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Había una vez.... - por Priscilla68
A Jonás le encantaba la magia que desprendía el circo.Como cada año,se dirigía hacía la carpa que,colocada a las afueras del pueblo,ofrecía verano tras verano,un expectáculo que deleitaba a mayores y pequeños.
Sus padres no tenían dinero suficiente para comprarle la entrada.Él aprovecha las horas de ensayo para observar entre bambalinas el número del mago que,dando un par de toques con su varita a una chistera,surgían de su interior tres palomas blancas.
Su otra debilidad era la niña trapecista,que con diez años era una experta en el arte de balancearse en las alturas.A pesar de su edad,Jonás se había enamorado cómo un enano de "la reina del columpio"
A veces,la niña le saludaba con su mano,pues sabía de su presencia.
Pasaron un par de años,y un verano más acudió a visitar a sus amigos.El mago repetía el número de las palomas,añadiendo al juego unos pañuelos de colores.
Miró a lo alto y pudo ver qué lo columpios estaban quietos,sumidos en la oscuridad.Su amada no estaba allí.Un silencio especial envolvía el ambiente circense.Presintió que algo malo ocurría.Decidió acercarse al mago y preguntar.
-¿Donde está "la reina del columpio?
-Nuestra reina se marchó hará cosa de tres meses.
-¿Qué le sucedió?
-Se cayó del trapecio y subió al cielo para no bajar jamás.
-Y,¿Por qué siendo un mago no me la puedes devolver?
-Es imposible.Los qué mueren,no vuelven a vivir.
-Entonces.tú no eres mago.
-Sólo soy un pobre repartidor de sueños.Todos mis números tienen truco.
La explicación le sentó como un cubo de agua fría.En pocos segundos,sus suños de años se habían desvanecido,dándose de bruces contra el suelo.
Después de eso,decidió no regresar más a su encuentro con el circo.
Antes de abandonar la carpa,alzó la vista hasta el trapecio para despedirse de su amada.La contempló sentada en su columpio,movió su mano para saludarla,ella le correspondió con un beso.
Han pasado muchos años,pero en el corazón de Jonás permanecen los recuerdos de las tardes que pasó en el circo y,en el beso de despedida qué le lanzó desde las alturas su primer amor.
Hola, fui uno de los comentaristas anónimos.
una triste historia del primer amor (en el muy buen sentido de la palabra).
Saludos.
Hola, Priscila.
He de decir que tu cuento, tu bello cuento de amores y reacciones infantiles, creo que tiene algún defecto, al menos para mi, aunque estoy pensando que según de donde seas, podría ser que no. Hay varias ocasiones en que hablas de la niña como de su “amada”. ¿Quién dice eso? El narrador, pero ¿es necesario decirlo? Si eliminas esa palabra, sólo con eso, obligas al lector a que sea él mismo quien se intoduzca en el texto. Ya no se queda, como me he quedado yo, al margen, mirando la escena desde fuera.
Es una opinión. Espero que no te moleste.
Un saludo
La historia es bonita, pero yo cambiaría algunas expresiones para darle un toque más poético: “se había enamorado como un enano” o “como un cubo de agua fría”, me parecen mejorables.
Sin embargo: “Sólo soy un pobre repartidor de sueños.Todos mis números tienen truco.” Me encanta 🙂
Un saludo.
“Entonces tú no eres mago”… ay, la inocencia de los niños!!
Hoy ando anecdotico.
Teniendo yo escasos 7 u 8 años estaba perdidamente enamorado de Alma Laura, era la niña mas bonita del colegio, cuando se reia era como escuchar un coro de pajaros celestiales. A la hora del recreo la veia yo caminar a la tienda o a los bebederos y me parecia que flotaba mi niña, mi amor. Pero oh un mal y aciago dia la vi entrar al baño. No salia de mi asombro! como esa niña tan bonita, tan perfecta, tan angelical… iba al baño como cualquier mortal?? y con lo feo y antihigienicos que estaban los baños en mi escuela publica!!!
Llore como solo un niño puede hacerlo… hay esos primeros amores.
Tu relato me encanto, no le cambies nada. Es lo que es y me gusto.
Saludos
Un buen relato, Priscilla.
Ten cuidado con con los espacios detrás de las comas y los puntos y seguido. Creo que se debe al formulario de subida del relato, que te puede haber juntado las oraciones. Por lo demás, me uno a Adella en cuanto a la propuesta que te hace sobre esas expresiones.
Quizás tendrías que hacer que el lector fuera “descubriendo” las cosas poco a poco, sin dar pistas desde el principio. Respecto a la parte de los diálogos, por mi parte está genial (revisa el punto que se te ha colado entre “Entonces” y “tú”). Una historia muy bien construida y entretenida.
Pásate si puedes por mi relato y me dices qué te parece. Es el número 22 del taller.
¡Nos leemos!