Hombre lobo, ¿ de profesión profesor? - por Gaia

Los gritos y las risas llenaron los vacíos pasillos del colegio. Un nuevo curso comenzaba.
Al salir Toby al patio con los otros profesores la mayoría de los padres se arrimaron a sus hijos, pero en cuanto vieron que era un hombre bajito, regordete y con un brazo inútil decidieron darle una oportunidad, eso si, solo una, después de todo eran sus hijos. En cambio, a los niños no les importó que su nuevo profesor fuera un hombre lobo.
Cuando por fin sonó el timbre para el recreo suspiró con alivio. Los pequeños brujas, hadas, ninfas, gnomos, enanos, duendes, seres del agua, aire y fuego salieron al patio como una verdadera jauría, gritando y riendo.
– Ahí van, comportándose como verdaderos salvajes – dijo la profesora Rattii con la espalda bien tiesa y la nariz arrugada – como decía mi bisabuela, para lo único que sirven es para hervirlos para la poción de la juventud – murmuró mirando con codicia a un grupo de los pequeños alumnos de Toby.
– Niños, id a jugar a otro sitio, venga corred – los ahuyentó Toby que con su fino oído, había escuchado el desagradable comentario de la bruja.
– Pensé que un hombre lobo seria capaz de meterles un poco de educación a esos salvajes – dijo la srta. Rachel Rattii arrugando su verde nariz.
Toby se disponía a contestar a la horrible bruja cuando el director, el sr. Opps, un elemental del aire y el resto de los profesores, se dirigieron a ellos.
– Buenos días, srta. Rachel, profesor Toby, ¿ cómo le ha ido con los pequeños su primer día ? Por cierto, ¿ dónde están los niños ? – dijo el sr. Opps mirando con los ojos muy abiertos y elevándose del suelo casi un palmo.
– Están ahí, ellos…¿ dónde…? ¿ dónde están los niños ? – chilló Toby olfateando en busca del olor de esos traviesos.
– No están, los niños no están. Sabia que no era buena idea poner a un hombre lobo como profesor de primaria – chilló con su desagradable voz la srta. Rattii.
– Si no le importa intento olfatear el rastro de los pequeños.
Toby estaba concentrado en los olores. Era difícil, en el patio había demasiados niños pero su olfato era bueno, solo necesitaba un poco tiempo.
– Los tengo – dijo Toby abriendo mucho los ojos – que extraño.
– ¿ Qué ocurre sr. Toby ? – dijo el sr. Opps
– Pues que están ahí – dijo Toby acercándose a los columpios que se movían solos.
– Seguro que ese hombre les ha hecho daño y es por eso que se esconden.
– Oigo a los niños pero no los veo – dijo el sr. Opps
– Yo los oigo y los huelo – dijo Toby extrañado.
– Creo que ya se lo que esta pasando. Merlín termina con esto. Ahora – dijo el sr Opps poniéndose tan serio que casi se elevó un metro del suelo
– Pero ¿ con quién esta hablando ? Aquí no están los niños. No están. Aquí no hay nadie – chilló la srta. Rattii tan fuerte que le salió humo de las orejas.
– Si nos hacemos visibles la srta. Rattii nos cogerá y nos cocinará – dijo una voz infantil desde los columpios.
– ¿ Queeeé ?
– Espere sr. Opps. Eso es lo que os han dicho los otros alumnos ¿ verdad ? Escuchadme yo soy un hombre lobo y sabéis a qué se dedican los hombres lobo – preguntó Toby hablando al aire.
– ¿ Se comen a los niños ?
– No, tonto se comen a los malos – dijo una vocecilla invisible
– Exacto, nos comemos a los malos. Si la srta Rachel fuese mala ya me la habría comido. Ella es una buena mujer, solo necesita un abrazo colectivo
-AAAAggggsssss – chilló la srta. Rachel ante el regocijo de Toby
Poco a poco los niños se hicieron visibles rodeando a la profesora en un fuerte abrazo colectivo, para consternación de la vieja bruja y ante el regocijo de los demás. Menudo primer día, rió Toby agitando tan fuerte su cola que el sr. Opps se elevó del suelo varios metros.