Lena - por Lucia Calo

El autor/a de este texto es menor de edad

Aquella mañana era uno de los días más importantes para el reino Decem. Se llevaba a cabo la batalla en donde el ganador de esta se casaría con la princesa Lena, la mujer más hermosa de todo el reino. Su padre, el rey Thomas había convocado una serie de juegos en donde poco a poco se iban eliminando para solo quedar los mejores.
El último juego era hoy, peleaban los caballeros más importantes y respetados del reino. Todo el pueblo estaba emocionado y las apuestas eran cerradas. En toda la historia del reino nunca se había presenciado algo así pero el rey Thomas quería que su única hija se casara con el mejor.
Todos estaban reunidos alrededor del majestuoso castillo, precisamente en donde los dos valientes hombres peleaban por el corazón de la chica. En minutos el rey decidiría el ganador, pero nadie se había percatado de que la pieza motivadora del juego no estaba presente.
Alguien entro al recinto y corrió directo al rey. Se acerco y le susurro en el oído algo que mas nadie pudo escuchar. La cara del rey cambio completamente y el resto del pueblo temió por lo peor.
-Se acabo el juego- Interrumpió el rey desde su trono todos voltearon a verlo. –La princesa Lena ha escapado.
El revuelo comenzó entro todo el pueblo presente, nadie sabía qué hacer y la pregunta era ¿Por qué había escapado?
-Cierren las puertas del castillo, la princesa aun sigue adentro- Grito uno de los guardias.
Lo que hace cinco minutos había sido una competencia entretenida y ahora era todo un desorden, la gente buscaba por todos lados tratando de encontrar a la heredera al trono.
A la reina por poco se había desmayado de la impresión de que su única y perfecta hija haya escapado quien sabe dónde.
-Dejen de buscar por mi- Dijo una poderosa voz haciendo que todos dejaran de hacer lo que estaban haciendo.
La princesa Lena por la que todos buscaban minutos atrás se encontraba de pie frente a su padre vistiendo con su típico atuendo cuando salía a cazar por el bosque. Su cabello rubio estaba trenzado en una trenza luciendo más hermosa que nunca.
-¡Hija!- Exclamo el rey.
-Padre, me voy.
La princesa Lena al decir eso hizo que su madre se desmayara otra vez.
-¿De dónde has sacado esa idea? Todos estos caballeros están peleando por tu amor y tu quieres huir.
-Ese es el problema padre, todos pelean por mi amor pero ninguno verdaderamente me ama. Por eso me voy con alguien que si me ama.
-Dime ¿Con quién te vas a ir según tu?
-Conmigo- Afirmo un chico de cabello castaño saliendo entre la gente que estaba alrededor de todos venia jalando su caballo negro.
James era bien conocido en todo el reino por ser el hijo del señor Robert el hombre que se encargaba de proporcionar leña para todo el pueblo en invierno, James era colaborador y ayudaba con todo lo que podía como buen chico de familia humilde que es. Nadie nunca imagino a James junto a la princesa Lena.
-No intenten detenerme y mucho menos buscarme- Dijo la princesa tomando la mano de James. Este se subió a su caballo.
-Hija- Rogó el rey.
Todos estaban igual de sorprendidos que el rey.
-Amo a James padre y sé que aquí no podremos ser felices y estar juntos.
-¿Eso es verdad?- Le pregunto el rey a James. El chico miro a la princesa con los mismos ojos que el rey veía a la reina.
El rey Thomas no necesito una respuesta. En el fondo solo quería que su hija fuera feliz.
La princesa Lena silbo en forma de llamado a su caballo blanco. Cuando apareció ella se monto en el con la gracia digna de una princesa.
-Prometo volver padre, pero no sé cuándo.
Todo el reino presente en la importante contienda vieron como la princesa y un simple plebeyo huían juntos para salvar su amor y vivir dignamente sin los prejuicios de ser princesa.