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Los Buscadores - por Kangreja
Alejo corre hasta la esquina principal de ciudad límite. Tras años de indagar, por fin encuentra la puerta que tanto ha buscado. Se adentra, ve el viejo manuscrito con las coordenadas para llegar a su destino, y una historia:
<<Si está leyendo estas líneas es porque pertenece a los “ConoPre”. Porque busca, y sabe que hay algo más.
Corre el año 3099, esta ciudad es como todas las demás. Grandes avenidas aéreas, robotizadas herramientas cotidianas. Prisas desmedidas. Tecnologizados amores, capsulas alimenticias. Enfrascadas soluciones a la soledad. Minuciosas inyecciones de conocimiento selectivo. Hiperconexiones aditivas.
Todo esto que le resulta normal. No fue así en otro tiempo. Pero eso es otra historia, o quizás la misma. Nada está aislado. Todo es un infinito espiral de movimientos. Producidos por ese famoso aleteo de una mariposa aquí y el rompimiento de un iceberg allá.
Ha encontrado este manuscrito. Es un buscador. >>
Alejo, siente su corazón a mil, no puede parar de leer aquellas letras, después de tantos años buscando, se siente cada vez más cerca.
<<En una época lejana, a este su tiempo, existió un grupo, perseguido y desterrado, por tener el oficio de sentir e identificar el “conocimiento interno”. Estos creadores de historias, se les conoció como lecto-escritores. Expertos en el arte de descifrar emociones. Quienes consiguieron mantenerse vivos, juntaron todo su saber para repoblar el castillo de ciudad límite. Preservando aquellas obras que lograron rescatar de los “antimos”. También conocidos como antiemocionales. Seres que luchan contra cualquier forma de emoción transmitida por los lecto-escritores.
En este castillo no hay medios digitales posibles a usar. >>
Alejo, detiene un momento su lectura, no puede entender cómo es eso posible. ¿Un universo sin imágenes, bits, caracteres, códigos, pantallas, redes? Tal utopía escapa de sus referentes.
El manuscrito finaliza, mencionando unas cuantas formas de acceder sin ser visto por los antimos residuales. Alejo cumple los preceptos allí descritos. Consigue llegar al castillo. Posa sus manos en las monumentales puertas, y escucha una voz: “Si de mí raíz quieres beber, siéntete libre de sus ramas coger. El conocimiento y el arte de saber, es un merecido don para quien curioso el mundo se atreve a recorrer. Si por el contario, no es de tu interés, libre eres del camino continuar. Recuerda que saber es conocer, y para ello mucho has de perder”.
Las puertas se abren y Alejo no puede creer lo que sus ojos ven. Gigantescas estanterías repletas de libros. Él, frente a cientos de universos.
Pasa de leer “Las mil y una noches”, a cómo conoció el hielo un tal Aureliano Buendía. Descubre al mismo tiempo las palabras del Hidalgo Caballero, y la locura de la mano de Hamlet. Divaga mientras se maravilla por los submundos de Dante. Pasa de un cuento de Chekjov a un poema de T.S.Elliot. Lo mismo siente rabia que alegría. Tristeza que dolor.
Duda con Joyce, y Carpentier. Entiende en Goethe, porque lo cercano se aleja. Le crecen cuatro patas con Kafka. Sufre como nunca con Nietzsche, kierkegaard y Wilde. Empatiza con las emociones de Madam bovary y sus siempre frustradas ilusiones. Siente frio desde las memorias del subsuelo. Susurra las palabras de Whitman y Pessoa.
Se emociona con Virginia y sus olas, con Frida y sus alas. Se impregna de la melancolía de Benedetti y Paz. Se sorprende con las criaturas increíbles de Cortázar. Llora con Pizarnika, su lucidez como dolor y único placer que puede conocer.
Las historias siguen. Cada una diferente pero igual. Entonces las palabras de Spanbauer resuenan en su cabeza “Cuando cuentes tu historia entenderás lo que has conocido. Y eso, el conocimiento comprendido, es la mejor sensación posible". ¡Alejo se exalta!, ¡eso es! las historias de los libros son maravillosas, y cobran sentido si existe la mirada del otro para reconocernos en ellas. ¡Conocimiento Comprendido! ¡ConoPre!
Entonces, la conexión con todas estas emociones se hace una. Esas historias acumuladas en diferentes etapas y lugares, obedecen a las mismas emociones, humanas demasiado humanas. Amor, miedo, rabia, pasión, tristeza, dolor, frustración, odio, alegría, deseo, felicidad, soledad.
¡Eufórico escribe! “Como los alpinistas que consiguen escalar la gran cima, y después de miles de esfuerzos, encuentran la esencia de todo en la presencia de sus iguales”. Ya lo dijo Christopher Johnson, la felicidad sólo es real cuando es compartida.
Escucha la voz de antes: Se acabó el juego, El conocimiento comprendido de los buscadores lo ha tocado. El ConoPre lo habita.
Se abren las puertas del castillo, se le abren las puertas del mundo.
Hola, Kangreja.
Es la primera vez que participo y el tuyo fue el primer relato que comenté. Y nada, que me lleve una gran sorpresa, me gustó mucho. La “mala” noticia es que no sabía que comentarte, todo me parecía genial, la forma, el contenido. Rebuscando mucho algo te puse, pero creo recordar que fue algo en plan gustos personales.
Intentaré ser más profesional la próxima vez ; )
Un saludo.
Bueno, esta es mi primera vez por aquí como espectador, allá voy.
En esencia tu relato me ha parecido genial, el ritmo dentro del castillo cuando esta rodeado de conocimiento, la mención a los “anonimos” tienen en gran medida algo familiar en nuestra cultura y me ha parecido una buena metafora, intencionada o no.
Por lo demás no tengo ningún error destacable.
Un saludo. 🙂
Hola Kangreja,
Tu relato me ha hecho “ver” ante mis ojos un corto, con escenas fundiéndose para pasar de una a otra. Además, la metáfora, el trasfondo, me ha encantado.
Enhorabuena 🙂
Guau, Kangreja, qué bueno es tu relato. Me ha sorprendido muy gratamente.
El lenguaje futurista siempre me cuesta un poco pillarlo, pero aquí se entiende todo, quizás has logrado que cada lector pueda llegar a entender más allá de lo que escribes. Eso es un arte.
El relato tiene un ritmo trepidante, ya desde el comienzo. Eso hace que quiera uno saber más, qué le pasa al prota, quién puede perseguirle…
Ha sido un placer recordar a tan sabios escritores-maestros ilustres.
Sí, la felicidad está ahí, tan cerca, que apenas la vemos.
Muchas felicidades!
Un poco trompicado pero muy disfrutable. Pintas una escena futurista con alta dosis de añoranza. Me senti explorador galactico.
Yo no soy el mas indicado para marcar ortografia asi que me abstendre de intentarlo siquiera jaja
Me ha gustado mucho, me metiste en ese mundo y no queria salir.
Felicidades
Gracias a quienes se han tomado la molestia de leerme, sólo el intento ya es de agradecer.
Recibí algún comentario que encontraba el texto pretencioso, por el simple hecho de mencionar algunos autores, que a mi juicio son importantes en la literatura. Simplemente comentar que no pretendía ni mucho menos dicha función. El cuento fue escrito para mi sobrino cuyo nombre es “Alejo” y con el mismo pretendo sembrarle la curiosidad sobre el maravilloso hábito de leer, por ello menciono algunos autores que en mi vida me han hecho descubrir cosas interesantes bien sea por su lectura o por el mero hecho de saber de su existencia.
Lagarto: Muchas gracias por tu lectura y bienvenido a este maravilloso grupo.
Rynk: Me alegro que te gustará y te moviera algo. Nos leemos pronto.
Aina: muchas gracias por tus palabras, es genial conectar de alguna forma con las palabras.
Lunaclara: La felicidad como la utopía a un paso! gracias por leerme.
José: Es bueno cuando a uno lo captura alguna historia.Saludos compañero!
Nos leemos/escribimos/escuchamos.
Muy bueno el relato. Has descrito el sueño de todo literauta de encontrarse un castillo lleno de libros.
Saludos.
Hola Kangreja:
Estas aleccionando muy bien a Alejo, has hecho un buen repaso de los grandes y te ha quedado un relato original en el que, como dice Pato, has descrito un lugar que seria el sueño de los lecto-escritores de Literautas ¡Un castillo, lleno de libros!.
Tener una habitación llena de libros en casa, suele agobiar al común de los mortales. Si dos mil libros les parecen muchos, ¿Cómo se sentirían los “antimos” en el castillo?.
Acabas de inventar una tortura muy sutil para ellos.
Me ha gustado y me ha divertido mucho.
Felicidades.
Saludos y nos leemos.
Yo creo que ese castillo de libros refleja el gran amor que sientes por ellos 🙂
Me ha encantado.
¡Un saludo!
Interesante, muy en la linea de “Farenheit 451” ¿por qué será que a todos los escritores nos da por pensar en algún momento en un mundo sin literatura?
Lo has construido muy bien y me ha encantado, fan tuya desde hace un par de talleres y ahora más.
Enhorabuena.
Pato: Tienes razón, es el sueño de muchos!gracias por leerme.
Miranda: jajaja, me has hecho reír con lo de la tortura! ¿esa sería una segunda parte?, gracias por pasarte por aquí. Abrazos
Adella: Sin dudas el amor por ellos sale en la historia, nos seguimos leyendo. saludos.
Aurora: Alguien me ha mencionado esa semejanza, gracias por seguirme, nos leemos pronto. Saludos.
Muy bueno!
Me llevó dando saltos de un lado a otro.
Felicidades!
¡Qué interesante historia, Kangreja! A mí también me ha recordado a esas utopías sin libros en papel que se van encontrando por ahí cada vez con más frecuencia (y no por más leídas son menos originales). A veces da un poco de miedo tanta tecnología…
No sé si alguien te lo ha corregido, pero la palabra “espiral” es femenina: “Todo es una infinita espiral de movimientos.”
Y por si quieres saber cómo se ponen las comillas que utilizas, prueba con Alt 174 («) y Alt 175 (»). A mí me gustan más porque quedan más “limpias”.
Un fantástico relato fantástico. Enhorabuena 🙂
Servio Flores: Gracias por leerme. Nos leemos.
Maureen: Acojo tus recomendaciones de buen agrado. Gracias por pasarte por aquí. Nos leemos pronto.
Hola Kangreja,
Me gustó el relato. Un buen cóctel de imaginación, fantasía y el recuerdo a la buena literatura, para armar una atractiva narración que me atrajo hasta el final. Enhorabuena.
Sobre la felicidad una puntualizacion. De acuerdo en que es una utopía…..pero necesaria para el ser humano. Por eso la buscamos con ahìnco.
Un abrazo