agrietados y sangrantes adquirieron un color violáceo. Tras una convulsión todo quedó en calma. Equis volvió a acariciar los cabellos de Uve y fijó su vista en el elefante de lapislázuli que colgaba del cuello del joven. Lo cogió en su mano y lo observó en silencio.

–¿Que es? ¿Un elefante de la suerte?
–Sí, su trompa es mágica.

A través del humo y la oscuridad del bar, Equis había divisado unos nuevos cabellos dorados.

–Hay mucho ruido aquí, yo vivo cerca, podemos ir y me cuentas la historia de tu elefante.

Ahora tenía un elefante azul en la mano y un cadáver en las sábanas. Trató de recordar si había algún conocido en el bar. Era un cliente habitual. Solo quedaba esperar que nadie echara en falta a Uve. Pero antes tenía que deshacerse del cuerpo. Deambuló por el apartamento en busca de una idea y le pareció que era una buena ocasión para deshacerse de aquella alfombra sucia y llena de quemaduras de cigarrillos apagados en ella.

Colocó el fiambre en ella y lio un canutillo. Respiró hondo, y mientras exhalaba despacio, inspeccionó la alcoba en busca de cualquier objeto olvidado que pudiera delatar la presencia del joven. Sin gran esfuerzo echó el bulto sobre el hombro derecho y en el ascensor descendió hasta el aparcamiento del edificio. Con cariño lo colocó en los asientos de atrás y emprendió la marcha.

Las calles todavía estaban desiertas, solo el ruido de las mangueras de la limpieza rompían el silencio de la noche. El asfalto mojado refulgía con las luces del coche. Equis sabía adonde debía ir. El vertedero de basura era el sitio ideal. Si lo dejaba bien colocado tardarían tiempo en encontrarlo y, para entonces perros, ratas y gaviotas habrían dado buena cuenta de él, o mejor aún, nuevas montañas de desperdicios lo ocultarían para siempre.

De regreso, las primeras luces del alba alargaron las sombras de árboles y farolas, cuyo ritmo al cruzar la carretera le provocaron un dulce sopor. Equis, sin detener la marcha, sacó de la guantera un frasco e ingirió un par de grageas. Tenía que estar despierto cuando se presentara en el trabajo.

–¡Equis! Vaya al vertedero, acaban de encontrar un muerto envuelto en una alfombra. El inspector Jota va para allí, reúnase con él. Y a ver si resuelven este puto caso.

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7 comentarios

  1. 1. NHICAP dice:

    Wow!!. ¡Lo que te ha inspirado el lapislàzuli! El elefante de la suerte no funcionó, fallö el hechizo de la preciosa piedra azul cobalto.
    Relato duro y muy cruel. Has compuesto un texto intrigante, bien narrado con una exagerada venganza por el despiste de Uve en iun momento de pasión. El final muy bueno y sorprendente.
    Felicidades y vamos a por el de marzo.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 13:13
  2. 2. Emmeline Punkhurst dice:

    Muy original, desde el título hasta la última frase.
    Está muy bien escrito y engancha. Sólo me he perdido un momento en el cual Equis está recordando el momento de primer contacto con Uve, pero lo he retomado sin problemas.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 17:03
  3. 3. Emyl Bohin dice:

    NHICAP y Emmeline Punkhurst muchas gracias por el tiempo dedicado a estos comentarios. Es un relato que ha sido difícil de publicar. El censor que llevo dentro me ha puesto mil pegas, “ese lenguaje cámbialo”, “esas descripciones están de más”, etc
    Para el próximo mes un personaje de cuento infantil.
    Saludos.

    Escrito el 7 marzo 2014 a las 06:27
  4. 4. Aurora Losa dice:

    Tenía ganas de llegar a tu escena, te he seguido meses anteriores y me he vuelto fan.
    De este relato te diré que me costó un poco el principio (a veces las escenas tan esplícitas me agobian un poco), pero me alegro de haber cambiado el chip, porque sin eso el texto no tendría tanta intensidad.
    Me ha encantado y, ante todo, me gusta que los personajes tengan y no tengan nombre y que, aún así, se pueda seguir la trama.
    Lo del final ya es perfecto, un gran trabajo.
    Enhorabuena.

    Escrito el 8 marzo 2014 a las 17:16
  5. 5. Emyl Bohin dice:

    Gracias Aurora.
    Este mes he esperado a colgar los comentarios a vuestros textos a que lo hicierais antes aquí, no por mezquindad, sino porque el tema tratado por mí o la forma de tratarlo puede que no sea del agrado de todos y no quería que nadie se sintiera obligado a comentar lo que no le apetece.
    Los personajes no tienen nombre ni otras referencias que puedan situarlos en ningún lugar concreto. Bien pudiera haber sucedido en una galaxia muy muy lejana, hace mucho mucho tiempo.

    Escrito el 10 marzo 2014 a las 12:06
  6. 6. José Torma dice:

    Buen relato, me costo trabajo al principio debido a la ambiguedad de los nombres “equis” y “uve” pero una vez que pase por eso pude conectar con la historia. Como ya te comentaron, el regreso a como se conocen me perdio un poco, pero te recuperaste pronto.

    Felicidades.

    Escrito el 10 marzo 2014 a las 17:33
  7. 7. Emyl Bohin dice:

    Gracias José Torma por el comentario.

    Nos leeremos.

    Escrito el 20 marzo 2014 a las 11:41

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