Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Prime Time. - por Borja González

Web: http://leondecomodo.blogspot.com.es/

Cintia se apoyó contra un árbol para tratar de recobrar el aliento. Le dolían las piernas, los brazos, la espalda… No estaba acostumbrada a correr.
Abatida por su nefasto estado físico, sopesó la idea de dar media vuelta y regresar a casa. Aunque, por algún motivo que ella misma ignoraba, se resistía a aceptar ese fracaso.
A unas decenas de metros la esperaba realizando estiramientos su mejor amiga.
– ¿Quieres volver? –preguntó.
–No –alcanzó a responder Cintia entre sus resuellos–. Terminemos el circuito.
Sheila esbozó una media sonrisa ante la tozudez de su amiga.
– ¿Estas segura?
–Sí –haciendo un gran esfuerzo, volvió a trotar hasta alcanzar a Sheila–. ¡Vamos! Este verano quiero lucir modelito.

Las dos mujeres continuaron con su carrera por el sendero de arenilla. Cada pocos metros se cruzaban con más personas que al igual que ellas, se habían decidido a aprovechar la soleada tarde para hacer algo de ejercicio por el parque.
–Anoche –comentó Sheila–, Lipp no vino a cenar.
Cintia apenas tenía fuerzas para correr, pero aquella noticia la hizo acelerar el paso para no distanciarse de su amiga.
–Llegó tarde y se metió en cama sin hacer ruido… –continuó– Olía raro…
Por un momento ninguna dijo nada.
– ¿Crees que está teniendo una aventura? –preguntó Cintia al cabo de unos segundos.
Sheila quiso llorar, pero no lo hizo.
–No lo sé…
Cintia sabía lo que era la traición; la puñalada cuando menos la esperas. Sus carnes la habían sufrido en un pasado muy cercano.
Comenzó a recrearse en sus propios recuerdos, descompasándose del ritmo de su amiga.
– ¡Espera! –le pidió al ver que ésta aceleraba el paso.
Sheila se giró para ver el trecho que le había sacado, perdiendo la posibilidad de percatarse de que tras la curva venía un chico montado en bicicleta.
El golpe fue tremendo.
Sheila cayó por la pequeña pendiente que había por los laterales del sendero y fue a parar detrás de unos matorrales. Boquiabierta, Cintia, tardó unos instantes en asimilar lo que había pasado.
El ciclista se levantó del suelo, llevándose la mano a la cabeza.
– ¿Dónde está? –preguntó confuso.
– ¡Allí! –Cintia señaló los pies asomando tras los arbustos.
Los dos bajaron corriendo hasta el lugar donde se encontraba.
Estaba inmóvil, parecía inconsciente.
– ¡Oh, Dios mío! –exclamó Cintia ahogando un grito de pánico.
– ¡Hay que llamar a una ambulancia! –el chico también estaba nervioso.
–No traje móvil… –la joven mujer se pasó las manos por la ceñida ropa deportiva que llevaba.

Sheila escuchaba las voces como un eco lejano. Llegaban hasta sus oídos, pero perdían la coherencia en el cerebro. Comenzó a moverse despacio, con los ojos todavía cerrados. Le dolía muchísimo la cabeza, apenas era capaz de recordar lo que había pasado. Todo era una gran confusión.
–Se mueve… –alcanzó a entender, sin darse cuenta de que se referían a ella.
Decidió abrir los ojos lentamente. Notaba su cuerpo lleno de roces y arañazos. No tenía ni la menor duda de que, con toda seguridad, no eran pocos los cortes que le sangraban.
Quejumbrosa, se estiró con la intención de salir de allí. Sin embargo, percibió algo por el rabillo del ojo que la perturbó hasta el punto de hacerla olvidar todos sus dolores. A unos centímetros de su cara, en el corazón del arbusto, una mano asomaba de entre las raíces con un bolígrafo sujeto entre los dedos.
Gritó con fuerza.
El ciclista y su amiga la quitaron de un tirón y vieron su cara de horror.
– ¡Hay un hombre! –señaló al lugar.
Cintia vio a Sheila sin comprender.
– ¡Ahí! ¡Ahí! ¡Muerto! –Sheila comenzó a hiperventilar.
Cintia la abrazó con ternura para consolarla, mientras el muchacho contra el que se había accidentado removía el arbusto para comprobar lo que decía la mujer.
–¡¡Joder!! –exclamó–. ¡Tiene razón!
–No te muevas –Cintia dejó a su amiga en el suelo y se acercó para ver.

Se asomó al hueco que el chico había despejado con las manos, para no ser capaz de dar crédito a lo que estaba viendo. Había un hombre tirado en el suelo, vestido con una camisa blanca impregnada de sangre. Siguió la línea hasta su cabeza para descubrir con repugnancia que a aquel ser le había arrancado los ojos de sus cuencas.
Reprimiendo una arcada, dejó de ver y corrió a abrazar a su amiga de nuevo.

Nadie reparó en que, tras unas ramas sin remover todavía, en la otra mano del cadáver, se ocultaba un periódico atrasado con dos enormes círculos concéntricos dibujados a todo correr.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

10 comentarios

  1. 1. Vicente Pacheco Gallego dice:

    Lo primero de todo es felicitarte por tu texto Borja. Me da la sensación que quizá hay una historia escondida o sin contar, por ese final con el periódico. Lo mismo estoy equivocado.

    Desde que ocurre el accidente en todo momento se vive y se siente la tensión en cada palabra.

    Escrito el 28 marzo 2014 a las 15:49
  2. 2. Borja dice:

    Hola!
    Me gustaría empezar por pedir perdón. Entiendo que es frustrante llegar al final y ver que no hay más. Soy el único culpable.
    La idea, de ahí el título (aunque puede ser rebuscado), fue la de emular el comienzo de las series típicas americanas. Las que nos ponen en el “prime time”. La longitud del taller sólo me permitió eso, exponer al muerto. Comprendo que la naturaleza del taller debe ser la de ofrecer una historia mejor concluida y no tan abierta en su fin.

    Vicente, muchas gracias por pasarte!! Me paso a leerte

    Escrito el 28 marzo 2014 a las 17:09
  3. 3. José Torma dice:

    Totalmente de acuerdo. Creo que lograste llegar a ese momento de “cliffhanger” que le llaman los americanos, que hacen que quieras regresar la semana siguiente a ver que paso.

    A mi todo el relato me encanto por la manera tan fluida de los dialogos. encuentro un par de cosas en el uso de los guiones (que es algo que me comentan a mi jaja) asi como al principio me sobra la palabra “misma” en el segundo parrafo, pero pues son pequeñeces.

    Un buen texto que espero tenga continuacion.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 28 marzo 2014 a las 21:14
  4. 4. David Rubio dice:

    Hola Borja,
    Logras un gran Continuará. Cuando tienes un límite de palabras es muy complicado escribir un relato redondo. Cuando empiezas a escribir no puedes saber el espacio que vas a emplear y más en tan pocos días. Primero la idea, luego la redacción y después ajustarla con coherencia en esas 750 palabras. Si te sirve de consuelo a mí me ha pasado lo mismo. Cuando terminé el relato y me puse a recortar me di cuenta que era imposible. La estructura estaba encajada de una manera que no podía eliminar 350 palabras sin que el relato se resintiera. Por eso decidí colgarlo en mi blog con todo el dolor por no participar en este taller.
    ¡Por favor continua esta historia!

    Saludos

    Escrito el 28 marzo 2014 a las 21:57
  5. 5. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Que historia tan cautivadora. Por un momento, al principio, pienso que voy a descubrir una inedita de Corin Tellado y termino obteniendo a un muerto sin justificacion ni futuro. Brillante: Felicidades. Narración exelsa.

    Escrito el 30 marzo 2014 a las 15:33
  6. 6. lunaclara dice:

    Hola Borja!
    Me ha gustado mucho tu relato, y ese final ¡no tiene perdón! Nos dejas con la miel en los labios!!!!
    Parece una peli.
    Felicidades!!!

    Escrito el 31 marzo 2014 a las 11:10
  7. 7. Servio Flores dice:

    En dos palabras: Muy bueno!
    Nos leemos en la próxima edición 😉

    Escrito el 2 abril 2014 a las 19:00
  8. 8. Aurora Losa dice:

    Empecé a leer y me piqué, la verdad. ME enganché aún más con el accidente y la aparición de la mano (me parece que la forma en que has cambiado el punto de vista desde Cintia a Sheila ha sido genial).
    Y llega el final y me quedo con cara de boba.
    QUIERO MÁS.

    Escrito el 3 abril 2014 a las 12:26
  9. 9. forvetor dice:

    juas, pues yo me sumo al clamor popular… no nos puedes dejar así!!!!!!
    aunque entiendo el por qué del título, creo que le vendría mejor uno que encajara con toda la historia (esa que aún no nos has contado) o uno referente a que sólo es el principio de algo más grande. “Prime Time” no dice mucho y encima no tiene que ver con la trama … ¿o sí? 😉
    un saludo, nos leemos!
    Sergio Mesa / forvetor
    http://miesquinadelring.com/
    pd. por el amor de Dior quita la pecera virtual que tienes en el blog… cada vez que entro me tiro cinco minutos moviendo el ratón por encima con cara de tonto ¬¬!

    Escrito el 4 abril 2014 a las 13:04
  10. Hola guapo! Ya opiné sobre tu relato en tu blog, pero quería pasarme por aquí para saludarte 😉

    Hubiera molado (al menos a mí me gustó) que hubieses mandado el de Central Inferno Park…
    Un besote!!!
    A ver qué nos cuentas el próximo…

    Escrito el 5 abril 2014 a las 17:59

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.