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El Despertar de Alice - por Beattoriche

Web: http://sakurimo0n.wordpress.com/

El reino de los espejos es conocido por el imponente castillo construido a base de estos mismos espejos característicos de su tierra; este se encuentra en el centro de la ciudad, que es habitada por toda clase de criaturas mágicas, desde pequeños duendes hasta gigantescos dragones.

Todos viven en constante armonía gracias a la guía del rey y la reina que viven en «El Gran Espejo», como es llamado el castillo. Pero últimamente ha habido una gran tensión en el reino, debido a que recientemente los reyes han fallecido, dejando a cargo a su hija, la princesa Alice. A quien le tienen un gran aprecio, pero que consideran muy joven para reinar y guiar al reino.

Mientras que ella piensa todo lo contrario.

A pesar de tan solo contar con veinte años de edad, ella tiene el conocimiento y poder mágico de una persona de cincuenta años. Esto se debe no solo a la educación que recibió desde pequeña, sino a un don especial con el que nació, del cual ni sus padres tenían el conocimiento de que lo poseyera. No hasta el día de su muerte.

Ese don es algo del que actualmente solo dos personas tienen conocimiento de su existencia: una de ellas es la princesa Alice, y la otra persona es el príncipe Ariel, con el que está comprometida desde su nacimiento, quien también es portador del mismo don que ella.

Aunque hasta el momento lo han tenido en secreto y han sabido esconderlo muy bien, lo mejor para este caso, fue idear un plan para que los habitantes del reino no empezaran a sospechar que ese don seria la causa del gran cambio que estaba a punto de sufrir todo lo que ellos conocían.

Razón por la cual dentro de «El Gran Espejo» se llevaba a cabo una charla muy interesante, entre dos personajes igualmente interesantes.

— ¡Dime! ¿Qué piensas hacer ahora que tus padres han muerto?— pregunto un joven veinteañero de aspecto elegante, con cabello rubio y ojos color rojo.

— ¡Tú que crees Ariel! Lo que debí hacer hace mucho tiempo. Es hora de que este reino se dé cuenta que no es el único mundo que existe en el Universo— esta vez quien habló fue una elegante jovencita con una larga cabellera negra y unos hipnotizantes ojos azules.

Esta se encontraba sentada en el trono del castillo.

— ¡Entonces Alice! ¡Lo que estas tratando de decir es…

— ¡Exacto!

— ¡Ya veo! ¡Entonces, se acabó el juego! ¡Eh!

— ¡Así es! ¡Ahora es cuando la verdadera diversión comienza!— esas fueron las últimas palabras de la princesa antes de echarse a reír a carcajadas.

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