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La ascensión - por Tarodsim

La ascensión

Cuando el circo abandonó la ciudad cesaron los asesinatos. Creo que todos sabíamos que el asesino se disfrazaba de payaso o de hombre forzudo. Todos podíamos intuir en el pueblo que los motivos del asesino eran artísticos, aunque ninguno de los casi mil habitantes entendíamos nada de arte moderno. Los tres muertos, uno por cada noche que el circo durmió a las afueras de Jorkan, eran completos desconocidos, al menos para nosotros. Sin duda eso contribuyó a que todo nos pareciera sólo un sueño.
El primer cadáver apareció flotando junto a una bandada de globos. La función había terminado y los vecinos estábamos comentando lo guapa que era la trapecista. De pronto, se abrió la puerta de una de las autocaravanas. Uno a uno fueron saliendo los globos como si fueran burbujas al abrir un refresco, o más bien como si fueran parte de un refrescante eructo de burbujas. Los globos corretearon hasta llegar a nuestra altura. Justo cuando parecía que íbamos a ser arrollados, el líder de la manada (un globo verde con forma de perro) se dejó llevar por su espíritu de helio. Saltó hacia las nubes, arrastrando con él a toda su prole de pequeños globitos. Estábamos entretenidos identificando aquí una jirafa, allí un trasatlántico, cuando lo vimos. Uno de los globos tenía forma de globo aerostático. En la pequeña cesta una figura humanoide parecía dormida. Su cara completa estaba borrada por un beso.

A pesar de los tres asesinatos, cuando el circo estaba escapando de nuestra tristeza, varios fuimos a despedirlo. Los elefantes iban andando. Recuerdo que pensé que no tenía mucho sentido. ¿Iban a paso de elefante recorriendo todo el continente? El cirquero de bigotes retorcidos leyó mi pensamiento.
“¿Sabes cuánta gasolina cuesta llevar los elefantes en los camiones, hijo?”. Me dejó sin palabras.
Sobre el último de los elefantes iba la trapecista. Yo había ido el primer día por aburrimiento; los otros dos sólo por verla a ella. Cuando pasó a mi lado ni siquiera me miró. Pero justo cuando doblaba la alameda, y su imagen pasaba a mi colección de deseos inexplorados, se volvió y me lanzó un beso. En aquel momento pensé que me estaba declarando su amor. Pensé en correr detrás de aquel elefante, golpear sus rodillas de paquidermo, obligarle a bajar hasta mi altura y secuestrar a su mahout. O quizás dar un salto de globo de helio y posarme junto ella. Pensé todo esto digo, pero mientras lo pensaba pasó más tiempo del que un deseo puede soportar. Ahora entiendo que ese beso era una confesión. O una amenaza de muerte.
El segundo cadáver vino justo antes del tercero. Pero a decir verdad, un asesinato era lo máximo que podía soportar entonces nuestra gente y ahora mis recuerdos. Hablamos mucho sobre si en aquel globo con forma de globo había un muerto. No podíamos descartarlo, pero aquella bandada de globos lideradas por un perro verde ya debía haber escapado del planeta. Y de los siete vecinos que presenciamos su ascensión, ninguno estaba demasiado seguro de lo que vio.
Yo en cualquier caso estaba más interesado en soñar con la trapecista.

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6 comentarios

  1. Me gustó la idea de un circo con asesinos. Da para una continuación.
    Saludos.

    Escrito el 27 mayo 2014 a las 23:36
  2. 2. Ana Vera dice:

    Enhorabuena por tan buen relato, tiene un lenguaje propio, muy onírico, fascinante, muy chulo tu cuento!!

    Escrito el 28 mayo 2014 a las 16:48
  3. 3. lunaclara dice:

    Hola! La verdad es que sí que es muy buena idea lo del circo asesino. Y me hubiera gustado mas saber sobre sus misterios…
    Esta muy bien escrito. Es muy chulo!!
    Felicidades!!

    Escrito el 29 mayo 2014 a las 09:28
  4. 4. Tarodsim dice:

    Hola Pato, Vera y Luna. Muchas gracias a los tres, me alegran muchísimo vuestros comentarios. 😉
    Cuando tenga tiempo quiero intentar unir este relato con el que hice para el tema del parque y el periódico. A ver qué sale de ahí.
    Un abrazo!

    Escrito el 31 mayo 2014 a las 18:19
  5. 5. José Torma dice:

    Que tal Tarodsim.

    A mi me paso igual que cuando vas a un restaurante fino, el plato esta muy bonito pero la porcion es pequeña!!

    Intuyo una gran historia aqui, no se porque no le diste mas vuelo si te quedaba espacio.

    Pero respeto tu desicion aunque no la entienda jaja. Por favor continua la historia, danos mas. Quiero saber si hubo asesinatos, si todo estuvo en la mente de los lugareños. Asi nacen las leyendas urbanas.

    Bueno pero poco. Esa es la sensacion que me queda.

    Saludos y felicidades

    Escrito el 9 junio 2014 a las 18:39
  6. 6. Tarodsim dice:

    Hola, José:

    Me alegro de que te gustara. Lo entregué tocando la bocina por eso no pude aprovechar más el espacio de las 750 palabras. Ahora para el libro tengo pensando ampliarlo.

    Muchas gracias por comentar.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 10 junio 2014 a las 13:59

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