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Espionaje industrial. - por Borja González
Web: http://leondecomodo.blogspot.com.es
–Hola.
El movimiento de cabeza me bastó como respuesta.
–No vamos a hablar de dinero por el momento –le dije desenrollando sobre la mesa la bobina de tela que cargaba a la espalda– pero te aseguro que lo hay.
El hombre contempló los papeles bordados a la tela y me devolvió la mirada.
–No –musitó–. No lo voy a hacer.
Abrí la boca para quejarme, pero él volvió a murmurar.
–No voy a arriesgarme por vosotros. Si lo hago, pongo en peligro el futuro de María y de Julia.
–¡Oh! ¡Vamos! –protesté.– Luigi dijo que se podía confiar en ti.
–Y se puede –aseveró–, pero no para…
El ruido de los pasos llegó hasta nosotros. Enrosqué la bobina y comencé a hablar sin esconder la voz.
–Necesito que encargues las referencias para las colecciones. No llegamos a tiempo….
El haz de la linterna nos alcanzó en cuanto entró en la sala.
–No me dais envidia –dijo el guardia jurado señalándose la muñeca –. Hacéis horas como relojes.
–El ritmo que exige el mundo de la moda –respondí con una sonrisa, procurando ocultar los nervios.
–Llamadme cuando os marchéis –se tocó el walkie–talkie –. Tengo que conectar las alarmas.
–No se preocupe. Enseguida terminamos.
–No me dais envidia… –volvió a repetir el vigilante mientras nos dejaba, para continuar la ronda por el edificio.
–¿Lo ves? –susurró con el paso de los segundos–. Nunca lo conseguiríamos. Nos vigilan.
–No digas tonterías. Se puede hacer. Solo hay que pensar en la forma. Te hablo de millones –le agité el brazo para hacerlo entrar en razón–. Millones.
–No sé…yo…
–Saca los diseños del edificio. Yo se los hago llegar a los chinos, y nos forramos. Se acabó el trabajar. Piensa en la familia a la que quieres. En María, en Julia. Mírate en el caribe, con ellos. Sin problemas. Comiendo langosta hasta reventar. ¿Qué me dices? –noté la duda en el rostro. Olí la debilidad. Solo tenía que seguir persuadiéndolo. Volví a desenrollar la bobina de tela. ºpodía dejar escapar la oportunidad.– Son papeles. Tiene que poderse hacer.
Los ojos le delataron. Estaba pensando en el cómo.
Por fin lo tenía donde quería.
–¿No los echaran en falta? –toqueteó los diseños.
–Son fotocopias. Las hizo Luigi. También fue él el que los bordó a la tela para poder sacarlos de la sección de diseño. Trabajo en equipo –lo alenté.
–La mercancía es revisada cuando sale de las instalaciones. Sin excepciones –murmuro para él–. Solo se me ocurre…
–¿Qué?
–Ummm…
–¿Qué? –insistí.
–No tengo la certeza, tengo que comprobarlo.
–¿De qué hablas? –empezaba a sentir exasperación.
–Creo que ya sé cómo se puede hacer.
–Explícate.
–Mañana te cuento.
–¿Mañana? –me asaltaron las dudas. ¿Estaba jugando conmigo? Me desconcertaba.
–La colección se llama “El beso de Abril”. Empezaron a llegar partes del escenario para la fiesta de presentación. Puede que logre camuflar los diseños como parte del embalaje de piezas rechazadas. Ya sabes, piezas con golpes o descartes del jefe de montaje.
–¿Y tienes que esperar hasta mañana?
–Quiero ver cuánto las van a revisar en la salida. No lo voy a hacer sin comprobarlo.
–Está bien –acepté cargando la bobina de tela a la espalda–. Muéstrame las piezas.
Lo acompañé por los pasillos hasta la sala de desfile. Allí se presentaban las colecciones en sociedad. ¡Qué sorpresa se van a llevar! –pensé sonriendo–, será la ruina para la empresa. El fin del circo.
Las cajas estaban distribuidas por el suelo. Abrí la tapa de la que me indicó el amigo de Luigi y asentí con satisfacción. Había posibilidades la idea funcionase.
Me estremecí, no sé por qué, y me di la vuelta. La sorpresa me paralizó. El guardia jurado nos apuntaba al pecho.
–Me vais a enseñar lo que tenéis ahí.
No fui capaz ni de tragar saliva. Desenrollé la tela y dejé al aire los bocetos de la colección.
–Ya os dije que no me dabais envidia –apretó el gatillo.
Que tal Borja, por fin llego a tu relato, son muchos.
Tu relato va llevandote de algo sin sentido, difuso y confuso que poco a poco va tomando matices. La inclusion despreocupada del guardia me seguia dando la lata, al final entendi porque.
Ese giro final me gusto.
Muchas felicidades.
Hola Borja, la verdad es que me ha pasado algo similar, al principio no entendía muy bien lo que pasaba en el relato, hasta que poco a poco se va deshaciendo la madeja y compredes de repente todo lo que sucede. Quizá haría falta un poco de explicación para centrar a la gente. Seguro que ya te habrás dado cuenta de un par de lapsus que has cometido, como que se ha colado un º en el texto. Te apunto otro por aqui: Había posibilidades la idea funcionase. Creo que podrías poner: “Había posibilidades de que la idea funcionase”. Lo mismo lo has pensado y no lo has incluido por ese de que que tal vez chirria un poco.
Te felicito y te doy la enhorabuena. También quiero darte mil gracias por pasarte por mi texto y alentarme, por que los comentarios recibidos este mes no me habían podido ayudar casi nada y tu si me has ayudado.
¡Hola Borja!!!
¡Te atreves con todo niño! Ahora una de espionaje industrial…
Me ha gustado la idea y ese diálogo que desde el principio me inquieta y me genera mucha curiosidad. Hace que barajes mil hipótesis hasta que poco a poco lo vas aclarando…
Lo que si, el final no me convence. Un guarda jurado en teoría no puede apretar el gatillo, tan sólo llevan arma como medio disuasorio e intimidatorio creo yo. En este caso, si está ahí para cargárselos tampoco dejas entrever el por qué (puede que se lo hayan encargado)
El diálogo principal está muy logrado, es muy creíble y caracteriza muy bien las personalidades de ambos personajes.
Buen trabajo!
Un abrazo gordo!
Una buena temática. En un principio me costó seguir el hilo, pero al final me quedó claro.
Felicitaciones.
Una intriga muy interesante y muy bien narrada.
Hola Borja: Fue un placer corregirte. Este es el relato que más me gustó de los tres.
Como te dije, casi estaba viendo una peli. ¿Lo desarrollarás?
Felicidades!!
Hola Borja, como siempre un gusto leerte tienes una idea de lo que es un relato con la que me identifico plenamente.
Este relato está bastante bien, los personajes bien caracterizados, ese miedo y a la vez, esa tentación que supone el robo.
A lo ya apuntado por los demás quizás eliminaría la acotación que acompaña esta intervención:
–¿Mañana? (–me asaltaron las dudas. ¿Estaba jugando conmigo? Me desconcertaba.) Las dudas ya se han mostrado y el desconcierto lo indican los signos de interrogación.
El final, como apunta Virginia, ¿por qué los mata? Ese guarda de seguridad debería ganar relevancia para que se comprenda con naturalidad ese final, que no parezca efectista.
Ah! Me agendo tu blog al mío para no perder contacto estos meses.
Un abrazo
wenas Borja,
me ha gustado bastante el tono del relato, el narrador conspirador en primera persona lo mete a uno en situación rápidamente. como decía alguno de los compañeros los diálogos (salvado alguna argucia para evitar los adjetivos) está muy bien, bastante dinámicos. pero como Virginia y David el final me chirría un poco. a lo peor es tan expeditivo porque se te acababa el espacio, pero creo que los protagonistas se merecían otro destino xD.
en cuanto al desafío, yo creo que “bordados” en “…los papeles bordados a la tela.” está funcionando como adjetivo. y por cuanto no me parece determinante, posesivo o demostrativo creo que va a ser el calificativo que te chafe el desafío… pero tampoco lo he consultado con San Google así que no te lo aseguro.
un saludo compañero! nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
Hola!
Bueno, debo confesar que a este relato le cogí bastante asco mientras lo escribía. Incluso, en cierta manera, todavía lo odio. Tenía el diccionario de la rae en una segunda pantalla del ordenador, consultando prácticamente cada una de las palabras que escogí.
Si no desarrollé un poquito mejor el final, se debe a que las explicaciones que me apetecía incluir estaban llenas de adjetivos. Así que opté por lo críptico, confiando en que cada uno rellenase los huecos. jejeje
¿Por qué el vigilante los asesina?
Pues…, por dinero. Para robarles los diseños. Por que él no tiene que ocultarlos en ningún sitio para sacarlos. Su bolsillo ya llega. No se va a cachear a sí mismo.
Uno no nace ladrón, lo hace la ocasión.
Se los carga, hace desaparecer los cuerpos, vende los diseños a la mega industria falsificadora, y a vivir la vida.
Aunque supongo que no hubiese estado mal que hubiese dejado entrever que oyó sus conversaciones anteriores. Eso aclararía un poco el tema… jejeje.
Sergio, “bordados” me parece que es el mismo caso que “rechazadas”, que también lo tengo escrito más abajo. En un principio pensé como tú. Pero en el diccionario de la rae lo tratan como participio…
Pero ya no sé… me siento como cuando repites una palabra hasta hacerla perder el sentido y el significado. Y ya no sé ni lo que es un adjetivo.
P.D: Disculpad que todavía no me haya pasado por vuestros textos. Estoy terminando el turno de noche y la fuerzas van justas… La semana que viene me doy un repaso por vuestras historias.
Un saludo cordial a todos.
Hola Borja:
¡Qué bien!, he llegado después de tu explicación, así ya entiendo el final. Creo que podrías haber utilizado las casi cien palabras que te quedaban de margen, para darnos alguna pista sobre el guardia. (Recogió los bocetos y llamó a su contacto en la competencia, por ejemplo.)
De todas formas una buena trama, que puede dar de sí bastante, los diálogos me han parecido agiles y creíbles, buen ritmo y sobre todo enhorabuena por cumplir con el reto, porque aunque te hubieras saltado uno, que yo creo que no, el reto estaría en más del 99%, ¡¡¡Nivelazo!!!, muchos hemos desistido.
Un buen relato.
Enhorabuena y saludos.
Me ha gustado pero coincido con el resto, no he entendido por qué “apretó el gatillo”. Por lo demás, un buen relato 🙂
Un saludo.