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La Reunión - por Carlos Lorenzo

Llevaba más de media hora sentado, esperando. Solo se movió para resguardarse bajo un saliente cuando empezó a llover a mares. Tranquilo, como era el, miraba el móvil y se metía uno a uno sus snickers en la boca. Iba preparado, sabía que tendría que esperar, las estrellas siempre se hacen de rogar.

Tuvo que esperar otros 15 minutos hasta que apareciera Paul. Llevaba un parka negro. Pantalones negros y gafas del mismo color. Parecía que los años no pasaban por el.

—Aquí estamos de nuevo. John y Paul en Regents Park. Por dios…¿cuanto tiempo ha pasado …10…15 años? Estás mas gordo. Dijo Paul sentándose justo a su lado y encendiéndose un cigarrillo.
—17 años 4 meses y 3 días— Dijo John desenrollando un viejo periódico que llevaba oculto en la chaqueta—ahí, en la última página. La crónica de nuestro primer concierto. Justo aquí.
—Siempre fuiste un sentimentalista John. A saber cuantas de estas cosas tienes guardadas en casa. Tantos años, tantos conciertos y sigo recordando aquel como el primer día. Se te rompió una cuerda en la segunda canción, y yo me olvidé la mayor parte de las letras. Pero todo hay que decirlo al público le gustó.
—El público estaba borracho
—No más que nosotros.

Hubo un silencio durante un par de segundos, y luego los dos estallaron en una sonora carcajada.

—Pero llevamos años sin vernos, no hablemos mas de lo que ya sabemos ¿que has estado haciendo John?
—Bueno, me casé. Hace ya cinco años. Tengo una hija, y otra en camino.
—Vaya. ¡Enhorabuena! Supongo. Siempre fuiste el más centrado de todo el grupo. Algunos admiraban eso más que tu habilidad al bajo.
—A otros en cambio nunca os hizo demasiada gracia ¿verdad?
—jajaja. Veo que no has perdido tu sentido del humor.
—Y tu ¿que has estado haciendo estos años?, y no me refiero a lo que puedo encontrar con una búsqueda en Internet.
—Estoy cultivando mi propio vino. Ya sabes, hasta que empecemos la gira— Paul tiró la colilla al suelo. Se encendió otro cigarro, y se levantó del asiento.—Pero, no me has citado aquí, bajo esta asquerosa lluvia para hablar de nuestro pasado o nuestros hobbies ¿verdad?
—Efectivamente Paul. Quería hablar del grupo. Dijo John arqueando la espalda y apoyando los codos en las rodillas.
—No hay nada que hablar sobre el grupo. Estamos bien ahora. No negaré tu habilidad compositora ¡cielo santo! Algunas de nuestras mejores canciones las escribiste tu. Pero no puedes pedirme volver. Tuvo que ser duro dejar el grupo cuando nos hacíamos un nombre, pero fue tu elección. Eras tu el que no soportaba el peso de la fama y quería llevar una vida normal — dijo Paul mientras hacía continuos y torpes aspavientos con las manos. Como si un invisible titiritero lo guiase desde arriba —. ¿por qué ahora? ¿Necesitas dinero? ¿Es eso? Puedo dejarte algo de pasta. ¡joder! Me sobra la pasta. Solo tienes que pedirlo. Siempre fuiste como un hermano para mi.
— No quiero volver al grupo —dijo John levantándose y metiéndose las manos en los bolsillos. Mirándole con esa frialdad que sacaba de quicio a Paul.
—¿entonces que es?
—Quiero que tu lo dejes. Leo todos los días noticias sobre ti, y no precisamente buenas. Alcohol, drogas, orgías. No eres más que una mala caricatura de ti mismo. No eres el Paul que conocí. ¡Necesitas ayuda!

Paró de llover en ese instante, y ambos pudieron percatarse del absoluto silencio que imperaba en el parque. Paul se encendió otro cigarrillo y empezó a andar dando vueltas sobre si mismo.
—¿que sabrás tu? No dices mas que tonterías. Solo eres un rajado. Si, un rajado. Te cagaste cuando empezamos a ser alguien.
—Quítate las gafas
—¿que?
—Quítate las gafas Paul
—No pienso hacerlo
—¿Que me encontraría si lo hicieras? Horas y horas de sueño sustituidas por cocaína ¿Me equivoco?
—¡NO TIENES NI PUTA IDEA! —Gritó Paul a escasos centímetros de la cara de su antiguo compañero —. Me voy John. Dijo Paul mucho mas calmado dándole la espalda a John.
—Mi hija…Se llama Lucy. Como la primera canción que compusiste.
—tu y tus sentimentalismos — dijo Paul todavía de espaldas—. No vuelvas a llamarme.

Solo cuando ya no podía ver a Paul en la distancia se atrevió John a sentarse. En la mano seguía teniendo aquel periódico ahora espachurrado. En la foto se podía ver a Paul rodeando con un brazo a John diciéndole algo al oído. Algo que no recordaba y que ya nunca importaría.

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2 comentarios

  1. 1. Aurora Losa dice:

    El diálogo me tenía atrapada desde el principio, tan creíble, tan bien construído; cómo va evolucionando desde la nostalgia a una preocupación presente.
    Y dejas la gran sorpresa para el final, esos Paul y John, reconocibles entre líneas, pero tan universales, tan genéricos; una historia repetida mil veces dentro de ese mundillo con diferentes nombres, pero siempre la misma canción.
    De verdad, enhorabuena.
    Sólo te pondré un “pero”: ojo con alguna tilde que se te ha escapado.
    Precioso, en serio. Y me gustaría añadir que este es uno de los pocos textos en los que el periódico ha tomado forma de protagonista real y no es mero atrezzo.
    Desde luego no sólo has cumplido con los requisitos, has ido un paso más allá.
    Estoy deseando ver lo próximo que ofreces.

    Escrito el 2 abril 2014 a las 10:10
  2. 2. Chiripa dice:

    Carlos,
    Aparte de que has de agregar unas cuantas tildes, tu relato me ha parecido muy bueno, tanto en estructura como en contenido. Utilizas un lenguaje coloquial muy facil de leer y haces un excelente manejo de los diálogos.
    Nos seguimos leyendo!

    Escrito el 14 abril 2014 a las 00:55

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