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FEHLER - por Eunice Espejo

Web: http://kimerasdelfuturo.blogspot.com

Una extraña sensación recorrió el cuerpo de la Srta. Steward. No sabía a qué se debía hasta que notó la falta de ruido. Inquieta, se dirigió hacia el patio. Su cara cambió por completo al contemplar el espeluznante paisaje que tenía ante ella. A su lado, apareció la Srta. Neil.

—¿Dónde están los niños? —preguntó algo exaltada.

—No lo sé —contestó la Srta. Steward mirando fijamente la marca cuadrada y perfecta que, como si correspondiera a otra época, había cambiado a un lugar abandonado lleno de metal oxidado y hierbajos—. No lo sé.

—————

Algo había salido mal. Lo intuía, y lo supo con seguridad en cuanto los vio. Estaban asustados, algo que era de esperar, pero no más que él, que contemplaba la escena, inmóvil, esperando que la situación cambiara por sí sola. Los niños habían reaccionado de forma diferente. Algunos lloraban mientras otros lanzaban preguntas al aire. «¿Qué ha pasado?» o «¿Quién es usted?». Sólo uno estaba igual de quieto que él. Lo reconoció antes incluso de verle la cara. Su yo del pasado, mirándole fijamente, calculando las distintas soluciones que podía tener aquel problema.

—¡Callaos! —gritó enfurecido bajo la atenta mirada de su versión más pequeña— ¡No me dejáis pensar!

Al momento, todo quedó en silencio. Algunos todavía moqueando y con los ojos llorosos miraban inquietos a un lado y a otro en busca de protección. Pero ya era tarde para ellos. El experimento había salido mal. No tenían que estar allí. Ninguno a excepción de él mismo.

Un dolor repentino despertó en sus entrañas y supo que no le quedaba mucho tiempo. Su vida no había sido importante, así que el futuro no se vería alterado en absoluto, pero él desaparecería sin remedio. Él y todos esos niños que un día se convertirían en adultos. ¿Podría alguno de ellos ser la solución al problema de algún modo? Desgraciadamente, mientras repasaba sus caras una a una, supo que aquello era imposible. Todos habían desaparecido de aquel lugar nuevo y hostil antes de poder influir en el mundo. Y los que habían sobrevivido estaban a su lado, sintiendo el mismo cosquilleo recorriendo su cuerpo mientras desaparecían de la historia.

—Todo ha salido mal —dijo uno de ellos—. Lo hemos fastidiado todo. ¿No se suponía que sólo vendrías tú?

—Lo se, lo se. No hace falta que me lo digas. No sé qué ha podido salir mal. Calculé todo con precisión. No lo entiendo.

—Pues algo debes haber hecho mal —gruñó otro de sus colegas detrás de él—. Hay una diferencia abismal entre que un solo niño aparezca momentáneamente aquí para avisarle de como arreglar el mundo de un final horrible a que aparezcamos todos nosotros de forma permanente y sin opción a volver a enviarnos al pasado. —Señaló su estómago e hizo un gesto de dolor—. Ya empiezo a notar como me extingo.

Todos compartieron una mirada cómplice sabedores de su destino. La versión más joven de él, que hasta el momento sólo había observado, habló.

—Vosotros moriréis pero nosotros no. ¿Es esta vuestra primera vez?

—Sí —respondieron al unísono.

—Si es así lo único que acabáis de hacer es crear una línea temporal alternativa. Vosotros vais a desaparecer en unos momentos porque en la línea original crecisteis hasta llegar al día de hoy pero, en la que acabáis de crear, viajamos al futuro y desaparecemos de nuestro tiempo. Y eso no podrá volver a suceder porque vosotros ya no existiréis para repetirlo.

—Mocoso —dijo uno de los adultos mirando de refilón a la versión adulta constatando que había sido un listillo desde niño— eso ya lo sabemos. Llevamos años estudiando las posibilidades.

—Y aún así habéis fallado. Pero no os preocupéis, no lo habéis hecho todo mal. Aún puede servir de algo.

Los dos clones se miraron y enseguida supo a qué se refería. Ellos iban a morir, era algo que no se podía evitar. Pero aquellos niños eran ellos, más jóvenes, igual de inteligentes, con más tiempo y la posibilidad de estudiar que había salido mal.

—Volveremos —dijo con convicción—. Repetiremos el proceso y entonces saldrá bien.

Sin más, los adultos fueron desapareciendo y cuando llegó su turno no tuvo miedo. El mundo todavía tenía una oportunidad.

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6 comentarios

  1. 1. Peter Walley dice:

    Me ha gustado mucho la escena, más que una historia es como si nos dejases entrar en tu mundo durante cinco minutos. Bien hecho, como siempre.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 23:29
  2. 2. Eunice dice:

    Muchas Gracias!! Aunque supongo que eso mismo es lo que falla en el texto. No he dado datos suficientes como para entenderlo bien del todo y no llega a contar una historia clara, pero estoy en trámites para convertirlo en algo más extenso.

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 10:18
  3. 3. Denise dice:

    Otro cuentazo que casi me olvido de comentar!

    Me gustó mucho, como siempre, pero estoy de acuerdo con vos en que quedó un poco hermético.

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 01:06
  4. 4. forvetor dice:

    wenas Eunice!
    es un gustazo leerte, como siempre. precisamente yo no voy a ser el que te acuse de insinuar cosas y no contar nada .. jejeje… a mi el cuento me ha gustado mucho. me recuerda un poco al de Leosinprisa, échale un vistazo si puedes.
    me encanta tener una escritora de género tan entregada como tú, la ciencia ficción me gusta pero no me sale escribirla y cuando veo tu nombre en la lista siempre sé que voy a encontrar un estupendo trocito de literatura de género ^^
    un abrazo, nos leemos!
    Sergio Mesa / forvetor
    http://miesquinadelring.com/

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 17:41
  5. 5. Roger/NHICAP dice:

    Hola Eunice,
    Hasta hoy no te había encontrado. Me alegro verte de nuevo por aquí.
    Una estupenda historia en tu línea habitual. Me gustado y está muy bien desarrollado. Los datos que has omitido los he imaginado. Me encantan tus relatos porque plasmas tu creatividad de manera clara con una narración fluida y sencilla.Felicidades
    Un abrazo

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 19:08
  6. 6. Eunice dice:

    Muchísimas gracias!! Con comentarios como los vuestros nunca se van las ganas de escribir!

    Escrito el 1 noviembre 2014 a las 14:05

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