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Déjà vu - por Cibeles

El sol le daba de lleno en la cara. La doctora Solano, profesora de física devenida inventora, se puso la mano en la frente a modo de visera para poder ver mejor. El fuerte mareo inicial iba disminuyendo, pero todavía se sentía atontada.

Estaba en el Parque Centenario junto a los puestos de libros usados. “Bueno, al menos es un lugar que conozco bien”, pensó. Desde su adolescencia tenía la costumbre de ir allí cuando deseaba despejar su cabeza. Siempre había algo para distraerse, y siempre volvía a casa sintiéndose mejor. Pero éste no era el caso. Había sufrido una repentina pérdida de memoria, algo totalmente inexplicable, y no podía saber cuán grave era.

Decidió que lo mejor sería volver sobre sus pasos. Dio media vuelta y anduvo por el sendero. Se sentó en el primer banco que encontró, bajo la sombra de un árbol. A pesar de que el otoño ya había llegado, el sol seguía siendo fuerte. La doctora Solano miró a su alrededor, y vio un diario del día anterior. Tuvo la sensación de haber visto el título antes (aunque le parecía vagamente diferente, como más nuevo), y de pronto recordó algo.

Había ido al parque para intentar resolver tranquila el problema de funcionamiento de la máquina de salto temporal en la que estaba trabajando desde hacía diez años. Había dejado a sus colaboradores en el laboratorio con la orden expresa de no tocar nada hasta su regreso, y se había llevado consigo el controlador para asegurarse. Confiaba en ellos, pero ese aparato era el trabajo de su vida, lo cual la había vuelto muy posesiva.

Al pensar en el controlador, buscó en su guardapolvo y lo encontró: un relojito de bolsillo que había hecho modificar (bajo su supervisión, por supuesto). Una pequeña ralladura en el borde le trajo a la memoria las discusiones que había tenido con el ingeniero en jefe sobre las causas de no funcionamiento de la máquina. Él acusaba a la doctora Solano de haber arruinado su trabajo al juguetear con el reloj, cosa que hacía cada vez que se sentía tensa. Ella, por su parte, sospechaba que el ingeniero intentaba boicotear el proyecto desobedeciendo sus indicaciones. Regresó a su mente la última discusión. El ingeniero había tomado el reloj para arreglarlo, según sus palabras, pero la doctora sabía se lo quitó de las manos antes de que pudiera hacer nada (apenas le había dado un golpecito contra el borde de la mesa) y huyó hacia el parque para tranquilizarse y pensar.

Al llegar a este punto, el mareo regresó, tan fuerte como antes. La doctora Solano cerró los ojos y se alegró de estar sentada. Al abrirlos vio que en sus manos tenía el controlador todavía, y se dio cuenta de que esta vez no sólo no había perdido la memoria, sino que además podía recordar que antes del primer mareo había estado jugueteando con el reloj igual que ahora.

Una mariposa pasó volando perezosamente a su lado y por un instante se posó en el borde del banco, junto a ella, y siguió su camino hacia el cantero de enfrente. La mujer giró la cabeza para verla, y notó que el diario del día anterior había cambiado. Tenía otro título.
Y entonces comprendió. El ingeniero en jefe había tenido razón todo el tiempo. El problema siempre había sido el controlador y ella de alguna manera lo había activado (no una, sino dos veces) con su manía de jugar con lo que tenía en la mano mientras pensaba.

La euforia la invadió, seguida inmediatamente por el desaliento. “¿Y ahora cómo vuelvo?”, pensó.

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13 comentarios

  1. 1. David Rubio dice:

    ¡Que chulos son estos relatos temporales! Me gustó ese final cuando se plantea cómo volver. Urgen enviar una TARDIS.
    Muy entretenido relato.
    Saludos

    Escrito el 28 marzo 2014 a las 22:48
  2. ¡Genial! El periódico atrasado también es el de hoy.
    Me gusta que haya una manía de por medio y la forma en que van cayendo a su puesto todos los elementos para que el final sea bien recibido.

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 03:15
  3. 3. tyess dice:

    ¿Qué? Pero que decepcionante, pobre hombre.

    Incluso al leerlo ese último giro fue un poco raro y no me queda duda de que hay algo que no acabé de captar.

    Todo hasta entonces fue muy interesante de leer, me gustó ver al pobre hombre meditándolo tanto.

    (segundo comentario, el primero no pude verlo nunca… )

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 03:28
  4. 4. tyess dice:

    ¡Genial! El periódico atrasado también es el de hoy.
    Me gusta que haya una manía de por medio y la forma en que van cayendo a su puesto todos los elementos para que el final sea bien recibido.

    (segundo comentario, el primero no pude verlo nunca… )

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 03:29
  5. 5. tyess dice:

    Mil perdones, ni sé que fue lo que hice… ¿puedes ignorar el comentario que aparece primero (el que inicia con un “¿Qué?… “)? Yo estaba escribiendo eso en otro lado…

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 03:31
  6. 6. Cibeles dice:

    No me esperaba comentarios, gracias!
    Como ya dije, el cuento no me quedó bien, por mal manejo del tiempo y querer condensar demasiado… pero al menos me di el gusto de hacer algo de Sci Fi XD
    En cuanto pueda le doy una leída a sus respectivos relatos.

    Escrito el 29 marzo 2014 a las 16:26
  7. 7. Kangreja dice:

    Me gustó mucho el vocabulario que usas, la temática y la forma en que enlazas cada situación, me parece una historia muy conseguida, felicitaciones, saludos.

    Escrito el 30 marzo 2014 a las 18:19
  8. 8. Wolfdux dice:

    Hola Cibeles,

    me ha gustado mucho la forma de narrar del relato. El tema de los viajes temporales siempre me han molado y MUCHO. ¡Felicidades!

    Escrito el 31 marzo 2014 a las 06:38
  9. 9. lunaclara dice:

    Hola Cibeles! Por que no vas a merecer una visita? Si tu relato esta genial! Me encanta lo de los saltos en el tiempo, y tu relato esta bien escrito y da para mucho mas.
    Felicidades!

    Escrito el 31 marzo 2014 a las 21:02
  10. 10. Pato Menudencio dice:

    Una buena idea.
    Me gustaría saber cómo podrá volver Solano.
    Saludos.

    Escrito el 31 marzo 2014 a las 21:36
  11. 11. Aurora Losa dice:

    El texto en sí me ha gustado(aunque confieso que al principio andaba un poco perdida), pero es que la frase del final… todavía me estoy riendo. Tanto logro, tanta incertidumbre, tanto que el ingeniero tenía razón y ahora no sabe volver.
    Me encanta, Cibeles, como siempre.

    Escrito el 1 abril 2014 a las 12:25
  12. 12. José Torma dice:

    Jaja David yo tambien son un Whovian y pense lo mismo al leer el relato, que falta le hace la TARDIS jaja

    Yo le capte al instante pero si fue un poco frustrante ver que en realidad era el control lo que fallaba, aun asi esto del tiempo y espacio esta genial.

    A mi me ha gustado un monton.

    Saludos

    Escrito el 2 abril 2014 a las 19:16
  13. 13. Servio Flores dice:

    Que buen relato, esto de los viajes en el tiempo me está gustando tanto como cuando de chico miraba la serie “Salto Cuántico”.
    Buen trabajo.
    Saludos.

    Escrito el 3 abril 2014 a las 04:47

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