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El Circo Espacial - por carvi

EL CIRCO ESPACIAL

A toda la galaxia llega la información, “el gran circo lunar se presentará dentro de dos días”, se espera que lleguen de los confines del cosmo miles de visitantes. Omega el niño terrícola está muy entusiasmado, ya le dijo a su papá, y viajarán en su nave privada. Las entradas las compraron el día anterior a través de la REC (Red Espacial de Comunicación), y saldrán a la luna en la mañana temprano, la nave no es muy veloz y quizás tarden algunos minutos, pero piensan salir temprano.
Ya es el gran día, y en el recorrido vieron pasar un gran cometa azul con una enorme cola, que emocionado estaba Omega, millones de estrellas adornaban el universo. Mientras descendían en territorio lunar, observaban con asombro las diversas naves que procedían de distintas partes del espacio, con formas y tamaños variados, todas flotaban como globos permaneciendo suspendidas y rodeando al gigantesco Circo Lunar.
Que increíble era el circo, una especie de esfera gigante, traslucida y resplandeciente, allí estaban criaturas de diferentes planetas, las Plutineas parecían pulpos gigantes con trompas como elefantes, los Helidiptos volaban como libélulas y desaparecían a voluntad, las Luzífaras podían encenderse como si fueran grandes faroles, en fin, habían tantos que era difícil nombrarlos a todos. Los payasos sonreían, algunos tenían hasta cinco piernas, no sé cómo caminaban sin tropezarse.
Omega permanecía mudo, todo era maravilloso, la Jirafela Saturniana hacía malabares sobre su nave giratoria, mientras el Centauro marciano trataba de atraparla con su lazo luminoso. El mago proveniente de Andromeda levitaba con facilidad a una enorme Plutinea y sin dar aviso alguno la lanzó sobre el público, todos se asustaron, pero antes de caer desapareció. ¿Dónde estará se preguntaba Omega?, mientras sentía que algo se movía dentro de su traje espacial, metió su mano y con gran sorpresa observó que era la criatura que lanzo el mago, pero del tamaño de una mariposa.
El espectáculo circense continuaba, ya eran los últimos actos y Omega con su padre voltearon a ver como el Centauro continuaba con su intento de atrapar a la esquiva Plutinea, esta era la última escena, se había alargado pues el “vaquero marciano” al parecer no era muy diestro. Diez, once, doce, trece…..quince y por fin la atrapó, la halo con cierta fuerza, y la Plutinea perdió el equilibrio cayendo sobre él, quedaron abrazados, y por la rapidez del movimiento la hermosa jinete le dio un enorme beso al apenado centauro.
El espectáculo llegó a su final, las horas lunares transcurrieron más rápidas que las terrestres, Omega y su padre se montaban en su nave para regresar a la tierra. Sin embargo, ya casi despegando el niño escucho que alguien lo llamaba, casi a gritos, y al abrir sus ojos se percata que le habían anotado un golazo. ¡Ricardo!, le volvió a decir su compañero de equipo, otra vez soñando, caramba presta atención, baja de la Luna.

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2 comentarios

  1. 1. Ana Vera dice:

    Me ha gustado mucho este relato, muy plástico y onírico, muy visual, un alarde de imaginación. Quizá deberías de cuidar un poquito la ortografía, pero el contenido, muy chulo!!

    Escrito el 28 mayo 2014 a las 12:24
  2. 2. José Torma dice:

    Hola Carvi.

    Me gusto que sacaste el concepto de circo tradicional y lo traspasaste al espacio. Adquiere otra dimension.

    Entretenido me gusto.

    Felicidades.

    Escrito el 28 mayo 2014 a las 23:37

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