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El Circo y los besos a mi hermano - por Del Rio Sam Pedro

EL CIRCO, Y LOS BESOS A MI HERMANO
Amaneció en el pueblo y vimos asombrados que la noche anterior habían montado la carpa de un circo en un prado cerca de la Iglesia. Yo era una niña que tenía diez u once años y aquello puso en mi cabeza rápidamente fantasías que me emocionaban y esperaba que mi madre me dejara asistir a la función que era a las nueve de la noche. Pasé el día muy mal y a mi hermano Toni que estaba enfermo le subió la fiebre, y claro esta circunstancia hizo que todos los de la casa nos preocupásemos.
Llego el anochecer, serían las siete de la tarde, cuando mi madre, me dijo:
— Esther, tienes que quedarte para cuidar a tu hermano, cuando llegue al pueblo otro circo, irás a ver el espectáculo, te lo prometo.
Yo no comprendía, porque entre siete hermanos tenía que ser yo la que se quedase a cuidar a Toni, pero mi madre así lo pensó y allí estaba yo, con lágrimas en los ojos pero aceptando lo que mi madre me había dicho que hiciese “cuidar de mi hermano ”.
Desde la ventana de mi habitación podía ver lo que pasaba fuera de la carpa, se veían también, muy bien los carruajes de los actores, y por mi mente pasaban mil historias que recreaban la fantasía que sentía sobre la vida en un circo. Así que me olvide –digamos que me entraron ganas de asistir a esa función- y haciendo caso omiso a las ordenes de mi madre, envolví en una manta a mi hermano, que ardía de calor por la fiebre, y con él en brazos nos fuimos al circo, primero observé en donde estaban, mi madre y mis hermanos y después llegué a un sitio contrario a donde estaban y allí me senté en el suelo y a mi hermano lo tumbé y con la cabeza apoyada en mis piernas, empezamos a ver la función.
Mi hermano tenía los ojos cerrados, me imagine que era porque tenía sueño, y yo seguí disfrutando, de todo aquello que me hacía imaginar que yo también trabajaba en el espectáculo y casi soñando despierta me veía volar desde los trampolines a las manos del acróbata que lo veía en mis imágenes mentales, así pasaron las dos horas de función, y yo quería irme a casa para estar con mi hermano en la habitación y que nadie sospechara nada; pero cuando quise coger en brazos a Toni, este estaba frio y se le cayó un brazo hacía un lado y no me hablaba.
Empecé a zarandearlo, dándole besos, y llamándole pero no me respondía y yo chillaba su nombre pero no me contestaba, alrededor de mi se formó un gran revuelo y claro está, mi madre y hermanos se enteraron y allí acudieron:
–Esther hija, como te has atrevido a traer a tu hermano al circo con lo mal que está.
–No puedo decir nada pero desde casa se escuchaba la música y se veían las luces que no resistí la tentación.
Mi madre cogió a mi hermano en los brazos y nos fuimos todos para casa, al llegar le dio una sopa caliente y mi hermano empezó a reaccionar.
La bronca de mi madre fue como ninguna había sido, pero pasó, lo que no paso fue la enfermedad de Toni . A los dos día de la función del circo, mi hermano fallecia a la edad de siete años. No dejaba de culpabilizarme y no me separaba de su lado ni un segundo, y acordándome del cuento de la princesa y la rana, le besaba constantemente para ver si de esa forma despertaba del sueño en el que había entrado. Pero no, la realidad era que mi hermano murió, y que yo vivo con la esperanza de que me haya perdonado, aquello fue cosa de niños con resultado trágico.
Del Rio Sampedro (pseudónimo)

Datos: Francisco Javier García del Río
E-MAIL: JGARIO55@GMAIL.COM

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2 comentarios

  1. 1. Ana Vera dice:

    Vaya, qué historia tan triste… qué pena que una niña cargue con la culpa de una responsabilidad que no le correspondía… Cuántos niños cargarán con esas injustas y pesadísimas cargas?

    Escrito el 28 mayo 2014 a las 20:07
  2. 2. José Torma dice:

    Hola Francisco.

    Sin ser un micro relato, en muy poco espacio planteas una situacion que me llega y cala hasta el hueso. Cuando dice

    “Yo no comprendía, porque entre siete hermanos tenía que ser yo la que se quedase a cuidar a Toni”

    Volvi a tener 7 años y el coraje y miedo que me daba que me dejaran en la casa solo a cuidar a mis hermanos. Por que a mi si yo tambien era chico?

    Me gusto, es de un sabor agridulce, de la niñez y la inocencia perdida.

    Felicidades.

    Escrito el 5 junio 2014 a las 23:31

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