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Nadia - por Julieta Blanco

El único sonido que se oía en el patio del colegio era el de las hojas de otoño que el viento arrastraba. No había risas, ni gritos, ni alboroto. Nos asomamos al tapial.
– ¿Dónde están los niños? – preguntó Horacio.
– No hay niños – le respondí – porque el colegio ha organizado un festejo en el parque. Por eso vinimos hoy. No queremos que nos vean.
Le indiqué a Horacio que me siguiera. Saltamos el tapial y caímos en el patio, silenciosamente.
– ¿Estás seguro de que está acá?
– No, no se puede estar seguro de nada, pero me comentó Adelina que vio a Nadia tirando el anillo sobre el tapial, así que si tenemos suerte lo encontraremos aquí. Me dijo que lanzó algo más, pero tengamos en cuenta que Adelina tiene ya cerca de 90, no sé qué tan bien verá…
Recorrimos el patio del colegio buscando el bendito anillo; entre las plantas, la maleza, los juegos… Nada.
– ¿Y si se lo llevó algún niño? – aventuró Horacio.
– Es posible – suspiré. – ¿Para qué querría un niño un anillo de compromiso?
– A las niñas les habrá gustado. Incluso a los niños. Era muy bonito.
– Es, Horacio, ES muy bonito. Tiene que estar por acá.
Seguí buscando en los lugares más insólitos, mientras pensaba en Nadia, su inexplicable rechazo y, de paso, en que no nos viera la policía. Nos habíamos colado en el patio del colegio. No debían vernos.
Y de repente, Horacio profirió un grito.
– Cristian. ¡Cristian! Acá está. ¡Vení, tiene un papel!
Corrí como un rayo hacia Horacio. En efecto, sostenía el anillo que había comprado para Nadia en su mano, y de él colgaba un papel amarillento atado con un piolín. Se lo arranqué de las manos y lo abrí, temblando, mientras le preguntaba:
– ¿Dónde estaba?
– Junto al estanque. Bajo esa roca, de hecho.
Le eché una ojeada a la roca y luego leí lo que decía el papel en voz alta:
“Si eres Cristian, sigue leyendo. Si no eres Cristian, no puedo impedirte que leas pero POR FAVOR te ruego que escondas este anillo y este papel. Bien escondido. Cristian lo encontrará, lo sé.
Ahora sí, querido Cris. Perdóname por haberte rechazado de esa forma, sabes que siempre le he temido al matrimonio. No hay razón alguna, quizá he oído de muchas malas experiencias. Entonces decidí que quería probarte.
Te rechacé, huí, y le dije a Adelina, la viejita que vive frente al colegio que te dijera que me habías visto arrojando algo brillante. Le dije que se trataba del anillo y le comenté mi plan; lo aprobó, por supuesto. Ahora estoy escribiendo esta nota, y pienso pasar por el colegio y tirar el anillo por sobre el tapial. Se me ocurrió la idea porque mañana no habrá clases ya que hay un festejo. En el parque donde nos conocimos. ¿Te acordás?
Si encontraste este papel es porque nunca perdiste la esperanza. ¿Te dijo Adelina que lancé algo más? Seguro te lo dijo y pensaste que no todo estaba perdido.
Y como seguiste confiando en mi, confiaré en ti y aceptaré tu propuesta. ¡Nos vamos a casar! Te espero en el parque.”
Nos miramos fugazmente con Horacio y salimos corriendo. Saltamos el tapial y seguimos corriendo más rápido aún.
Doblamos en la esquina y luego de recorrer algunas cuadras más alcanzamos el parque.
– Acá están los niños – me dijo Horacio.
Pero yo no los veía, no veía ningún niño. Sólo veía a la niña que veinticinco años atrás, cuando tenía ocho, me había obsequiado una margarita porque me había encontrado llorando.
Y aquí estaba yo, en el mismo parque, también llorando, pero esta vez de alegría.
Nadia me esperaba con los brazos abiertos.

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7 comentarios

  1. 1. Miranda dice:

    Hola Julieta:
    Eres una de las tres personas que tuve que comentar en privado. Es una historia tierna y muy conseguida, como creo que eres nuevo, o al menos no recuerdo haberte leido antes, te propongo que amplies las posibilidades de este taller y comentando a otros, para recibir tambien otros comentarios.
    Si quieres pasate por el mio, soy la 53

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 16:41
  2. 2. Julieta Blanco dice:

    Hola a todos!!
    Miranda, sí, es la primera vez que participo del taller.
    Ha sido una linda experiencia, los comentarios me motivaron mucho.
    Estoy aprendiendo mucho y espero poder ser de ayuda para los demás también!
    No se quién más comentó mis textos, pero (aunque se que el texto debe hablar por sí mismo y no tiene mucho sentido hacer aclaraciones), alguien me dijo que no había logrado deducir cuál era el segundo objeto que Nadia había arrojado… era el papel 🙂 tal vez no lo supe resolver bien.
    Por favor, si tienen un tiempito comenten, me servirá mucho.

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 19:27
  3. 3. Julieta Blanco dice:

    🙂

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 19:29
  4. 4. Fermin Angel Beraza dice:

    Hola Julieta, yo fui uno de los que leyó y comentó tu texto, y él que preguntó sobre el segundo objeto que tiró Nadia. Como todos estamos para aprender, es bueno recibir los comentarios, que como verás, no son de especialistas sino mas bien de aficionados(como en mi caso). Tu historia me gustó por ser una de amor, de esperanza, de perseverancia. A mi me cuesta un poco ese estilo por eso lo valoro en otras personas, pero de todos modos, tenemos que aprovechar este taller para experimentar cosas y mejorar día a día. Un abrazo.

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 22:37
  5. 5. julieta blanco dice:

    Gracias por comentar Fermin! Como muchos seguramente, estoy aprendiendo, y espero poder aprovechar el taller al máximo, e incluso tal vez mi opinion sirva a los demás. (:

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 11:20
  6. Aunque puedo hacerle dos o tres críticas (constructivas, siempre) al texto, me parece que logró su intención: emocionar. Sinceramente me emocionó el final, muy visual, muy tierno.
    En general está re bien escrito, con algún que otro error de tipeo o gramatical (que se corrigen con una simple revisión). Hay un detalle de argumento que yo vería de trabajar mejor la próxima: la sutileza.

    Por ejemplo, esta parte:
    “- ¿Estás seguro de que está acá?
    – No, no se puede estar seguro de nada, pero me comentó Adelina que vio a Nadia tirando el anillo sobre el tapial, así que si tenemos suerte lo encontraremos aquí. Me dijo que lanzó algo más, pero tengamos en cuenta que Adelina tiene ya cerca de 90, no sé qué tan bien verá…”

    Tanto Horacio como Cristian saben lo que están buscando… el texto denota que ambos lo hablaron antes. ¿Por qué lo repiten? Obvio: para que el lector se entere. A este tipo de cuestiones me refiero. Capaz que hay otras formas de brindar información al lector sin que los personajes estén “obligados” a hablar en vos alta. Qué se yo, opinión mía.

    Otro tema: a Cristian lo noto demasiado alegre o tranquilo para haber sido dejado por su prometida. Esto se pone en evidencia recién al final y cómo que me hace un poco de ruido. Está todo en los detalles.

    Felicitaciones por el cuento y por tu primera participación. ¡Espero seguirte leyendo!

    L.- (desde Argentina)

    Escrito el 4 noviembre 2014 a las 20:46
  7. 7. julieta blanco dice:

    Luciano! Gracias por tu comentario. Me sirvió mucho, de verdad.
    Voy a tratar de aplicar todo lo que estoy aprendiendo para la próxima vez.
    Saludos! (También desde Argentina) 🙂

    Escrito el 4 noviembre 2014 a las 21:30

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