Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
Richard "el Marqués" y Dani " el cojo" - por Marazul
El balón fue rodando hasta los pies de Richard, detrás un niño indeciso que no se atrevía a recogerlo. No era de extrañar al ver el aspecto desaliñado de aquel hombre que calzaba unas viejas y rotas alpargatas sujetas por deshilachados cordones. Vestía unos pantalones cortados hasta la rodilla que dejaban al descubierto chorretes en sus pantorrillas. La chaqueta, que se suponía de pana, tenía los bolsillos rotos y unos buenos lamparones en las solapas. Los ojos azules de aquel hombre, si alguna vez fueron hermosos, ahora se mostraban hinchados de tanto alcohol, la barba descuidada y en cuanto a la boca ésta tenía más huecos que dientes.
El Marqués, así le llamaban sus colegas del parque porque mostraba cierta cortesía en sus ademanes, empujó suavemente el balón hacia donde estaba el niño y éste recogiéndolo con celeridad salió corriendo al amparo de su madre.
Richard siguió con su tarea de buscar en la papelera. Al mismo tiempo apartaba con el pié a un par de palomas descaradas que picoteaban a su alrededor. Ellas tendrían que esperar su turno.
Sabía que a esas horas, después de las meriendas, podía hacer acopio para la cena, la de él y la de Dani, " el cojo", su colega. Fue apartando residuos: la cáscara de un plátano, alguna lata vacía, un paquete con galletas rotas, restos de un yogur, una manzana que aún tenía un par de mordiscos,media magdalena, un trozo de lo que había sido un bocadillo de chorizo y un periódico atrasado, que le serviría para envolver todo aquello.
Conocía muy bien aquel parque y sus rincones. La fuente en donde se lavaba por las mañanas y se refrescaba en verano, cada uno de los árboles y sus sombras. Reconocía el sonido que hacían las ramas cuando las movía el viento, y el gorgojeo de los pájaros que anidaban en sus copas; distinguía los olores de las plantas, de sus flores.
Aquel parque era su hogar; como techo el cielo raso, como cama el banco junto a la estatua del escritor, como abrigo periódicos y cartones.
Detestaba el albergue al que le obligaban a ir en las noches más frías.
Todo lo que Richard necesitaba era la bebida, restos de comida, unas colillas al día y la compañía de su amigo " el cojo". Los dos colegas conversaban, también discutían, y al atardecer hartos ya de alcohol, caían rendidos hasta que nuevamente el sol, el viento o la lluvia les despertaban.
Richard vio venir al cojo con las botellas. Era menudo y delgado, de ojos minúsculos e inexpresivos, inconfundible con su balanceo al andar y la gorrilla ladeada.
–Mucho has tardado "cojo"…!!! Ya empezaba a impacientarme.–
–Tranqui Marqués,–respondió " el cojo"– que me vengo apretando los meaos y en cuanto descargue te enseño el apaño.
Una vez sentados en el banco y después de los primeros tragos, Dani, " el cojo", hurgó en el bolsillo de su gastada cazadora vaquera extrayendo un montón de colillas que enseñó a su amigo como el mejor de los botines.
–¿Ves Marqués, cómo la espera merecía la pena?.–
Richard por su parte comenzó a desenvolver el paquete con las sobras de las meriendas y lo extendió encima del banco.
–Joer, Marqués, tu también has conseguido buena jalada…!!!
Pero Richard no miraba los restos de comida. Con mucha atención y despacio, apartando un trozo de manzana, empezó a leer aquella esquela del periódico ABC que tenía un tamaño considerable.
– " Ilustrísimo señor Don Ricardo Álvarez de Guzmán y Mendoza, Marqués de
Torreblanca. Falleció en Madrid el día 20 de noviembre de 2013"
A pesar de las manchas de grasa en el papel Richard pudo seguir leyendo, no sin antes murmurar entre dientes: – el viejo, ha muerto el viejo".–
–" Sus hijos don Ricardo (ausente), don Juan Luis, (Marqués de Cañada) y doña Victoria, (condesa de Monteverde).
La mente enferma y destruida por el alcohol de Richard tuvo un instante de lucidez. En su cabeza se agolpaban imágenes y recuerdos; la del niño huérfano de madre a edad temprana, un padre autoritario, hermanos con los que nunca jugó.
Internado, abandono,
Rebeldía, castigos,
Huída, repudio,
Indigencia, pobreza.
Dani, "el cojo" no entendía la actitud de su amigo, y como para hacerle regresar a la realidad dijo:
– Anda Marqués, pásame el trago…!!!
En cuanto al contenido me ha gustado la historia, muy bien llevada y aplicando muy bien lo de mostrar sin decir, que es algo que yo intento prácticar desde que me uní al taller. Muy bien.
En cuanto a la grámatica, tengo que revisarla con más calma, ya me pasaré por aquí más adelante.
Saludos
Hola Marazul,
Esta intervención “–Tranqui Marqués,–respondió ” el cojo”– que me vengo apretando los meaos y en cuanto descargue te enseño el apaño.” me parece genial por lo bien que retrata al personaje.
En cuanto a la historia reflejas el triste final del marqués pero creo que aparece demasiado al final. Además, como tampoco parece muy preocupado, de hecho parece disfrutar del parque durante todo el relato, no acaba de ser todo lo impactante que podría.
Por lo demás buen relato si bien revisa la primera frase la segunda cláusula queda como descolgada.
Saludos
Una pintura hermosa, un cuadro mostrado de manera super. Me llevaste totalmenta ahi. La historia del infortunio, del alcoholismo y de la miseria humana.
Entiendo un poco el comentario de Miranda, porque al leerlo de repente tenia que regresarme y re-leer para darme cuenta. Tal vez haya oportunidad en las puntuaciones. Pero es poca cosa. Me ha gustado mucho.
Felicidades.
La idea de la historia y el contenido me han gustado mucho. Tal vez me ha faltado simpatizar, identificarme más con el Marqués para poder sentir realmente el impacto de la muerte de su padre. En cambio “el cojo” con dos frases lo has reflejado perfecto.
Sigue trabajando esas buenas ideas.
Saludos,
Aina
http://ainaponstriay.wordpress.com
Hola amigos muchas gracias por leerme. Todo los comentarios los tengo muy en cuenta. He querido resaltar la diferencia entre los dos personajes. El del “cojo” es muy básico y responde al prototipo de personaje que ha vivido siempre en la calle, el gracioso y que se sabe buscar la vida. El del Marqués es más complejo y da para un relato más extenso ya que al proceder de una buena familia y haber tenido educación obviamente no se encuentra en su ambiente. Me paso por vuestros relatos y os leo. Un saludo
Hola Marazul. Te devuelvo la visita. Y, vaya, ha valido la pena (siempre vale la pena, pero una veces es más grata que otras). Me ha gustado la historia sobre todo porque no recurres a la sensiblería. Nos muestras a un personaje sin pretender que nos dé pena su miseria. Esa visión me resulta agradable. El Marqués y el Cojo. Y yo. Sin juzgarnos ni lamentarnos. Ni siquiera parece lamentar la muerte del viejo (y su posible derecho a la herencia) que en algún momento parece brillar en el ojo de la codicia no tanto del Marqués como del lector. Pero ahí muere, muere con el trago que le reclama su amigo. Estupendo. Equilibrado.
Sólo un pero (para mi ya que como lo has puesto es absolutamente correcto): me ha chirriado un poco la forma de presentar al Cojo:
“–Tranqui Marqués,–respondió ” el cojo”– ”
No porque sea incorrecta (de hecho otros comentarios la han alabado con razón) sino porque en una conversación entre dos (sin terceros que puedan llevar a equívocos) no nos nombramos por nuestro nombre.
“–Mucho has tardado, “cojo”…!!!” Ahí está perfecto ya que lo nombras para meterlo en la escena. Pero ya sabemos que responderá por lo que no hay que recalcar que es él el que responde (ya que no puede ser otro). También tengo dudas de si debería nombrarlo por su nombre, ya que no puede nombrar a otro. Así, yo, y pido mil perdones por la osadía, creo que se podría haber escrito así:
–Mucho has tardado “cojo”…!!! (…)
–Tranqui, Marqués, (también se podría poner cualquier otra denominación: chaval, tron, colega, amigo, viejo, monstruo…) que me vengo apretando los meaos y en cuanto descargue te enseño el apaño.
En fin, discúlpame por el atrevimiento. Me ha gustado mucho.
Un saludo
Hola Marazul,
Me ha gustado mucho la historia y sobre todo como rompes la narración lineal con la parte más poética del final, le da mucha fuerza al relato y así emociona mucho más. Bien hecho.
Hola Marazul: me ha gustado mucho el relato y sí q es verdad q el personaje del Marques da para mucho, para un relato mas extenso. Me hubiera gustado saber mas sobre él, su niñez, por ejemplo; lo que haría después de saber q su padre? ha muerto…
Felicidades!
Hola. Aquí te devuelvo la visita. Tu relato me ha gustado mucho pero también pienso que daba mucho más de sí. Es que escribir toda una historia en 750 palabras es muy difícil! Esta historia es una de las que pide más. Coincido con algún compañero que ha comentado antes que yo en que se podría trabajar un poco más el enlace entre la vida de Richard en el parque y su pasado. Tal vez con alguna ligera pincelada sobre los ademanes de Richard, o su vocabulario cuando habla (supongo que habría recibido una buena educación) a lo largo de la primera parte del relato se podría crear un lazo más fuerte. El final es muy bueno, muy lírico, por primera vez vemos el corazón de Richard y se puede profundizar más!. Un abrazo
Gracias amigos. A Fernando porque me ha convencido y tiene razón. También por haberse molestado en dar una opinión tan extensa. A Eva porque yo también me quedé con las ganas de profundizar en el personaje de Richard y por haberlo entendido tan bien, a Peter, Aina, José, David (por cierto que no he visto tu relato), Lunaclara y Miranda.
Saluditos cordiales
Muy bien, Marazul. La historia me ha gustado. Imagino muy bien la escena con tus descripciones y los diálogos. Y claro que da para mucho más, pero en 750 se hace lo que se puede.
Muy bien tramada la historia, con un final adecuado,que te lleva a la historia del personaje.Y bien escrito
Hola Marazul:
Curiosos habitantes los de tu parque, pero muy realistas. Me han gustado especialmente dos detalles que creo que le dan mucho valor a tu historia: el inicio en el que se nos presenta al protagonista y la reacción de las personas “normales” ante su presencia y, como ya ha comentado algún compañero, ese final en el que con palabras sueltas resumes su vida.
¡Enhorabuena!
madre, con esto de retrasarme unos días en comentar al final no me queda más que decirte que me ha gustado mucho, sobretodo por la falta de valoración moral. presentas a los personajes, pincelas su situación y nos muestras un pedazo del pasado del protagonista sin juzgarlo o presentarlo como parte de una moraleja. simple realidad. chapó.
estoy muy de acuerdo con Fernando en cuanto al diálogo, pero a mi la parte del hiperresumen de su vida me gustó. fugaz y sintética, justo como tuvo que pasar por su cabeza en ese momento.
un abrazo, nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
Me uno a todos los comentaristas que ya han pasado por aquí, Marazul. Me ha gustado mucho tu relato! (como todos los que escribes, la verdad)
No voy a redundar en puntualizaciones porque no tiene sentido. Me quedo con buen sabor de boca de ver un trabajo muy bien hecho. 😉
Un besote!
Hola, Marazul.
Voy a destacar dos cosas de tu relato (está perfecto, pero esto es lo que más me ha llamado la atención):
Me encanta como has perfilado el personaje de “el cojo” con sólo dos frases de éste, no necesita más y uno lo visualiza de golpe.
El final, ese párrafo que nos cuenta toda la historia del protagonista en cuatro pinceladas.
Veo muchas veces el consejo de “contar mucho con poco” desde luego tú lo haces de maravilla.
Enhorabuena.
Marazul
Me gustó mucho la estructura que diste a tu relato,
También la diferencia, el contraste entre las descripciones de los personaje, uno mas detallado que el otro. con el que logras muchísimo, sin gastar las poquitas palabras que tenemos.
Interesante el obituario.
Me pareció perfecto el final sintético, solo sustantivos, que nos dejan ver muy claro el pasado de Ricardo el desaparecido.
Enhorabuena!