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El conserje - por Miles Svensoon

-¿Vieron al nuevo conserje?, susurró Carolina mientras trataba de abrir una bolsa de maní salado. Pedro, que estaba sentado junto a ella le quitó la bolsa de un tirón y la abrió rápidamente.
-Me exaspera tu inutilidad, le reprochó. Carolina adoraba cuando su amigo se enfadaba, ver su rostro moreno tan serie le parecía varonil y sensual al mismo tiempo.
-Es un depravado, añadió Julieta. Tenía la mirada fija en el pequeño espejo mientras se pintaba los labios de un rosa pálido.
-¿Otra vez maquillándote antes de la clase de matemáticas?, dijo Claudio meneando la cabeza. ¡Van a volver a sacarte a patadas!
Julieta se encogió de hombros.
-¿Por qué es un depravado?, preguntó Pedro mientras jugaba con su celular.
Julieta dejó de mirarse en el espejo y clavó la vista en su amigo con una expresión de obviedad.
-¿No viste como las mira a las chicas?, ¿y su ropa?, ¡Parece un vagabundo!
Carolina asintió con la cabeza.
Luego de unos minutos sonó el timbre y los alumnos empezaban a desfilar a sus correspondientes aulas. El grupo de amigos decidió quedarse en el patio, ocultos tras dos grandes robles, protegidos de la mirada de algún preceptor y de los sofocantes rayos del sol.
Claudio contaba una anécdota que le había ocurrido el verano pasado mientras visitaba Miami con su familia cuando Julieta lo interrumpió abruptamente.
-¡Shhh, cállate!
Todos guardaron silencio y afinaron sus oídos.
Pedro asomó la cabeza tímidamente. El patio estaba desolado pero podía escuchar el sonido de unos pasos que se aproximaban. Entonces como si fuera un fantasma una figura apareció de repente detrás de ellos. Julieta y Carolina dejaron escapar un grito profundo.
-La directora dice que vayan a sus aulas, dijo el hombre.
Todos se relajaron cuando vieron que la silueta era del conserje del colegio. Solo Carolina sintió un poco de temor por su presencia.
Rápidamente lo observó de pies a cabeza. El hombre era alto, media casi dos metros. Su piel era blanca y su rostro estaba cubierto de pecas y manchas amarillentas. Sus ojos eran diminutos, de un color negro azabache. Su nariz pequeña pero torcida. Sus labios se curvaban hacia abajo debido a una desagradable cicatriz producida por un corte profundo. Vestía unos viejos jeans y una remera blanca manchada de aceite. Su expresión era la de un hombre enfermo y deprimido.
-Largo de aquí hombre, no te metas en lo que no te importa, amenazó Claudio.
El conserje se quedó en silencio por varios segundos haciendo que la situación se volviera incomoda. Todos se miraban entre sí, nerviosos.
-La directora dice que vayan a sus aulas, repitió. Su voz era serena pero escalofriante.
-¿Estas sordo o qué? ¡Largo de aquí imbécil!, dijo Claudio tirándole la bolsa de maní salado en el rostro. El hombre no se inmutó. Luego de unos segundos se alejó en dirección a la sala de profesores.
-¡Bien hecho genio! Ahora nos van a sancionar, le reprochó Pedro.

El conserje se detuvo frente a la sala de profesores. Golpeó suavemente la puerta y esperó. Segundos después escuchó una voz que decía que estaba abierto.
-¡Usted! ¿Dónde están los niños? ¿Le dijo a esos sinvergüenzas que entraran al aula?, dijo una mujer gorda de cabellera rubia.
El conserje se tomó unos segundos para responder.
-No quisieron entrar, dijo a secas.
La directora maldijo en voz baja.
-Vuelva al patio, y haga que entren al aula. ¡Aunque sea de a pedazos!
El conserje se alejó arrastrando los pies.
La directora pensaba en hablar con los padres de esos chicos tan indisciplinados. Pasó media hora y olvidó el asunto debido a cientos de informes que tenía que firmar y revisar. De repente un alarido desgarrador le erizó la piel, haciendo que se levantara de un salto de su sillón.
Salió rápidamente hacia el patio. Los alumnos gritaban, corrían espantados entre llantos y alaridos. Algunos exclamaban a viva voz que llamaran a la policía. Cuando la directora se mezcló entre la muchedumbre, dejó escapar un grito de horror.
En el centro del patio había cuatro cuerpos desmembrados. La sangre se escurría como un río salvaje en medio de una jungla. De pie el conserje sonreía. Su rostro reflejaba un aura de soledad. Llevaba un hacha apoyada contra su hombro.
Giró la cabeza y clavó la mirada en la directora. Sonrió tímidamente.
-Tendrá que ser por pedazos, dijo con tristeza.

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6 comentarios

  1. 1. Anoide dice:

    ¡Ay, Dios! ¡Ese hombre está fatal de la cabeza! Pensaba que iba a hacerles algo pervertido a las chicas; no me imaginaba que acabaría cargándoselos… Ay, me has dejado con mal cuerpo… Tengo que darte la enhorabuena porque el relato cumple su objetivo, desde luego!

    Te mando un saludo y mis deseos de seguir leyéndote por aquí. Y si te apetece echarle un vistazo al mío (sin compromiso, por supuesto) sólo decirte que es el #32.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 16:24
  2. 2. Miles dice:

    Muchas gracias anoide! ! 🙂 ya me voy a pasar a leer tu cuento!

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 20:11
  3. 3. kirby Durden dice:

    Jjajajaj no lo esperaba!!! “de a pedazos tendrá que ser…” y bueno, es culpa de la directora por no especificar! jaja
    Me divirtió mucho miles! gracias..
    Si tenes tiempo pasate por el mio, es el 44!

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 02:45
  4. 4. Miles dice:

    Hola kirby! Gracias por comentar. Me alegra que te haya entretenido. Ya me voy a pasar por tu cuento. Saludos!

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 05:02
  5. 5. Chiripa dice:

    Hola Miles, para mi, eres un maestro del terror.

    Tu cuento me parece fantástico: bien hilado, haces buen uso del vocabulario, metáforas. Es ajustada la descripción de las características de los adolescentes, bien patanes ellos.
    Los diálogos intercalados le dan fluidez a la lectura. No he visto errores ortográficos que hacerte notar ¡Enhorabuena!

    Veo que respondes a tus comentaristas por aquí mismo. Yo te voy a pedir un favor, si deseas responderme. Hazlo en mi relato ( aunque no te de nota leerlo, jajaja ) porque no vuelvo a pasar por aquí ya que estoy afanada en leer y comentar mucho relatos más.

    “El Grito” (#111) @ https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-19/1969

    Espero volver a leer relatos de tu autoría. ¡
    Feliz fin de semana!

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 15:35
  6. 6. Wolfdux dice:

    Gran historia y gran manera de escribirla. Enhorabuena Miles.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 11 noviembre 2014 a las 04:28

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