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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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RICO, RICO... - por Abbey

Belén Ruiz se dirigió a la bancada con paso ceremonioso, casi regio. Portaba en sus manos el precioso tesoro que cada año, durante los últimos diez, le había hecho alzarse con “la rama de perejil dorada”.
Era consciente de las decenas de ojos que le acompañaban en el camino y por eso, su barbilla iba apuntando más alto con cada paso. Con un gesto casi ceremonial, depositó la bandeja plateada sobre el impoluto mantel y como quien no quiere la cosa, deslizó hacia una posición más escondida un guiso presentado sobre un plato azul ribeteado en oro. Belén sonrió sibilinamente. Hubiera reconocido esa presentación entre un millar. «Ahí está el simulacro de asado de Rosana. Tantos años de segundona y todavía sigue intentándolo» se regocijó.
Durante más de 35 años, Belén y Rosana habían sido vecinas y si bien, su relación no se podía tildar de amistad entrañable, siempre habían sabido comportarse con maneras dignas de embajadoras en territorio extranjero. Eso no era óbice para mantener una vigilancia férrea sobre el territorio enemigo parapetadas tras unas cortinas. Finalmente, su relación se convirtió en pura competición. Cualquier cosa era merecedora de un examen comparativo y valoraciones despectivas.
La campana que anunciaba el comienzo del concurso sacó a Belén de su ensimismamiento. Los jueces procedieron a levantar las tapas que cubrían los platos concurrentes, desvelando así los secretos ocultos bajo ellos.
Belén no cabía en sí de felicidad y orgullo. Allí expuestos, el pavo, las cebollitas, los guisantes, las zanahorias y esa deliciosa y secretísima salsa de frutos rojos destacaban entre toda la sinfonía de colores y olores que los rodeaban. Todo era perfecto… hasta que sus ojos se cruzaron en el camino de los de Rosana. Estos la miraban altivos, desafiantes. Belén parpadeó sin comprender. Un presentimiento le atravesó como un rayo en una tarde de tormenta y volvió su mirada hacia la mesa de exposición. Allí, sobre un plato azul ribeteado en oro reposaba humeante un asado de pavo con cebollitas, guisantes, zanahorias y una espesa salsa de frutos rojos.«No puede ser. Esa es mi receta. ¿Cómo…?»pensó desconcertada.
De repente recordó una tarde de hacia unas dos semanas en la que Rosana acudió a su casa a pedir prestadas unas tijeras para podar unos arbustos de su jardín. En ese momento ella estaba en la cocina ensayando la textura de su salsa y dedujo que Rosana aprovechó el momento en que ella se ausentó a por las tijeras para robarle la receta secreta. La indignación empezó a apoderarse de ella tiñendo su cara de un rojo que iba encendiéndose hasta alcanzar la tonalidad de salsa robada. En ese momento, y como respondiendo al disparo anunciador de la salida de una carrera, belén se giró, agarró lo primero que tuvo a su alcance y, con un grito rabioso, lo lanzó contra el rostro atónito de Rosana dando en la diana de pleno. El proyectil elegido resultó ser la bandeja de albóndigas de conejo escabechado de la señora Bonaire que al ver sus pequeñas bolitas de carne resbalando por el pelo y la ropa de Rosana comenzó a chillar y llorar. El resto del público presente enmudeció perplejo.
Rosana inspiró profundamente, se sacudió los restos de comida como pudo y se acercó lentamente hacia Belén. —Eso ha sido totalmente innecesario—dijo y sin más volcó la bandeja de pavo asado sobre la cabeza de su cocinera. Con la salsa de frutos rojos empañando sus ojos, Belén respondió aplastando contra el pecho de Rosana el primer plato que tuvo a su alcance. Rosana respondió restregando sobre su pelo unas croquetas de pollo de consistencia muy cremosa. A partir de ese momento, el concurso culinario tornó en una lucha de alimentos cocinados aderezada con gritos y reproches ininteligibles. Las patatas se convirtieron en certeros proyectiles, el queso derretido iba cegando momentáneamente los ojos de las combatientes, las salsas en contacto con la piel se iban solidificando confiriendo a las luchadoras unas armaduras de lo más olorosas…
Finalmente se impuso la cordura y consiguieron separar a las mujeres de entre el charco de carnes y guarniciones. Rosana sólo acertó a preguntar abochornada:—¿por qué?
—Me has robado la receta, bicho—escupió Belen
—Pero si yo he presentado un merengue al limón…
—Belén—intervino uno de los jurados—,hemos separado los platos en dos para que los jurados los pudieran probar más cómodamente. Lo que has visto era tu asado.
Belen agachó la cabeza chorreante de pepinillos y pensó: «el año que viene no me presento».

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14 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    Abbey, tu relato es divertidísimo!!! Esta escrito con mucha frescura y atrapa al lector de principio a fin. Me ha gustado mucho el lenguaje usado, y no a la ligera, sino con elegancia, expresandote con propiedad. Felicidades!!!

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 12:15
  2. 2. Emmeline Punkhurst dice:

    Hola Abbey:
    ¡Mira que me he reído un buen rato con tu texto! ¿Te has inspirado en el personaje de Brie, de Mujeres Desesperadas? Me ha venido un vívido recuerdo de ella leyendo tu relato.
    Por otro lado, creo que está bien escrito aunque en ocasiones se podría eliminar el “ella” que se repite en oraciones muy seguidas. ¿Qué te parece?
    Un saludo

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 18:31
  3. 3. Abbey dice:

    Muchas gracias a las dos.
    !Que gusto cuando las críticas son constructivas!
    Gracias de corazón por leerme.
    Ahora os devuelvo la visita

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 19:00
  4. 4. Peter Walley dice:

    Hola Abbey,

    Yo fui uno de tus comentaristas este mes y como ya te dije entonces tu relato fue el que más me gustó de los tres que me llegaron. Está muy divertido y consigues meter al lector en la historia muy fácilmente. Enhorabuena y sigue participando en el taller.

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 12:01
  5. 5. Abbey dice:

    Gracias Peter por tu doble esfuerzo.
    ¡Nos seguiremos leyendo!

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 13:59
  6. 6. David Rubio dice:

    Muy buen relato. A veces dejamos que nuestros miedos o complejos nos confundan como a la buena de Belén. Impecable y original. Felicidades

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 01:41
  7. 7. Jose Ramon dice:

    Abbey, muy buen relato. Una trama sencilla que has sabido retorcer sin llegar a cansar. Imposible contener la sonrisa después de conocer el desenlace. Demuestras que escribir, no es más que contar historias, sin necesidad de argumentos sofisticados. Muchas veces la originalidad está en lo cotidiano. Tampoco te has ido por las ramas con lenguaje retórico. Se agradece el lenguaje directo que expresa justo lo que quieres decir. Nos vemos en el siguiente texto.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 14:18
  8. 8. Aurora Losa dice:

    Qué buenoooooooo, desternillante. La batalla de comida es genial, y está muy bien redactada; ay las albóndigas de conejo, por favor. En serio, muy bien escrito y has aprovechado las condiciones que nos dieron de lujo. Mi más sincera enhorabuena.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 14:35
  9. 9. Ada Lena G. P. dice:

    ¡Qué me troncho con tu trabajo Abbey! Que un escritor sepa sacar con su pluma la risa a sus lectores y sin hacerle con esta cosquillas es todo un logro.
    Me ha traído a la memoria tu relato aquellas primeras peículas mudas donde la gente se despachaba agusto estampandose tartas unos contra otros.
    Elegir la envidia como tema detonante del conflicto me parece muy acertado para representar la escena enfrentada, pues se ha dicho con justa razón que la envidia es tan antigua como el hombre y uno de los defectos capitales que aqueja a la humanidad, sobre todo, cuando esta se torna en destructiva. Para unos, la envidia forma parte de los instintos naturales, exactamente como el amor, los celos o la agresividad; en cambio para otros, la envidia es un fenómeno adquirido en el contexto social, que empuja cada vez más a envidiar a quien es más o tiene más. La envidia, por lo tanto, viene a ser la cara oculta de la competitividad y constituye uno de los móviles que, desde la horda primitiva, indujo a los hombres a disputarse el prestigio y el poder, motivados por la idea de “triunfar a cualquier precio” en el seno de una colectividad donde nadie está conforme con ser menos que el otro.

    Y el final aplastante para Belén…

    Me has hecho disfrutar con este estilo tan cómico y limpio que tienes a la hora de escribir.

    ¡Felicitación vaaa…!¡Buen provecho para todos los que te lean, porque quedaran muy satisfechos…!

    Como diría Argüiñano: “Un relato con mucho fundamento”¡Jajaja!

    Espero con ansia devoradora tu próxima “tapita”. ¿A ver con qué nos deleitas en marzo?

    Saludos.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 22:16
  10. Una escena superdivertida Abbey. Me ha encantado esa lucha con comida, me parece de lo más original y sobre todo, me ha gustado comprobar como una misma puede hacerse el lio y montar un pollo en menos de lo que canta un gallo (aquí todo va de ingredientes para un estofado)…
    Enhorabuena, te ha quedado un relago muy entretenido y con puntos cómicos muy buenos (como las albóndigas de conejo escabechado de la señora Bonaire, p. ej)
    Un saludo!!!

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 23:14
  11. 11. forvetor dice:

    wenas Abbey,

    me ha gustado mucho tu relato. sencillo, de estilo limpio y con chispa. sabiendo cuál es el tema del taller uno empieza a leer el texto mascando la tragedia y eso lo hace aún más divertido xD

    felicidades, nos leemos
    Sergio Mesa / Forvetor
    http://miesquinadelring.wordpress.com

    Escrito el 5 marzo 2014 a las 14:17
  12. 12. Abbey dice:

    Gracias a todos.
    Como en el anuncio de la tarjeta bancaria: Que te digan que tu trabajo gusta… ¡¡no tiene precio!!
    Me habéis hecho muy feliz

    Escrito el 5 marzo 2014 a las 22:04
  13. 13. un farero impaciente dice:

    Hola Abbey. Después de leer el comentario que me dejaste no pude resistirme y me fui directo a leer tu texto. Bueno, fuimos yo y una copita de whisky (sólo un traguito, lo juro…). Me hacía mucha ilusión y esperaba mucho… y no me has defraudado. Un estilo refinado y limpio. Y una “voz” bien definida. El personaje de Belén está muy muy bien dibujado. Pero, bueno, tampoco hace falta que te haga la pelota porque tú ya sabes que el texto está muy bien. En fin, me he divertido mucho. No es fácil encontrar una escritora con talento y sentido del humor.

    Y acerca del tema del la espada laser… Mmmmm, pues sí, he sido un poco fanfarrón, jajaja… como todos los hombres…

    Un farero divertido.

    NOTA: Me encanta “Abbey”, es un nombre muy elegante.

    Escrito el 6 marzo 2014 a las 12:25
  14. 14. José Torma dice:

    Tu relato me causo, hambre, mas hambre y al final mucha risa.

    Clara y fluido… el celo profesional que compartimos todos los que tenemos un plato “especial” que nadie hace como nosotros ajaj

    Me he divertido mucho leyendo tu relato. Muchas felicidades.

    Tambien debo de admitir que tu texto me educo un poco ya que aprendi dos palabras que no conocia… óbice y sibilinamente… me mandaste directo al diccionario. Gracias por eso jaja

    Saludos y felicidades nuevamente.

    Escrito el 10 marzo 2014 a las 17:18

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