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El castillo de las palabras - por Martín Escola

Hace mucho tiempo en un lugar lejano, existió un hermoso castillo en la cima de una montaña, pero no era un castillo como cualquier otro.
Cuando nació la hija del rey, éste decidió hacer una gran fiesta, invitó a todo el reino y declaró que en ese día tan especial escucharía la petición de cualquiera que deje una ofrenda para su hija. Luego de una gran fiesta, el rey se sentó en su trono y demandó a sus sirvientes hacer los preparativos para escuchar los pedidos de la gente. No pasó mucho tiempo hasta que empezó a formarse una gran fila de personas expectantes. ¡Abran las puertas, que entre la gente! Demandó el rey haciendo resonar su voz por todo el salón. Uno a uno comenzaron a pasar por la gran alfombra, dirigiéndose hacia el rey con gran humildad, algunos pidiendo cosas simples como bendiciones, otros pidiendo impuestos más bajos o mejores condiciones de vivienda. El rey escuchaba a todos atentamente y ofrecía respuestas a cada uno hasta que, de pronto, un hombre exaltado entró al salón del rey gritando y agitando un largo bastón. ¡Exijo hablar con el Rey en persona! Exclamaba el hombre mientras arrastraba con él a dos guardias que trataban de detenerlo. La extraña situación despertó la curiosidad del rey.
Guardias, Déjenlo entrar. Dijo el rey con voz firme mientras se erguía en su trono para lucir imponente. Los guardias lo soltaron con cierto desprecio dándole un pequeño empujón mientras el hombre los miraba de reojo y se acomodaba la ropa. Caminó firmemente hacia el rey con la mirada al frente hasta que el rey le ordenó detenerse.
— ¡Alto ahí extraño! ¿Quién eres para presentarte ante mí de ésta forma?
— Mi nombre es Arrin, vivo en el bosque de Harriel.
— ¿El bosque de Harriel? ¿Y que motivo trae a un forastero como tú a mi reino?
— Vengo a exigir que escuche mi petición.
El Rey soltó una gran carcajada al escuchar semejante declaración, ¿Un forastero exigiendo a un Rey? ¿Qué clase de disparate es éste?, pensaba mientras intentaba recuperar la compostura.
— Dime forastero, ¿Por qué debería yo escuchar la petición de alguien ajeno a mi reino?
— Señor, he traído hierbas medicinales como ofrenda. Sé que el bosque de Harriel está en los límites del reino pero usted dijo que escucharía la petición de cualquiera que deje una ofrenda para su hija, no especificó la procedencia. Lo único que pido es…
— ¡Suficiente! No escucharé las exigencias de un forastero que entra a los gritos a mi salón y ni siquiera tiene la cortesía de arrodillarse.
Luego de un breve silencio, Arrin se arrodilló frente al rey y con la cabeza gacha continuó su pedido.
— Señor. He caminado un largo trecho trayendo regalos para su hija, por favor, tan solo le pido que me escuche.
— Ya es tarde para disculpas, no seguiré escuchando a un forastero.
Arrin alzó la cabeza sorprendido por la fría respuesta.
— Usted dijo que escucharía, yo traje mi ofrenda, cumplí con mi parte. ¡Exijo que cumpla con la suya!
Al escuchar semejante desacato el rey explotó en cólera saltando de su trono.
— ¡Se acabó el juego! ¡Guardias, llévenlo al calabozo!
Al escuchar ésas palabras Arrin se puso de pie y alzando su bastón miró fijamente al rey.
— Me has decepcionado. ¡Ahora conocerás del peso de tus palabras!
Antes que los guardias lo capturen golpeó fuertemente el suelo con su bastón y desapareció, dejando en su lugar una nube gris y un gran silencio.
Atónito y lleno de ira, el rey comenzó a gritar llamando a sus guardias, pero su voz se había desvanecido y en su lugar un líquido negro brotaba de su boca. Sus piernas temblaron y quedó mirando el piso, vomitando lo que parecían ser letras, logró ver la palabra “Guardias” clavada sobre la alfombra en pesadas letras negras mientras su rostro se tornaba rojo. A su alrededor todos estaban en la misma situación, había palabras flotando por el aire, otras enterradas en el suelo mientras el silencio contrastaba la situación. El rey se tambaleó de un lado a otro intentando hablar pero su enojo hacía que sus palabras sean cada vez más grandes y pesadas por lo que poco a poco fue quedándose sin aire y finalmente murió asfixiado por su propia ira. Desde aquel día ese salón quedó maldito y el castillo tomó el nombre de El Castillo de las Palabras.

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11 comentarios

  1. 1. V de Valdés dice:

    Hola!
    Me ha gustado mucho tu historia. Tiene un inicio muy fuerte. Mientras lo leía me sentí como una niña pequeña, embrujada por la magia de los cuentos. Sin embargo, en mi opinión, el final flaquea un poco, o quizás no es tan embriagador o envolvente como es el inicio.
    Me ha gustado mucho la idea y espero leerte más!
    Un saludo 😉

    Escrito el 28 abril 2014 a las 20:53
  2. 2. Diego dice:

    Hola Martin,
    El principio me ha gustado mucho, con ese parecido que tiene a “El Padrino” pero en otro contexto,muy original la verdad… Sin embargo, me parece que el final no esta demasido bien resuelto, es un poco mas simple de como empezaba…
    de todas formas, quedate con lo positivo, el principio es excelente, capta muy bien la atencion del lector, que es lo importante… ademas, aqui estamos para aprender… Por favor, lee mi relato (22) y comentalo criticamenete si quieres, quiero saber los defectos que le veis…
    Un saludo

    Escrito el 28 abril 2014 a las 20:59
  3. 3. kelly Hernández dice:

    Al empezar a leerlo, las primeras dos líneas me ubicaron en una historia de Príncipes y princesas por lo de muy lejano, me acordé de Shrek y no me equivoqué. El ritmo de la historia me gustó e imagine cada detalle que ibas contando, sin embrago también pienso que a ese final le falta algo, quedé como esperando algo más

    Escrito el 28 abril 2014 a las 22:32
  4. 4. José Torma dice:

    Creo que es unanime. Muy fuerte arranque, la escena muy bien trabajada y luego se me cayo el relato.

    Cosas que pensar.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 28 abril 2014 a las 23:44
  5. 5. Martín dice:

    ¡Gracias a todos por leer mi historia y ayudarme con sus opiniones!

    Ésta es la primera vez que escribo en un lugar que no sea mi cuadernito de notas. Cuando pueda voy a hacerme un blog y voy a subir la historia original que es mucho más extensa, porque es verdad que el final es muy abrupto y no explica mucho.

    Gracias de nuevo a los que opinaron (Diego, me voy a hacer un tiempo para leer atentamente tu historia) y gracias a todos los literautas que sin darse cuenta me impulsaron para dar éste gran paso que es sacarme el miedo a que alguien lea mis historias. ¡Éste taller es genial!

    Escrito el 29 abril 2014 a las 01:24
  6. 6. oskar dice:

    Buen titulo, muy sugerente. Uno se deja llevar por la historia, pero estoy de acuerdo en que se presta para mas de lo que esta escrito. Se quedaron cortas las 750 palabras.

    Escrito el 29 abril 2014 a las 17:08
  7. 7. Adella Brac dice:

    Estoy de acuerdo con todos respecto al final. Creo que es un problema de ritmo; has alargado mucho la presentación y acelerado el desenlace.
    Sin embargo la idea me encanta. Soy muy fan de los cuentos 🙂
    Sigue trabajando. ¡Ánimo!

    Escrito el 29 abril 2014 a las 18:06
  8. 8. Ra dice:

    Hola, Martin.
    Primero felicidades por atreverte a participar. Lo has hecho muy bien. La idea de tu historia me ha gustado mucho, si bien, como ya te han dicho, el final lo resuelves un poco brusco.
    Por otro lado, te comento algunas correcciones que he pensado podrían ayudarte.
    Con cuidaddo con la repetición de palabras. Aunque sea un cuento con enfoque infantil/juvenil intenta no repetir.
    Por ejemplo: “una gran fiesta” en dos frases seguidas. También repites mucho “rey”, (que arbitrariamente escribes en mayúsculas o minúsculas). Busca sinónimos como monarca.
    También tienes que revisar un poco las formas verbales. En laa historia (narrador) predomina el pasado simple o el pretérito imperfecto. Sin embargo, se te ha “colado” un “capturen” y “sean” (último párrafo) que descolocan al lector que estaba sumido en ese pasado.
    Además, creo que sería conveniente que los diálogos siempre estuvieran con el guion delante para introducirlos.
    Una vez más te digo que la historia me parece muy, muy original y me ha gustado mucho.
    Felicidades 🙂

    Escrito el 30 abril 2014 a las 09:07
  9. 9. lunaclara dice:

    Hola Martín! Acabo de leer tu relato y me parece muy bueno, con muchas posibilidades de convertirlo en algo grandioso. Tienes capacidad de escribir de forma visual, con una acción que arrastra al lector… ¡no lo sueltes! ¡mantén la tensión!
    No te preocupes: cuanto más escribas, mejor escribirás.
    A mí lo que me ha chocado es el enojo con el que el brujo entra en la sala. ¿Por qué? Me falta esta respuesta…
    Y me hubiera gustado seguir leyendo más cosas.

    Felicidades!!

    Escrito el 30 abril 2014 a las 11:09
  10. 10. Miranda dice:

    Original, me ha gustado la historia, al margen del límite de las 750 palabras, que se quedan cortas.
    Creo que has acertado y que no podías acortar la primera parte, porque entonces habría perdido garra, así nos dejas con ganas de más.

    Ya leeremos la ampliación en el blog.

    Saludos.

    Escrito el 1 mayo 2014 a las 16:22
  11. Me ha encantado esta historia, pero me sumo a los compañeros, pues se ha quedado bastante corta. Estaría bien conocer más sobre ese castillo. Estoy deseando leerla 😛

    Pásate cuando puedas por el mío y me dices qué te parece. Es el número 31. Os dejo también la dirección de mi blog, donde tengo más relatos publicados (solo me he presentado a las 3 ediciones de estos últimos meses y aquí apenas he publicado).

    http://www.luisdelmoral.es

    Un abrazo.
    Luis.

    Escrito el 21 mayo 2014 a las 21:55

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