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Subrayadas - por Lucia Calo

El autor/a de este texto es menor de edad

Emma metió las manos en los bolsillos para entrar un poco en calor, su abrigo rojo hacía llamar ligeramente la atención de todos los que se encontraban esa mañana en St. James Park. Londres estaba en plena primavera, pero el frió todavía era persistente.
No tenía más de cinco minutos ahí cuando decidió sentarse en una banca a descansar mientras admiraba el lago y la gente alimentando a los patos.
Sintió que alguien se sentaba junto a ella en el banco, no hacía falta que se volteara para saber quién era.
-¿Qué tienes?- Dijo aun viendo a los patos nadar lentamente por el lago.
Aquel hombre siempre tan misterioso, vestía igual que todos los días, una gabardina negra encima de una camisa impecablemente blanca, unos pantalones y zapatos negros y algunas veces cargaba un sombrero, como hoy.
-¿Qué es esto?- Pregunto mientras tomaba el periódico que aquel hombre le entregaba. Lo miro pero como siempre él se encontraba inexpresivo.
-Aquí tienes todas tus respuestas.
Emma se percato que era un periódico de hace diez días y aleatoriamente en todas las paginas había varias palabras subrayadas con un marcador rojo. Emma sabia que esas palabras no se encontraban subrayadas por que si, significaban algo pero ella tendría que descubrirlo.
-Espero que esto me sirva- Menciono aun hojeando el periódico. –Esto es la última parte- Dijo sacando unos billetes del bolsillo delantero de su elegante bolso.
-Sabe dónde encontrarme cuando me necesite, siempre es un placer trabajar para usted- Opino aquel misterioso hombre estrechando su mano.
Emma vio como seguía su camino.
Compro un café grande con dos de azúcar en un puesto cercano en el parque, y se sentó de nuevo en la banca de antes. Lista para resolver algo que la llevaba hartando unos meses atrás.
Como dijo aquel hombre todas las respuestas estaban subrayadas en aquel remoto periódico, al principio le costó descifrar que decían aquellas todas palabras. Pero descubrió la trampa, consiguiendo de la respuesta escondida.
Todas sus sospechas estaban más que claras acerca del asesinato de aquella noche en donde su hermana y su prometido habían terminado muertos de la peor manera.
Tres años más tardes ya sabía quien había sido el culpable.
Pero seguía sin saber las causas del asesinato.
Le envió un mensaje a aquel misterioso hombre, agradeciéndole por su trabajo y que todo lo que le dio la había servido.
El detective no contesto, pero ella sabía que lo había leído.
Hizo un par de llamada a su abogado, diciéndole todo lo que había conseguido pero que todavía tenía un par de preguntas sin responder.
Lo que Emma no sabía es que un hombre tenía rato mirándola detrás de un viejo periódico, exactamente la misma fecha del que tenía ella con todas las respuestas.
Lo que Emma no sabía es que ese hombre sabía más que ella.
Lo que Emma no sabía es que ese hombre ya tenía a su próxima presa.

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2 comentarios

  1. 1. Chiripa dice:

    Hola Lucía!
    Comenté tu relato hace unos días y ratifico que tienes potencial.
    Enhorabuena !

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 01:41
  2. 2. Aurora Losa dice:

    ME encanta cómo has cerrado el texto con esas tres frases que parten del mismo principio y se van alargando. Es un recurso peligroso y lo has usado muy bien.
    Enhorabuena.

    Escrito el 2 abril 2014 a las 11:17

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