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¿El Último Día? - por Yiye

Era una noche fría y oscura. La lluvia repicaba sobre el metal de los columpios, pobremente iluminados por la única farola operativa del parque. Por el tobogán resbalaban las gotas de agua fundiéndose con la sangre del cadáver que sobre él reposaba. Y era aquel cadáver lo que había llevado hasta allí al veterano inspector Garrido.

Yo ya había trabajado con Garrido en varias ocasiones. Su nombre era toda una leyenda en el cuerpo, pero el hombre que tenia frente a mí no se parecía al recuerdo que guardaba de él. Tenía el aspecto del típico cincuentón cachas de los anuncios de colonia que solo usan los viejos. Sin embargo su figura era la de un hombre cansado, derrotado, y el aroma que desprendía recordaba mas a una licorería que a cualquier perfume.

—¿Y bien? ¿Que pinto yo aquí, Moreno? —me preguntó sin siquiera prestar atención al cadáver.
—¿Cómo dices? ¿No está claro? —contesté señalando el cuerpo.
—¿Esto? Un hombre blanco de mediana edad, con un buen traje, en esta zona de la ciudad por la noche… Es evidente que vino a echar una cana al aire para celebrar la navidad y le atracaron.
—Eso imaginamos todos, pero conserva la cartera y el móvil.
—En ese caso supongo que ya habréis averiguado quién es nuestro amigo, ¿no?
—Así es. Hemos comprobado el nombre y, la verdad, parece un tipo corriente. Excepto por un detalle, claro.
—¿Qué detalle? —preguntó pareciendo mostrar por fin algo de interés.
—El motivo por el que te he hecho venir precisamente a ti. Al comprobar el nombre hemos descubierto que el 25 de Diciembre del año pasado se publicó su esquela en el periódico Verdad Independiente.
—¿El 25 de Diciembre? Hace exactamente un año… ¿Así que alguien ha estado un año entero planeando su asesinato? Al final si que va a haber merecido la pena levantarme de la cama —exclamo con una triste sonrisa.

Lo cierto es que esperaba que aquella revelación le impactara un poco mas, pero teniendo en cuenta la actitud que tenia al llegar me dí por satisfecho.

—Bueno —me sacó de mis pensamientos—, en ese caso dudo bastante que la víctima fuera realmente una persona corriente. Alguien se ha tomado muchas molestias en adornar su muerte y tenemos que averiguar el motivo. Imagino que ya has puesto a alguien a investigar quien pagó por la esquela falsa, ¿verdad?
—Por supuesto —solo el hecho de que me lo tuviera que preguntar para asegurarse me pareció una ofensa.
—Bien, pues mientras tanto habrá que centrarse en lo que tenemos aquí. Sugiero que empecemos por…

De pronto se interrumpió. No solo el, todos los agentes nos quedamos paralizados: el móvil de la víctima había comenzado a sonar. En nuestras cabezas imaginábamos lo que vendría a continuación: una incomoda llamada por parte de un familiar preocupado al que tendrían que comunicarle la trágica noticia. Sin embargo el móvil no volvió a sonar y todos nos relajamos, pues solo se trataba de un mensaje de texto. Tras un segundo recuperé la respiración y alargué la mano para coger el teléfono.

—Has tenido suerte. ¿Recuerdas cuando la gente no tenía móviles? Podías preparar la noticia como dios manda, sin… ¿Eh? ¿Qué sucede? —se interrumpió al verme.
—El mensaje es del asesino, mira.
—“Mirad en la papelera” —leyó.

Garrido alzó la vista en busca de la papelera más cercana, se dirigió rápidamente hacia ella y de su interior sacó algo que no pude ver. Al volverse hacia donde me encontraba pude ver como había cambiado totalmente. Ya no era la misma triste figura que cuando llegó al parque: ahora se alzaba ante mi como el héroe que recordaba, con paso seguro, la cabeza bien alta y una expresión en la cara que indicaba a todos que el siempre iba un paso por delante del resto. Bajo el brazo llevaba lo que había encontrado en la papelera.

—Tenemos que ponernos las pilas —fue lo único que me dijo mientras me mostraba su descubrimiento.

Entre sus manos sujetaba la sección de necrológicas de Verdad Independiente del 26 de Diciembre del año pasado, donde había una señalada en rojo que resaltaba sobre las demás y que rezaba: “Manuel Garrido Durbán, que en paz descanse”.

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5 comentarios

  1. 1. Borja dice:

    Muy buen trabajo. Disfruté mucho comentándolo la primera vez, y ahora releyéndolo. Enhorabuena.

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 16:17
  2. 2. Yiye dice:

    Muchas gracias.

    La verdad es que me esperaba mas palos por la fluidez de los diálogos y la forma en que escribí el final, demasiado atropellada. Me faltó tiempo y no lo pude pulir tanto como me habría gustado.

    Hasta dudé si debía enviarlo en ese estado, pero me alegro de ver que a alguien no le ha parecido tan horrible.

    Escrito el 30 marzo 2014 a las 03:56
  3. 3. Maureen dice:

    ¡Oh, qué interesante tu historia, qué ganas de seguir leyendo!

    Me ha gustado mucho, me ha enganchado desde el principio y me ha dejado realmente con ganas de saber qué asesino puede haber planificado al menos dos muertes (una por ocurrir) con un año de antelación. ¿Lo vas a continuar?

    En cuanto a cosas a mejorar, te faltan algunas tildes aquí y allí, pero los diálogos yo los veo bien. Lo que quizás sea un poco tópico es el policía hastiado de todo lo que no sea una buena investigación; aunque, de todas formas, no sé qué tiene esa profesión que parece que es lo que le pega, ¿no? 🙂

    Resumiendo, que me ha gustado mucho tu texto, y me encantaría ver una continuación. Enhorabuena.

    Escrito el 30 marzo 2014 a las 11:55
  4. 4. Yiye dice:

    Pues no tenía pensado continuarlo, pero tal vez le de una oportunidad. En cuanto a las tildes, es algo que me persigue desde siempre. Incluso hago una lectura solo para revisarlas, pero como si nada.

    Escrito el 30 marzo 2014 a las 22:13
  5. 5. Aurora Losa dice:

    Simplemente genial. Mantienes la tensión de principio a fin, engancha, la verdad, y da para algo muchíiiisimo más largo.
    Un apunte, cuidado con las tildes, faltan algunas.
    Y, aunque sé que es crucial para el dramatismo de la historia: si el periódico es del año anterior ¿cómo nadie se había dado cuenta de la falsa esquela del inspector el diciembre pasado?
    De todos modos me ha encantado la doble cara del personaje del inspector, que vuelve por sus fueros aunque empieza con baja forma.
    En conjunto un texto genial, muy bien construido y que da ganas de más, de mucho más.
    Enhorabuena.

    Escrito el 1 abril 2014 a las 12:48

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