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Un Jedi diferente. - por un farero impaciente
Se lo dije. Prometo que lo avisé. Le dije:
—Soy un caballero Jedi. La fuerza me acompaña… y tengo una espada láser.
Sin embargo el tío no me hizo caso. Me miró como si fuera un friki (no sé porqué…). Y me agredió.
Todo empezó unos minutos antes. Acababa de comprar una ración enorme de nachos con queso y una Pepsi y me dirigía hacia una mesita libre, cuando me crucé con una chica morena de pelo corto. Mi mirada quedó atrapada en sus ojos. Ella, casi a escondidas, me sonrió y se humedeció los labios despacio.
Bueno…, para ser sincero la realidad fue algo distinta, yo me fijé en su escote y ella se humedeció los labios pensando en mi plato de nachos con queso. Pero fue muy romántico y sensual de todas formas.
Así que decidí, antes de que se esfumara, guiñarle un ojo. Nunca se sabe… Desde que soy un Jedi me atrevo casi con todo. Sin embargo, esta vez, me metí en un lío.
La muchacha iba acompañada por un caballero corpulento y de mal carácter. ¡Qué mala suerte! Para él, claro. Tener que enfrentarse a un caballero Jedi no es plato de buen gusto.
El tío vestía un pantalón de chándal y una camiseta negra de tirantes con el logotipo de un club de Kick Boxing. Al percatarse de mi guiño, se me acercó hasta colocarse a unos centímetros de mi nariz. Yo, de inmediato, desplacé el plato de los nachos fuera del alcance de su aliento. ¡Lo primero es lo primero!
—¡Te voy a machacar! —me dijo con un pelín de agresividad.
Sus palabras y su extrema cercanía me hicieron reflexionar sobre un asunto trascendental. ¿No tendría frío en camiseta de tirantes? Estábamos en febrero. Sin embargo opté por no preguntar, no parecía muy receptivo a las críticas en aquel momento.
La situación se estaba poniendo tensa, así que me vi obligado a revelar mi secreto e identificarme como Jedi, para que pudiera recapacitar. Pero obtuve el efecto contrario. Se puso todavía más agresivo. ¡Qué insensato!
En un principio pensé en sacar la espada láser y cortarle los brazos de cuajo. Sin embargo los Jedi tenemos normas y debemos velar por la paz. Me retiré un paso y respiré hondo.
—Lo siento —le dije—. Siento haberle guiñado un ojo a tu chica y también siento haberle mirado el escote.
Sí, lo admito, lo del escote lo dije para chincharle.
El muchacho resopló, levantó los puños en posición de ataque y empezó a dar saltitos (lo de los saltitos todavía no lo entiendo…).
Con este panorama, opté por lo más prudente, y entregué el plato de los nachos y la Pepsi a la chica.
—Cuídamelos, porfa —le dije. Y, casi sin quererlo, eché otro vistazo a su escote.
Esta vez fue ella quien me guiñó un ojo.
Eso enfureció al tío. Sin mediar palabra, echó para atrás la pierna derecha con la intención de pegarme una patada, pero con tan mala suerte de que el pié se le enganchó en una silla. A continuación perdió el equilibrio y se cayó todo lo largo que era. En su desplome se llevó tres mesas, una papelera y una dependienta del Carrefour que estaba comiendo una hamburguesa. Fue lamentable. Me dolió hasta a mí.
El enfrentamiento había terminado. Y como es lógico había ganado el Jedi. Le ayudé a ponerse de pié, le reconforté y le indiqué dónde estaba el aseo para que se recuperara. Se alejó en silencio y con una pronunciada cojera. No volvió.
Por fin había legado la hora de los nachos. ¡Ole, ole y ole! Ojalá no se hubieran enfriado demasiado. Me volví hacia la chica. No, no se habían enfriado. ¡Ya no estaban! Ni uno. De la existencia de los nachos sólo quedaban unas miguitas alrededor de los labios de ella.
—¿De verdad eres un caballero Jedi? —me preguntó con la clara intención de despistarme.
— ¿Y los nachos? —contesté yo.
—Me llamo Leia, como la princesa de la película.
—Sí, vale, muy bonito, Leia. ¿Y los nachos?
Quedó enmudecida, mirándome a los ojos. Le devolví la mirada. A los ojos, lo juro… Nos quedamos así un buen rato, como en un duelo a vida o muerte. Perdí yo, porque rompí a reír primero.
Enseguida compramos más nachos. Muchos. Y acabamos en mi casa. “Leia” quería ver mi espada láser. Jugamos un montón con ella. Casi la dejamos agotada.
¡Eso de ser un Jedi es un chollo!
Hola farero impaciente. Tu texto ha sido uno de los que me tocó comentar. Me reitero en todo lo que te dije. Te ha quedado un relato muy original, con puntos cómicos muy buenos. Me ha gustado mucho (aunque mantengo que la chica tiene un buen saque, porque comerse tán rápido un plato de nachos tiene su mérito) 😉
Enhorabuena!! A seguir así…
Ironía fina, si señor, me he divertido mucho al leer tu relato.
Te auguro mucho éxito con las chicas, si vas de Jedi, invitando a nachos je,je.
Muy fácil de leer, sigue escribiendo, que yo seguiré leyéndote para divertirme
Hasta otra escena
Me he reído mucho con tu relato; las reflexiones y comentarios del “Jedi” no tienen desperdicio.
Muy bueno, felicidades.
Hola Virginia, siento haber tardado en dar señales de vida, pero me había enganchado a un libro y no he podido parar hasta acabarlo. “Cartas desde la isla de Skye”. ¡Menudo dramón! Se me han caído hasta un par de lagrimas. Pero que esto no se sepa por allí, que después se viene abajo mi fama de insensible que tanto me ha costado construir.
Antes que nada tengo que confesar que me alegra saber que una de las personas que han comentado mi texto este mes eres tú. Y que, además, te haya gustado. Lo digo porque ya había leído uno de tus relatos el mes pasado y me había quedado con las ganas de comentarte cosillas, pero por falta de tiempo no lo hice. Así, ahora, tengo la ocasión de enmendar mi descuido. Enseguida me meto con tu texto. Bueno, antes me preparo un cappuccino… Sin un cappuccino no consigo concentrarme.
Un farero insólitamente sensible.
Hola Miranda. Gracias por cumplir la promesa y pasarte a leer mi texto. Me encanta haber conseguido sacarte una sonrisa con mis palabras. Es lo que aspiro siempre a la hora de ponerme a escribir. Eso de hacerse el Jedi e invitar a nachos no suele tener mucho éxito con las chicas. Te lo digo por experiencia, jajajaja. Hay que ser un pelín más ingenioso…
Ya he leído tu texto y ahora mismo te dejo mi opinión.
Un saludo. Un farero que intenta ser ingenioso.
Hola Maureen. Gracias por leer mi texto. Y por reírte con ello. Sí, las reflexiones del Jedi son algo insólitas. Lo malo es que, a menudo, se corresponden con las que tengo yo sobre la vida. ¡Qué desastre… jajajaja!
Ahora mismo me paso por tu texto, me lo leo despacio despacio, y ya te comento. Si no te molesta me pondré un poco de música: “Dixie Chicks”, mi grupo preferido. Country moderno… una pasada.
Un saludo. Un farero insólito y … adicto al country
Me he echado unas risas gracias a tu relato. Como seguidora de The Big Bang Theory sólo puedo felicitarte y decirte que no pude evitar visualizar a tu protagonista como una mezcla de Leonard y Sheldon. No sé si era tu intención…
PD: estoy escuchando cierta musiquilla Jedi ahora en mi cabeza y no sé por qué.
Hola, farero impaciente “alias jedi”. Tu relato es muy bueno para ser tu estreno aquí. Me he reído mucho. Es muy fresco, divertido y no cometes faltas de ortografía. Guay.
Felicidades!!
Hola farero impaciente, insólito, ingenioso, sensible y adicto al country, (tienes más epítetos que los personajes de la Odisea…)
tu relato me ha gustado mucho, tiene ese humor que me encanta a la par que absurdo. Siempre he querido escribir algo dentro de este rango de humor pero nunca me convence el resultado final, y si a eso le sumamos que luego creo que a la gente no le va a gustar pues acabo por desechar la idea. Por lo que creo que has sido valiente al enviarlo, o al menos desde mi punto de vista.
Desde ahora tienes un nuevo seguidor. ¡Te seguiré la pista muy de cerca! ¡Nos leemos!
Hola Wolfdux. Estás en lo cierto. Da un poco de miedo tirar por el humor, pero es realmente el estilo donde me siento cómodo. Y que me divierte. Además, está de moda, David Safier vende como churros… Pero mi obra de referencia es “SIN NOTICIAS DE GURB” de Eduardo Mendoza. Es mi biblia. Todas las noches, antes de dormir, leo un par de páginas…
Gracias por pasarte y leerme. Esta noche, sacaré el whisky bueno y haré una visita a tu texto.
Un farero reflexivo.
¡Hola!
Me he dispuesto a leer unos cuantos textos y ha sido el título del tuyo lo que me ha animado a elegirlo y me ha llamado la atención. No me arrepiento nada de haberlo leído. Me ha encantado, es original, divertido y se lee con mucha facilidad, felicidades porque creo que está muy bien.
¡Un saludo!
jajaja. si digo que tienes un humor fino y un estilo muy fresco no añadiré nada nuevo, pero lo hago de corazón… y eso añade, por lo menos, cuarto y mitad de músculo y sangre al comentario… sé que sabrás apreciarlo. desde ya ganas un seguidor en adelante y un rastreador de tu obra anterior.
un saludo, nos leemos!
Sergio Mesa / Forvetor
http://miesquinadelring.wordpress.com/
pd: mención aparte para tu pseudónimo inquieto. chapó.
pd2: precisamente, hace poco me acabé “El Asombroso Viaje de Pomponio Flato”. no tan redondo como tu libro de cabecera pero muy agudo 😉
¡Muy bueno!
Di que si. No hay como tener una gran confianza en uno mismo para salir airoso de cualquier situación, aunque el lado oscuro de la fuerza te amenace. A mi particularmente, ese jedi “ennachado” me ha enamorado… si es que a las mujeres nos gustan los hombres que nos hagan reir…
Se agradece un relato irónico, cargado de comedia, que te hace sonreir desde el minuto uno. Ya tienes una fan más.
Lo del final, lo de jugar con la espada láser…¡fanfarrón!
Te leo el mes que viene
Hola forvetor. Gracias por el comentario. Y por haberlo hecho de corazón. Y por haberte declarado mi seguidor. Así ya tengo siete… (seguidores).
Eso de rastrear mi obra anterior te resultará algo complicado, no porque no haya cositas por allí, que las hay, sino porque utilizaba otro pseudónimo. Antes estaba en el lado oscuro… pero ahora me he vuelto muy muy bueno y educadito. A ver lo que dura…
Este finde pasaré sin falta por tu blog. Ya nos leemos.
Y… todo un placer conocerte.
Un farero renovado.
NOTA: forventor, no sé porqué, pero tengo la sensación que en las próximas semanas coincidiremos en los lugares virtuales más inesperados… jajajaja…
Hola R. Mac. Gracias por el comentario. Siempre es un placer que alguien te diga que le ha gustado el trabajo que has hecho. Este finde, sin falta, me pasaré por tu relato y te comento.
Un farero agradecido.
Me encanta el sentido del humor que has imprimido a tu relato, sobre todo las notas aparte del texto, saliendo de la “escena”. Enhorabuena.
Que relato más fresco. Me ha encantado! Espero poder leerle en la próxima edición del taller.
Felicidades
Jaja que divertido. Sencillo, agil y de manera muy natural nos describes una escena tipica de cafeteria entre un gandul y un listillo.
Muy bueno. El final me parecio un poco endulgente pero no demerita lo divertido que me resulto leerte.
Felicidades
Farero, puedes contar con un octavo seguidor. Nada más terminar de leerlo, me ha recordado a Eduardo Mendoza, y luego he visto tu comentario. Me gusta mucho la literatura de humor y considero que es muy dificil conseguir textos buenos. Me ha encantado tu fina ironía y has conseguido picar mi curiosidad para ver que ocurría en el parrafo siguiente, si realmente era un caballero Jedi o estaba haciendo oposiciones a un bofetón tamaño familiar. Por favor, mantén ese estilo humorístico en tus proximos relatos. Prometo leerlos.
La fuerza esta contigo maestro Farero. yo también quiero una espada laser para ligar chicas.
Servio Flores y José Torma, gracias por haber pasado por aquí y haber dejado vuestra opinión. Es un lujo.
José Ramón, te doy la bienvenida como octavo seguidor. Cuando llegue a diez montaré una fiesta. Estás invitado. Tú traes a las chicas…
Y oskar, las chicas no se ligan con la espada láser, se ligan utilizando el poder de la fuerza.
Un saludo a todos. Un farero con mucho trabajo.