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El código - por Cande

El autor/a de este texto es menor de edad

Me detuve para tomar una buena cantidad de oxígeno. Estaba muy agitado y lo necesitaba. Me perseguían en busca de algo.
Cuando escuché esa voz que me decía: "¡Sal, cobarde!", decidí esconderme detrás de un contenedor de basura. Sin embargo me encontró.
Cuando traté de huir me acorraló con sus brazos contra una pared. Vi esos ojos que me paralizaron, eran los mismos que mataron a todas esas personas. Tuve que dejar de mirarlo porque me dejaba inmóvil. Hasta que escuché que me dijo:
-Última oportunidad. Dímelo ahora.
-Deberías aclarar un poco más las cosas.
-¿Te parece?-Dijo esa frase y agarró un palo que se encontraba apoyado en el contenedor basural y apuntaba a mi cabeza. Cuando tomó carrera para golpearme comencé a correr sin parar. Él corría detrás de mí, volví a fijar la vista adelante y cuando la vuelvo hacia atrás ya no estaba más. Traté de apresurarme cuando escuché el sonido de un motor. Mirando para ambos lados lo encuentro sobre una moto. Me desvié hacia la izquierda dejándolo de lado.
Cuando entro a un lugar abandonado trato de ocultarme, y sin importar con qué, tapo mi cara; pero me encuentra de todas formas. Me arrastró hasta un callejón sombrío. Debo admitir que tenía miedo de que me pasara algo. Rápidamente, ubico un caño oxidado con la punta doblada. Lo escondo detrás de mí, y cuando me dice:
-Aclaremos las cosas.
Le respondo.
-Me parece bien.
Le pego con el caño en la pierna dejándolo tirado. Cuando intento escapar nuevamente me toma por el pie y me impide correr. Faltándole fuerzas, trata de pararse y lo logra, con su palo me revienta el brazo, pero eso no basta para que yo lo agarre por el cuello y le pregunte:
-Dime… ¿esto es lo que quieres?
Con poco aire me responde:
-¿A ti te parece que yo quiera esto?
-Pues entonces, dime ¿qué es lo que quieres?
-Dime… tu- dijo entrecortado y casi inaudible a causa de la asfixia.
-¿Mi? ¿Mí qué?
Le solté un poco la garganta para que tome aire.
-Se…cre…to…
-¿Mi secreto?
Cuando le volvi a soltar el cuello me agarro las manos y me empujó contra la otra pared. Al parecer era todo un acto que había preparado, esperando librarse de mí.
Agarra una navaja que ocultaba en su bolsillo delantero y me la coloca en el cuello. Temblando le respondo para que se calme:
-Está bien. Te lo diré- Pensando en qué decirle, se me ocurre:- Pues ellos me dijeron que lo guarde bien y que no me lo quitaran.
-Ese no…
-Pues no se cual…
– Dime el código de la caja de Scar Jones.
-No lo sé…- Dije mintiendo
Comenzó la batalla de nuevo. Él estaba tirado y con un poco de esfuerzo pone todo su peso en la pierna derecha, se para sobre esa levantando la otra y me pega una patada en el estómago, dejándome sin aire. Y cuando caigo al suelo me pone un pie en el pecho. Pidiéndome por última vez la clave de la caja fuerte.
-¡Dímelo!
-Te he dicho que no la sé…- dije
Entonces me hizo un pequeño tajo en el cuello que me sangró hasta el pie.
Quería salir de allí, pero no pude porque me insistía en que le dé la maldita clave. Pero no se la podía dar, por cuestiones que nadie se atreve a decir. Si no pensaba en algo pronto, la cosa iba a empeorar.
-Yo sé que tú la sabes, pero no me importa porque de algún modo te la sacaré- Dijo con tono grave.
-No sé quién piensas que soy, pero te aseguro que estás equivocado. Yo no conozco a ningún Scar Jones ni tampoco a alguien que tenga una caja fuerte- Dije nervioso.
-Pues entonces dime ¿Cómo aparece tu nombre en la lista?
-¿Qué lista?
-No te hagas el distraído, tu sabes bien que lista digo, si me das la clave te borraré de allí.
-No sé de qué me hablas, y mientras yo sepa que no aparezco en ninguna lista no te daré ninguna clave.
-Ayúdame no seas así, luego te dejare en paz y nada de esto volverá a pasar.
Lo tuve que acompañar hasta su camioneta y decirle el código.
-7312-9835-4601
Conectó todo a la computadora y el código resulto correcto. Borró mi nombre y me dejó salir.
No me meteré en ningún grupo de mafia, fue toda una casualidad meterme allí.
FIN

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1 comentario

  1. 1. Aurora Losa dice:

    Hola, tuve la suerte de comentar tu texto, sigo intrigada con si de verdad conocía o no la clave de antemano y para qué servía. supongo que el límite de palabras te obligó a dejar sin responder algunas preguntas pero está bien, sigue así.

    Escrito el 4 marzo 2014 a las 09:21

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