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El Payaso Elasticín - por peneca2

El Payaso Elasticín

Aquella fue la despedida del payaso Elasticín ante su público. Los niños gritaron al ver sus contorsiones. No imaginaban la silueta del payaso enrollada como un anillo girar por el centro de la pista. Los ancianos tampoco entendían la elasticidad de aquel cuerpo al límite de los sesenta años. Lo que nadie imaginaba era la tragedia de Elasticín.
Desde las butacas, la gradería y los pasillos donde el público se aglomeraba, como si presintieran que era el fin de su histrionismo, brotó un aplauso que remeció la carpa del circo. El payaso regresó una y otra vez a la pista. La emoción embargó a los compañeros que rondaban tras bambalinas y arrancó lágrimas del payaso.
Terminada la función Elena condujo a Elasticín al camerino y limpió el maquillaje de su cara. Como una visión del pasado Elasticín vio en el espejo el país recorrido. Pueblos de la montaña oeste. Desiertos del norte. Poblaciones de la periferia Santiaguina y puertos donde arribaban los barcos del mundo. Emociones atesoradas en la memoria como íntimos recuerdos de un pasado esplendido. El país bañado de sur a norte por las aguas del Pacifico conocía su presteza, su arte de fascinar a los niños y el manejo de sus mímicas.
Tenía quince años cuando descubrió el enigma de su elasticidad y desde entonces no hubo jornada que no fuera la atracción del circo. Nadie intuía su esfuerzo por lograr la perfección y eso le complacía.
Un día sintió que una esquirla atormentaba su antebrazo como si la púa de un alfiler traspasara la carne. No le dio importancia. Cuando las púas se multiplicaron en el cuerpo tomó la decisión de retirarse, los escenarios llegaban a su fin.
Esta noche, mientras hacía reír y se ovillaba desplazándose por el redondel tuvo miedo. Creyó que no recuperaría su postura y por siempre sería una esfera de carne girando por el malecón
Afuera, contorsionistas, domadores de tigres, trapecistas y hasta la muchacha que vendía turrones permanecían en vigilia. Todos lamentaban la tragedia del compañero que traía regocijo cuando los días se cargaban de dudas.
Elena le ayudó a recostarse en la litera. Cubrió sus piernas con un charlón de lana y acarició sus manos. Esas manos que en otros inviernos abrigaban las suyas. El beso en sus labios fue una forma de decir que la adversidad no les sometería. Atrás quedaban los encogimientos en el hemiciclo, las aclamaciones, los carteles de asombro que seducían su autoestima. Elena se mantuvo a su lado velando que nada sucediera. Elasticín sentía el cuerpo atravesado de aguijones.
La bocina de la ambulancia rompió la noche como pájaro de mal augurio. Por la ventana como lunas de colores se entrometió el resplandor de las balizas. Elasticín se mantenía con los ojos cerrados. Desde la puerta del camerino llegaba el ajetreo de la familia del circo y sus lamentos. Le reconfortaban las manos de Elena y el calor que transmitía su resuello cerca de su cara.
El domador y el contorsionista ayudaron a los paramédicos a subir el cuerpo de Elasticín a la ambulancia. Cuando el vehículo se perdió en las cuestas de Valparaíso, nadie dudaba que volvería restablecido.
Elena, entregada a sus rezos buscaba fortalezas en su fe y en el vigor de su payaso amado.
Solo el tiempo diría si Elasticín volvería a deleitar las noches del circo.

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7 comentarios

  1. 1. José Torma dice:

    Comentarte que fui tu comentarista anonimo y reiterarte que me gusto mucho tu trabajo. Saludos y si tienes la oportunidad, pasate por el No 38 para que me des tu opinion.

    Saludos

    Escrito el 27 mayo 2014 a las 18:16
  2. 2. Ana Vera dice:

    Un gusto leer tu historia, con esa prosa tan pulida y elegante. Enhorabuena.

    Escrito el 29 mayo 2014 a las 08:50
  3. 3. penca2 dice:

    Muchas gracias por su comentario

    Escrito el 29 mayo 2014 a las 15:23
  4. 4. Aurora Losa dice:

    Un texto elegante, como dice Ana, desde luego yo no lo habría expresado mejor. Muchos han elegido para este reto “las lágrimas de payaso” pero tú lo has llevado al límite con sutileza, un canto del cisne.
    Enhorabuena.

    Escrito el 30 mayo 2014 a las 14:21
  5. 5. peneca2 dice:

    Gracias Aurora Losa por tu comentario

    Escrito el 30 mayo 2014 a las 22:40
  6. Enhorabuena peneca2. Un texto muy bonito, muy bien trabajado, y como han dicho mis compañeras, muy elegante. Un placer leerte.

    Escrito el 1 junio 2014 a las 10:40
  7. 7. peneca 2 dice:

    gracias Aina Pons Triay por tus comentarios

    Escrito el 1 junio 2014 a las 18:26

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