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DESDE AQUÍ - por Escarlata

El autor/a de este texto es menor de edad

DESDE AQUÍ
Acababa de llegar de sustituta al colegio. No sabía por cuánto tiempo me tocaría estar allí, aunque calculaba que no mucho más de tres semanas.
No había terminado aún de asentarme y preparar mis cosas cuando me dijeron que tenía guardia de recreo.
Al salir a ese ambiente impregnado del tierno espíritu infantil no pude sentir otra cosa más que emoción. Pero, ¿había sido mi edad pueril igual que la de aquellos niños que jugaban y revoloteaban felices de ser lo que eran? Rápidamente pude dar una respuesta a mis pensamientos al situarme quince años atrás en aquel viejo colegio, probablemente hoy hecho ruinas.
La vista era la misma que la que contemplaba en ese momento frente a mis ojos: unas niñas jugando a ser papás y mamás , imitando eso que veían hacer a sus superiores , otros saltando y cantando al son de la comba, bastantes deseando ser futbolistas profesionales con un balón que volaba por los aires, varios intentando escapar de aquel que les perseguía , alguno que otro rememorando juegos tradicionales y yo observando el panorama desde una escalera que unía el gran patio con el gimnasio.
Es verdad, me di cuenta de que todos los recreos de mi infancia habían sido así . Mataba el tiempo viendo como los demás niños se divertían y tenían ilusiones en mente. Yo en cierto modo había llegado a ser feliz también de esa forma. A veces, se acercaba alguna que otra profesora gruñona e insulsa ( que podía encajar en cualquier otro sitio menos en un colegio) y me preguntaba con aire prepotente : ¿qué haces aquí sola? , ¿dónde están los niños?. Jamás respondía a sus estupideces, solo pensaba: como si no lo supieras, todos huyen de mí, nadie quiere tener mi presencia junto a él.
No sé muy bien que fue lo que me pasó de pequeña, si es que yo era diferente a los demás, si tal vez fuesen ellos los que no me comprendían o yo la que no quería entenderles. De cualquier forma, abandoné pronto esos vagos recuerdos, pues ya eran pasado lejano. Solo quería seguir disfrutando de aquella maravillosa escena que se dibujaba ante mí.
Al girarme, vi a una niña que me miraba con ojos tristes desde una pequeña escalinata. Comprendí que había llegado al colegio en el momento oportuno. Era hora de sacar a alguno que otro torero acobardado al ruedo, para que dejase de observar ya de una vez el espectáculo desde esa oscura barrera.

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2 comentarios

  1. 1. Angel Gabriel. dice:

    El relato es sencillo, sin sobresaltos, no existe conflicto, no hay debate, no han nudo en la historia, solo trata sobre unos recuerdos, al menos para mí si lograste mostrarme una historia, porque yo en mi niñez así me comporte en la escuela, no me gustaba jugar juegos violentos por que no tenía pasiencia con los compañeros, no corria en el patio para no chocar con otros que iban como locos, aunque generalmente siempre tenía uno o dos amigos con los que conversaba y compartía, pero el relato aunque como te repito sin sobresaltos, ami me gusto, y también me llevo a los recuerdos de mi niñez. Si hay descripción del ambiente donde se desarrolla, y de los personajes, lo que no me quedo claro es porque ella se alejaba de los demás. Pa mi tiene sintesis. ¡¡¡Felicitaciones!!!!!
    Si tienes tiempo lee el mío, no es la gran cosa, es el número 16 EL COLEGIO Y LAS MUÑECAS. Hasta pronto.

    Escrito el 6 noviembre 2014 a las 02:14
  2. 2. Álvarez Vainlla dice:

    Siempre tendemos a describir la infancia como uno de los ciclos más felices de las personas, cuando lamentablemente no siempre es así. Los niños no son felices o infelices porque les toque serlo.

    Sencillo pero emotivo, desprende mucho sentimiento.

    un saludo

    Escrito el 6 noviembre 2014 a las 08:28

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