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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El ático con vistas - por Sandra

No siempre todas las historias son contadas. Hay algunas que se abren y se cierran en el mismo momento que suceden, sin la oportunidad de volar de boca en boca, y para ello, lo único que debes hacer es mentir. Mentir para ocultar una verdad que podría destruirte. Si ahora se la cuento, es porque la mentira que arrastro está empezando a destruirme más de lo que podría hacerlo la verdad de la que huyo.
Katie y yo éramos amigas de toda la vida. Nos unió la amistad de nuestros padres, una amistad afianzada a lo largo de muchos años. Sin embargo, la nuestra no estaba tan arraigada, era una amistad de infancia que se iba desmoronando por nuestra incipiente adolescencia. Aquella tarde, en la que todo sucedió, yo estaba en su casa. Nuestros padres habían salido de excursión bien temprano por la mañana y no sé quién, si su madre o la mía, había decidido que sería buena idea que yo fuera a su casa para estudiar juntas, o ver la tele. Lo cierto, es que a mí no me apetecía mucho, pero me apetecía menos tener que darle explicaciones de por qué no quería ir, así que fui, sin más.
Ella vivía en un ático con vistas a un parque, enorme y un poco solitario. Tenía una gran terraza, era muy soleada y estaba oculta a las miradas vecinales, así que allí estábamos, tiradas en unas hamacas, escuchando un poco de música y tomando el sol. Llevábamos allí un rato, y el calor apretaba, así que me levanté a por un refresco, olvidando mi móvil en la mesita que compartíamos, sin prever lo que aquello desencadenaría. Cuando volví, Katie tenía mi teléfono en la mano. Su cara se empezaba a desencajar por momentos y entonces supe que acababa de descubrir mi secreto.
Katie llevaba enamorada de Mark un año. Hablaba de él sin cesar, a todas horas, y yo me dedicaba a intentar disuadirla en su obsesión, ocultando el hecho de que a mí también me gustaba. Al tiempo Mark y yo empezamos a vernos, y decidimos no contarle nada a Katie para no disgustarla, pensando que se olvidaría del tema al ver que él no la correspondía. Aquella tarde, mientras yo estaba en la cocina, Mark me envió un mensaje a mi móvil, un poco subido de tono, y Katie al ver el remitente, no pudo evitar abrirlo. En ese momento, pensé que lo único que me quedaba por hacer era contarle la verdad, pero ella ya no estaba dispuesta a oírla.
Se acercó a mí, y sin mediar palabra, levantó su mano y me abofeteó con todas sus fuerzas. Me quedé con la cara mirando a la pared, los ojos abiertos y sin dar crédito. La miré, y la empujé. Ella tropezó con la mesita, tirando todo lo que había encima al suelo. Pensé que se había podido hacer daño, y que ya era suficiente, pero al intentar ayudarla ella me lanzó una patada en la barriga. No sé muy bien cómo describir lo siguiente, sentí un dolor agudo que me dejó doblada por unos segundos, tiempo que ella aprovechó para levantarse y cogerme del pelo mientras me gritaba cosas sin sentido que no puedo recordar con claridad. Yo intenté reaccionar agarrándola también del pelo hasta que conseguí zafarme, pero Katie siguió. Abrió su mano e intentó abofetearme de nuevo pero yo la enganché por el cuello intentando hacerme una bola, y arrastrándola hasta la barandilla de la terraza. Ella me lanzó una patada en la espinilla y yo caí de rodillas. Me dolía todo, me dolía la cara, el estómago, la pierna y no entendía nada. Me enfadé, o perdí el control, o salí de mi misma, no sé, la enganché por las dos piernas, ella estaba de espaldas a aquella maldita barandilla y se agarró con los dos brazos, le hice una voltereta y voló.
A partir de ahí, todo fueron mentiras. Katie había descubierto mi secreto y eso fue mi coartada. La policía dijo que los suicidios por desamor eran más comunes de lo que la gente se pensaba. Y yo cerré la boca con la intención de que fuera para siempre. Ahora se lo cuento a usted, pero no se equivoque, no quiero desvelar mi secreto, sólo compartirlo con usted, para aliviar mi carga.

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2 comentarios

  1. 1. Marazul dice:

    Hola Sandra tu relato es fluido y se lee muy bien. Me gusta mucho esa idea de contar un suceso para desahogarse y compartir un secreto que a la larga te puede acabar destruyendo. El tema en un principio parece corriente pero lo tratas bien y el trágico final lo convierte en un relato muy original. Un saludo

    Escrito el 4 marzo 2014 a las 23:27
  2. 2. Sandra dice:

    Hola Marazul.
    Me alegro de que te haya gustado, muchas gracias por leerme!
    Un saludo!

    Escrito el 5 marzo 2014 a las 16:59

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