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Un día gris - por Ariadna

El cielo estaba gris, hacía días que amenazaba con lluvia pero no acababa de llegar. Los gritos y las risas de los niños llegaban altas y claras desde el patio mientras ella, dentro del aula, intentaba corregir los exámenes. Llevaba todo el día con una sensación extraña en la boca del estómago, nervios tal vez. Tampoco ayudaba la noche tan mala que había pasado, algún perro había decidido que nadie en toda la calle pudiera dormir en toda la noche por lo que hoy se había levantado cansada, dolorida, con los hombros tensos y un amago de calambre en los lumbares. Frustrada dejó el bolígrafo en el escritorio y salió al patio, nunca acabaría de corregir si seguía así pero necesitaba aire puro.
Unos fríos rayos de sol la recibieron, los primeros de toda la semana, aun así el ambiente era más bien frío y la humedad en el aire prácticamente palpable. Los niños correteaban por todas partes, unos jugando al fútbol, otros con cuerdas, los más temerarios subidos al pequeño muro que separaba la zona de recreo del portón principal. Debería ir a decirles algo pero francamente no tenía ganas y además no era tan alto, aunque sabía que no estaba bien. Hacía bastante tiempo que le aburría su trabajo, tal vez había llegado el momento de cambiar. Cuando acabó la universidad lo vio como una gran oportunidad, una manera fácil de ganar dinero, ¿enseñar a niños? Chupado. Después de casi siete años ya no pensaba lo mismo, ahora se sentía atrapada, aburrida y hastiada.
– Se te ve triste
La voz del hombre la sobresaltó, no lo había visto acercarse de tan concentrada que estaba en sus pensamientos. Estaba apoyado en uno de los árboles del bosque que había al borde del patio, un árbol frondoso que claramente necesitaba una poda como el comer. Una euforia se apropio de ella desde el momento en que lo vio. Tenia la sensación de haberlo visto antes, ¿pero donde?
– ¿Cómo dice?
– Que se te ve triste.
– ¿Y a ti que te importa?- la replica le salió rápida, maleducada incluso, algo extraño para ella.
– Solo era un comentario.
El hombre que le hablaba era un hombre alto, rubio, ojos claros, pómulos marcados y mandíbula angulosa. Guapo no era la palabra, más bien era tremendamente atractivo, desprendía un magnetismo difícil de ignorar.
– Perdona pero los padres no pueden estar aquí- le dijo recuperando la compostura.
– Bien, no soy padre- le contestó con sorna.
– ¿Entonces que hace aquí? ¿es algún tipo de pervertido?
La risa de él inundó sus oídos, hacía años que no oía reír a alguien tan abiertamente. No parecía uno de esos pervertidos que observan a los niños pero ahí estaba en un patio de colegio sin ningún motivo aparente. Aunque para ser sincera parecía que más que observar a los niños la observaba a ella, y eso no le molestaba.
– Estaba por aquí y te he visto. He pensado que podríamos hablar, irnos de aquí, lejos- Le dijo mientras lentamente se acercaba a ella hasta quedar a apenas unos pasos el uno del otro.
– ¿Perdone?- ¿irse lejos? Eso era justo lo que ella había estado pensando, ¿estaría soñando?
– Parece que necesitas desconectar, nada más. Pero si no le interesa- y se dio la vuelta.
– Espere.
No sabía por que pero la palabra salió de su boca antes de poder siquiera pensar en ello. Desconectar, irse de allí. Algo en aquel hombre le había llamado la atención y ¿no estaba aburrida? Bueno, tal vez era eso lo que necesitaba, una aventura. O tal vez acabara descuartizada en un maletero. A esas alturas poco le importaba, según hablaba con él la sensación de hastío y frustración que últimamente la acompañaba había ido aumentando hasta ser insoportable.
– ¿Nos vamos?- dijo con la sonrisa en los labios y la mano extendida mientras la su voz resonaba en todo el patio.
No fue hasta ese momento cuando se dio cuenta de que todo el patio estaba en silencio ya no había ni risas, ni juegos. Mirando a su alrededor se dio cuenta de que estaban solos. Las pelotas y cuerdas ahora estaban tiradas en el suelo, abandonadas. Aun así, no estaba inquieta, se sentía bien por primera vez en mucho tiempo.
– Vamos.
– Pero ¿dónde están los niños?- preguntó mientras se adentraban juntos en el bosque desapareciendo para siempre dejando tras de sí muchas preguntas y ninguna respuesta.

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3 comentarios

  1. 1. José Torma dice:

    Hola Ariadna.

    Una buena fantasia, asi la interpreto. Dejar todo lo que nos abruma y escapar con una persona, atractiva ademas. Un tema muy universal. Un par de detalles que a mi me brincaron, en la frase de entrada “El cielo estaba gris, hacía días que amenazaba con lluvia pero no acababa de llegar”, creo que la pausa entre gris y hacia, se hubiera visto beneficiada por un punto y seguido, pero me comenta una persona aqui, que solo el escritor sabe como quiere enfatizar sus pausas.

    “Unos fríos rayos de sol la recibieron” tal vez el adjetivo frio te descoloca, a mi me hizo detenerme para regresar a leer si habia entendido bien, si te referias a que los rayos de sol intentaban levantar el frio o algo asi, hubiera sido mejor.

    Lo mejor, es la manera tan realista en que nos muestras el hastio de la mujer que, al ver realizados sus planes, se da cuenta que no es feliz haciendo lo que hace. Lo demas son tecnicismos.

    Felicidades.

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 17:06
  2. 2. Ariadna dice:

    Hola José, gracias por el comentario y por leerlo :). Efectivamente es una fantasía, uno de mis comentarios me decía que no era realista la situación y que no sabía como enfrentarlo. Bueno, de eso iba, intenté generar un ambiente ambiguo y una situación irreal y algo oscura y me alegro que se note aunque sea un poco.
    Lo de las pausas estoy puliéndolo aun, es el primer texto que publico y la verdad es que a veces puedo liarme un poco. Aun así lo que pretendía era hacer una mínima pausa lo suficiente para darle un ritmo pausado al relato pero sin ser lento del todo.
    Con los rayos de sol…. se que no es una forma de describirlos, intenté utilizar ese adjetivo para reflejar el estado de animo de la protagonista. No se si a ti te pasa pero a mi hay veces que estoy cansada salgo a la terraza o a la calle me da el sol y parece que me calienta desde dentro y hasta me cambia el ánimo. Pues al decir aquí que los rayos de sol eran fríos a la vez que comenté que el tiempo había sido horrible toda la semana quería referirme al hastío que ella, la negatividad que emana y con la que se enfrenta a todo.

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 13:56
  3. 3. Ángel Gabriel dice:

    A mi en terminos generales me gusto, aunque un poco lento, no se despejo la pregunta que surgió en mi mente, ¿de dónde aparecio ese hombre? ¿quién era? ¿era un ser real o irreal?, los niños no es el tema central que tocas, aúnque si enmarcas la trama en el colegio y los niños, el personaje central esta bien logrado, es redondo y muestra el astío que muchos podemos sentir en un momento dado por nuestro trabajo, o por el ejercicio de nuestra profesión, el relato no tiene conflicto, solo crea pequeñas intrigas en los hechos sin resolver, crea expectativa al ver que se va con un desconocido y por un bosque, ¿que podrá pasar con ella?, el género para mi es de misterio, por lo último del relato. ¡¡¡¡FELICITANCIONES!!!!
    Si tienes tiempo lee el mío, no es la gran cosa, es el número 16 EL COLEGIO Y LAS MUÑECAS. SALUDOS, BENDICIONES.

    Escrito el 6 noviembre 2014 a las 04:52

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