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El poema - por Daniela

— ¡Bien, chicos!—exclamó la maestra. —Cada uno en su lugar por favor, vamos a comenzar la clase.
Todos en sus lugares. Todos atentos. Menos Lili. Es decir, estaba en su banco, pero su cabecita de enamorada, no.
—Como hoy festejamos la primavera ¿y por qué no? La amistad, el amor…
El amor. Lili sólo suspiraba. Si tan sólo Thiago se diera cuenta. Pero él estaba muy concentrado en la tarea del día.
—Y el día del estudiante también…se me ocurre una idea, polluelos míos. Que ustedes, con sus manitas, escriban un poema.
Un barullo general se levantó en la clase. Todos cuchicheaban, menos Lili, que escuchaba música de violines y Thiago, que esperaba pacientemente la directiva de la maestra.
Ésta última levantó un poco la voz, emocionada por el revuelo que había causado su idea.
—Corazones míos. Presten atención. No lo haremos aquí, en la sala. Sino en el patio. Vamos afuera.
A estas palabras siguió una estampida. El cielo estaba coronado por un sol brillante, rodeado de nubes.
—Ya, espanten las cotorras—dijo la maestra frunciendo los labios, una vez afuera.
Silencio general. Miradas expectantes. Lili se acomodó unos metros detrás de Thiago.
—Quiero que escriban un poema ¿no? Debe comenzar con esta frase: “En el patio de la escuela…” No es necesario que rime…
— ¿Maestra?—interrumpió una niña rubia de largas trenzas.
— ¿Sí, corazón mío?
— ¿Podemos dedicarle a alguien nuestro poema?
Los ojos de la maestra brillaron, al igual que los de Lili.
—Pero claro, reina. A quién tú quieras.
— ¿Y cómo podemos seguir el poema, seño?
— ¿Dónde están los niños…?
Alguien estornudó.
— ¿…Inteligentes?—concluyó la maestra.
La niña sonrió y se concentró en su hoja. La mirada de la querida maestra, llena de emoción y fijeza, la ponían nerviosa.
—Bueno, comiencen—dijo la seño al ver que nadie más decía nada. —Al finalizar la hora, me lo entregan ¿Sí niños?
Voz general:
—Sí, señorita Dina.
Durante el resto de la clase, sólo se escuchaba el ir y venir de los lápices por las hojas de papel. Sólo Lili escribía en las nubes. Pero una mirada de la querida maestra fue suficiente para que volviera a tierra.

“En el patio de la escuela…”

Levantó la vista, pero Thiago no lo hizo ¿A quién le dedicará su poema?

“Había un chico,
De ojos verdes, cabello rubio…”

La concentración era imposible, pero debía seguir. El amor no espera.

“Nunca sonreía, sólo miraba.”

¿Por qué tan así, Dios mío?

“Súper estudioso, nada distraído.
Nunca se enamora, ni siquiera de la más cheta.”

Todos escribían. Sobre el papel. Lili escribía. Sobre las nubes.

“¿Por qué no se enamora de mí?
Tal vez porque no soy linda.”

La aguja del reloj parecía haberse detenido. Pero la imaginación de la niña corría. Corría alrededor de Thiago.

“Sin tan sólo me mirara…
Sería feliz por el resto de mi amarga vida.”

—Bueno, polluelos. Entreguen sus hojas con sus nombres. Y el de la personita a quién se lo van a dedicar.
Lili despertó. Su hoja estaba blanca, tan blanca como su ilusión.
— ¿Y tu poema, Lili?—las gafas de la maestra eran muy gruesas.
—Ah, no…yo no…
—No hiciste
—No, maestra.
La maestra frunció la nariz y tomó la hoja de Lili. Y leyó en voz alta lo único que había escrito:
—Thiago.
Lili palideció. Una lágrima descendió por su mejilla, suplicando.
— ¿Sí, maestra?—preguntó el aludido.
— ¿Puedes quedarte en el recreo a controlar a tu compañera, aquí, hasta que termine de redactar su poema?
—Claro, maestra.
Tocó el timbre y todos volvieron al salón.
Lili no se atrevía a levantar la vista, sería imposible sostenerle la mirada a él.
Esta vez, el tiempo pasó rápido. Cuando terminó, le pasó la hoja a Thiago. Éste se puso de pie.
— ¿Y la dedicatoria?
Lili contuvo la respiración. «Hazlo, hazlo»
—Es para ti, Thiago.

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1 comentario

  1. 1. Bromioso dice:

    Bonito, profundo. No he leido muchos pero este me gustó. Claramente hay detalles ortográficos pero aparecen al ser quisquilloso y con un par de relecturas se cambian o no. Bien escrito. Tiene corazón y eso es lo que me parece valioso y “es honesto” como dicen que decía E. Hemingway. Felíz nuevo año y saludos!!!

    Escrito el 6 enero 2015 a las 06:16

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