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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Gracias por mamá - por Julia María

Ana sacó la nariz de payaso de la caja de juguetes de Lucas, se la puso y, acercándose a la cama donde dormía, le retiró suavemente las sábanas.

‒Despierta campeón, nos espera el circo.

Lucas abrió los ojos, saltó entre sus brazos y le dio uno de esos besos con ruido que tanto gustaban a Ana y sin los cuales no sabría vivir. Lucas era el hijo de sus entrañas, el hombre de su vida, la razón de su existir.

Cuatro años antes, cuando Lucas apenas andaba, su marido les había abandonado por una mujer toda pechuga que había logrado embrutecer su juicio halagando su virilidad. Fue justo después de que a Ana le diagnosticaran cáncer de mama y le extirparan un seno. Sin pensárselo dos veces, el esposo y padre hizo las maletas y voló al otro extremo del país para ejercer de padre de tres hijos de otro.

‒Abandonas a tu hijo‒ había musitado Ana.
‒No digas tonterías. Vendré a verle cada mes, hablaremos por teléfono, pasaremos juntos las vacaciones…

Palabras que se quedarían en promesas sin cumplir. Y esa ausencia no se hizo presencia cuando a Lucas le diagnosticaron su enfermedad. Pero ante tanta calamidad Ana no se derrumbó.

‒Saldremos adelante. Se curará como me curé yo.

Madre e hijo se vistieron alegremente y caminaron hasta la entrada del metro. Media hora después estaban riéndose haciendo cola a la puerta del Madison Square Garden. En el circo, la alegría en el rostro de su hijo inundó de felicidad el corazón de Ana. Al salir comieron en el Mc Donalds de al lado y más tarde, paseando, se toparon con la iglesia de San Francisco de Asís.

‒Entremos, mamá, quiero darle gracias a Papá Dios.

Así era Lucas. Vino al mundo con gratitud en el corazón. Ella había procurado inculcarle el amor de Dios pero era él quien le había enseñado a ella a dar gracias por la vida.

Se dirigieron al primer banco y Lucas se arrodilló.

‒Papá Dios, muchas gracias por este día. Por el circo, por el Happy Meal y, sobre todo, gracias por mamá.

Y la abrazó y le regaló esos besos con ruido que tanto le cautivaban.

Pocas semanas después Lucas empeoró y le tuvieron que internar en el hospital. Ana no dudaba que se recuperaría. Sólo era cuestión de mantener la esperanza y seguir luchando. Como había hecho con su cáncer. El padre de Lucas llegó con prisas un viernes por la tarde y con prisas se marchó el domingo por la noche prometiendo volver pronto.

Ni la enfermedad ni el olor a hospital minaron el ánimo de Lucas ni su sentido de gratitud por la vida.

‒Gracias por la visita de papá… gracias por esta enfermera que tan bien me cuida… gracias por el doctor Rubenstein… gracias por estas inyecciones que me van a curar…

Y así, dando gracias, murió poco después. A Ana el dolor se le instaló en el cuerpo con fuerza hundiéndole un cuchillo en las profundidades de su corazón. Sin poder sacudir esa opresión peregrinaba por sus días realizando, como una autómata, las tareas que más apremiaban.

Haciendo un recado una mañana pasó por la Iglesia de San Francisco de Asís donde no hacía mucho había estado con Lucas. Su primer instinto fue seguir su camino. No había pisado una iglesia desde que perdiera a su hijo. Pero de pronto sintió deseos de quejarse, de recriminarle a Dios una o dos cosas. Y entró en la iglesia para hacerlo.

No había nadie. ¡Bien! Así podría expresarse sin temor a que la observaran. Se encaminó al banco donde había estado con Lucas semanas atrás. Al llegar y sentarse sintió la presencia de éste muy, muy cerca de ella y las palabras que iba a pronunciar se la atragantaron en la garganta. Y salieron otras en su lugar.

‒Gracias… gracias… Papá Dios… gracias por este día, gracias por la comida de hoy y, sobre todo, gracias por mi hijo Lucas.

Las lágrimas fluían a raudales por sus mejillas.

‒Gracias por el tiempo que estuvo conmigo, por lo que me enseñó, por todo el amor que me brindó, por toda la felicidad que trajo a mi vida.

De repente, a su lado, oyó el ruido de un beso… Sí, sí, no le cabía duda, sonaba igualito a esos besos que Lucas le prodigaba y que tanto le gustaban.

Volvió la cabeza. La iglesia seguía sin gente. Sonrió.

En ese momento, en el cielo, un ángel también sonrió.

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15 comentarios

  1. 1. Ana Vera dice:

    Me has hecho llorar… qué bonito… toda una lección de gratitud.

    Escrito el 27 mayo 2014 a las 16:09
  2. 2. José Torma dice:

    Hay Julia Maria, me has hecho llorar. Que gran historia has escrito. Nos recuerda lo ingrato que somos con la vida porque no nos da lo que queremos y se nos olvida agradecer todo lo que nos da. Lucas es un superpersonaje que con su vida y muerte nos regala una leccion enorme.

    Muchas felicidades y gracias otra vez.

    Escrito el 27 mayo 2014 a las 22:29
  3. 3. Julia María dice:

    Ana Vera y José,

    Muchas gracias de corazón por vuestros comentarios. Me alegra saber que mi relato os ha conmovido, pues ése era mi objetivo principal, así como ayudarnos a todos a reflexionar un poco sobre el tema de la gratitud.
    En cuanto pueda leo vuestros relatos.
    Un saludo cordial,

    Escrito el 28 mayo 2014 a las 04:54
  4. 4. Lagarto dice:

    Hola Julia María

    Puff, menuda historia. No sé qué decir. Me pareció genial. Y está muy bien escrita, no le he visto ninguna pega. No sé porque pero desde el principio supe que sería buena. Y eso que no me gustan los dramas.

    Saludos

    Escrito el 30 mayo 2014 a las 21:59
  5. 5. Julia María dice:

    Hola Lagarto,

    Muchísimas gracias por tus palabras. Yo también prefiero la comedia al drama, pero creo que es más difícil hacer reír. En un ratito me paso por tu relato.

    Saludos

    Escrito el 31 mayo 2014 a las 12:19
  6. 6. Sonia Pozo dice:

    Oh Dios mío D: Noo, Lucaas! :'(
    He llorado con tu relato. Es un texto precioso y muy bien escrito. No encuentro ningún fallo, al igual que Lagarto 😉

    ¡Muy buen trabajo, enhorabuena!

    Escrito el 31 mayo 2014 a las 22:39
  7. 7. Chiripa dice:

    Julia María,
    Leí de un tirón y lo volví a leer para deleitarme con ese niño tan especial, que me hizo sentir pena, pero de la dulce.
    Narraste tan bien la historia de Lucas y su madre, que concluyo que vivir agradecidos es lo más hermoso que podemos hacer.

    El orden que seguiste, el uso de la gramática y la ortografía los encuentro impecables.

    Espero poder leerte cada mes. ¡Felices y productivas vacaciones!

    (Si deseas acotar algo, ruego lo hagas en mi relato, ya que, con el afán de leer y dar feedback a la mayor cantidad posible de texto, no me volveré a pasa por aquí.)

    Escrito el 1 junio 2014 a las 02:44
  8. 8. Julia María dice:

    Hola Sonia,
    Muchísimas gracias. Me alegra saber que mi relato te ha emocionado. En un ratito me paso por el tuyo.

    Un saludo cordial

    Escrito el 1 junio 2014 a las 09:24
  9. Gracias, Julia Maria, por este relato tan hermoso. esta escrito de forma impecable y además nos hace reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida y lo desagradecidos que somos con ella. A veces es necesario leer algo como tu cuento para darnos cuenta de lo egoístas que podemos llegar a ser. Enhorabuena.

    Escrito el 1 junio 2014 a las 11:36
  10. 10. Escarlata dice:

    Muchas gracias Julia Maria por el relato, porque con él aprendemos que en la vida debemos estar agradecidos por todo lo que tenemos, y muchas veces no tenemos que quejarnos tanto. Me he emocionado y espero poder seguir leyendo tus hermosas historias.
    Enhorabuena y un abrazo.

    Escrito el 1 junio 2014 a las 14:18
  11. 11. Julia María dice:

    Hola Aina y Escarlata,

    Gracias a vosotras por vuestras palabras, que significan mucho para mí. Me alegro que mi relato os haya hecho recordar que debemos ser más agradecidos. Esa era mi intención principal al escribirlo.

    Pronto me paso por vuestras historias.

    ¡Que tengáis un feliz verano!

    Escrito el 1 junio 2014 a las 15:20
  12. 12. Moria dice:

    Emotivo, muy bien redactado. Sin duda, es una realidad que viven muchas madres. La estructura está bien tirada de los pelos y tienes un estilo limpio aunque un poco forzado. Intenta no caer en lugares comunes, narra esta historia desde un ángulo distinto o sin tantas frases hechas -“hijo de sus entrañas, hombre de su vida, razón de existir”. En cuanto a lo demás, muy buen trabajo (:

    ¡Saludos, Julia!

    Escrito el 7 junio 2014 a las 16:06
  13. 13. Julia María dice:

    Hola Moria,

    Muchísimas gracias por tomarte el tiempo de leer mi relato.

    Te agradezco tus palabras de ánimo. Lo de que caigo en lugares comunes ya me lo señaló uno de los tres comentaristas de otra de mis historias. Sí, es verdad que peco de ello. Al escribir no me doy cuenta de que son lugares comunes hasta más tarde, normalmente cuando alguien me lo dice. La verdad es que me cuesta mucho escribir, pero intentaré ir mejorando y tendré en cuenta todos vuestros comentarios, que son tan útiles.

    Que pases un feliz verano.

    Julia María

    Escrito el 7 junio 2014 a las 18:08
  14. 14. Charlie Boy... dice:

    Guau

    Qué te puedo decir si no encuentro palabras que expresen lo que ahorita siento. La gratitud en la vida hace la gran diferencia.

    Sólo te puedo decir gracias por tu hermosa historia, felicidades y guau guau guau. Me hiciste llorar!!!

    Charlie Boy,
    P.D. Si tienes oportunidad me gustaría pasaras por mis letras, es la historia #25

    Escrito el 17 junio 2014 a las 05:49
  15. 15. Julia María dice:

    Muchas gracias por tus palabras Charlie Boy. Me alegra que mi relato te haya emocionado. Me paso por el tuyo en un ratito.

    ¡Feliz verano!

    Julia María

    Escrito el 17 junio 2014 a las 14:28

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