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Patio de Colegio - por Trescatorce

Web: http://www.trescatorcedreams.blogspot.com

Balanceaba las piernas y se miraba la punta de las zapatillas. Estaban sucias y arañadas, como sus pantalones, que lucían un siete a la altura de la pantorrilla. Como ella entera, que no había quedado para que le hicieran una foto precisamente.
Frente a ella, en condiciones similares, se hallaba Yolanda, su archienemiga. Ya se odiaban desde que empezaron el colegio, cuando tenían tres años, y la tiraba del pelo para quitarle los juguetes o la empujaba para subir primero al tobogán. Con el paso de los años su relación se enfrió, pero quedó un odio sordo entre ellas.
Hasta este mismo curso. Era el último de la escuela, previo a un futuro incierto y lleno de espectación. Desde el comienzo Yolanda se mostró amistosa con Aura, y hasta la invitó a su cumpleaños por primera vez en sus vidas. Aura, recelosa en principio, se confió y se hicieron amigas.
Se dio cuenta tarde de que había sido un pérfido plan para acabar contando todos sus secretos en el recreo, y poder reírse de ella a gusto. Esa mañana Aura llegó a su límite y se enfrentó a ella.
En el recreo Aura cogió fuerzas y se plantó delante de Yolanda, que jugaba a ser la reina con su corte de abejitas zumbando alrededor.
– ¿Qué vas diciendo por ahí, Yoli?
La nombrada estiró la espalda y dio un paso al frente, no sólo para quedar cara a cara con Aura, también para quedar en un lugar centrado y bien visible. Quería público.
– Lo que me da la gana, mocosa. Que te haces pis por las noches. Anda, niégalo, bebé.
– ¡Deja de inventarte mentiras! ¡Déjame en paz!
– ¡Llora bebé! ¡Buuuua! ¡Meona! ¡Meona!
Ante el escándalo, todo el patio acudió, dejándolas en medio de un corrillo que murmuraba y jaleaba.
– ¡Que me dejes en paz, gilipollas! – Aura estaba fuera de sus casillas.
– Que la bebé se enfada… ¡Buuuuaaa! ¡Buuuuaaa! ¡Llora, bebé!
Cegada por la ira, Aura se avalanzó sobre Yoli, pillándola desprevenida, y ambas cayeron al suelo. Se sentó a horcajadas sobre su estómago y le tiró del pelo con una mano mientras con la otra, abierta, le daba bofetadas.
Yolanda no supo reaccionar hasta que no se vio atacada y en el suelo, lo que le dio ventaja a Aura. Intentó soltarle la mano del pelo y revolverse para quitársela de encima, pero era más fuerte de lo que parecía. El corrillo jaleaba, dispuesto a prolongar la pelea todo lo posible.
Por fin Yoli consiguió revolverse y morder el brazo de su atacante. Giraron de nuevo y ahora era ella la que estaba encima. Con el puño cerrado se dedicó a atacar el estómago de su enemiga, que se encogía con cada golpe. Aura consiguió coger un puñado de tierra y se la lanzó a los ojos, dejando a Yoli temporalmente ciega. Volvió a cogerla del pelo, y a la que se levantaba, le asestó con la frente en la nariz, provocando un surtidor de sangre que le salpicó toda la camiseta.
Yolanda, con el golpe, quedó en el suelo con las manos cubriéndole la cara y rodando entre quejidos. Aura, lejos de apiadarse de ella, se levantó y comenzó a propinarle patadas en el estómago. Seguía cuando una piedra, lanzada desde abajo, le golpeó encima de la ceja, abriéndole una brecha con un estallido de dolor que la dobló por la mitad.
Con dificultad, mientras Aura estaba fuera de combate, Yolanda se levantó y con las pocas fuerzas que le quedaban se agarró a la melena de su contrincante. Ésta hizo lo mismo a sus vez, quedando ambas atrapadas en un bucle que parecía no tener final. De vez en cuando propinaban una patada, al azar, que a veces llegaba a su destino y a veces no. Las tablas se desigualaron cuando Aura levantó la rodilla y golpeó a su enemiga entre las piernas. No era un chico, pero también dolía, y eso hizo que Yoli soltara su presa.
El corrillo de repente dejó de jalear, y un profesor cogió a Aura en volandas cuando estaba dispuesta a soltar el último puñetazo. Otro había cogido a Yolanda, que se movía y pataleaba intentando zafarse y seguir golpeando.
Ambas tenían el pelo enmarañado, sangre en la cara y en las camisetas, y arañazos, rasguños y suciedad por toda la ropa. La pelea que había comenzado en el patio terminaría en el despacho del director, con las dos expulsadas del colegio.

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1 comentario

  1. 1. Ada Lena G. P. dice:

    Un tema muy de moda desafortunadamente entre nuestros jóvenes. Resuelven sus problemas mediante la violencia, aunque se les esté brindado oportunidades cada día para solucionarlos pacificamente. Una elección muy acertada y bien ambientada para recrear esa pelea que nos pedían en la escena enfrentada del mes de febrero. Nos has descrito con vehemencia los antecedentes que originan el enfrentamiento entre las dos protagonistas, prolegomenos muy creíbles al igual que las dos protagonistas que nos has representado.
    Un título que tilda que ni pintado al relato y a la trama que en este se desenvuelve. Empleas un lenguaje que en nada frena la acción argumental y donde enfrascas ese litigio colegial.
    Por tanto, una consecución del ejercicio perfecta.
    Un estilo bastante directo que engancha al lector. Mantiene la atención del mismo sin dificultades desde la primera hasta la última palabra de la narración.
    ¡Felicidades Trescatorce por tu trabajo!
    Te sigo leyendo en las próximas escenas.
    ¡Ah, tienes un blog muy simpático!
    A seguir en la lucha… ¡jajaja, nunca mejor dicho!
    Saludos.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 19:20

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