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Utopía - por Iracunda Smith

Web: http://iracundasmith.wordpress.com/

– ¿Dónde están los niños? –preguntó la directora mientras salía al patio para comprobar que los soldados siguiesen en sus puestos.
– Aún no han terminado el test. Este año han añadido un apartado especial, ya sabe, por el incidente del año pasado.
La señorita Aranda apretó los dientes al recordar aquello. No había pasado en su colegio, pero había sido como una puñalada en el costado. No permitiría ninguna transgresión en el suyo. Tocó la llave que llevaba colgada al cuello. Eso siempre la calmaba y le recordaba que ella tenía el control y que había maneras de enderezar un árbol torcido.
La chica que la seguía era una profesora nueva. Había empezado rebosante de energía. Le daba dos meses. Era lo máximo que duraban esa clase de personas en su centro.
– ¿Quiénes cree que serán los expulsados? –preguntó con cierta cautela la profesora.
– Nosotras no hacemos juicios de valor –contestó, pero sabía perfectamente quienes serían cuaterizados, ella misma había hecho sus recomendaciones.
El colegio de la señorita Aranda era uno de los seis centros que acogían niños procedentes de los páramos. Eran huérfanos de familias antisistema que vivían más allá de las fronteras de la Tierra Prometida.
– Ni siquiera sé cómo sobreviven –le había comentado alguien en una ocasión-. Ahí fuera, tras la pantalla de ozono el aire está tan contaminado que sus bebes nacen muertos o deformes. ¿Quién querría vivir lejos de la civilización?
Pero aun así sobrevivían y se reproducían. Le enfurecía que esa gente embrutecida y agresiva, no contentos con no acatar las leyes, emprendieran escaramuzas para intentar destruir su utopía.
– Nos tienen envidia –sentenciaba su madre cada vez que alguien, ¡los ancestros no lo quisieran!, sacaba el tema-. Si no, ¿por qué atacarnos? ¿por qué no vivir su vida allá en los páramos y dejarnos en paz?
– No tienen nuestros avances ciéntificos y médicos, dicen que quieren derrocar al gobierno para robarnoslos –le contestaba ella fingiéndose asustada para que su madre pudiese rematar su discurso.
– Está científicamente demostrado que son inferiores intelectualmente, no tienen nada que hacer contra nuestro ejército. Cuando los ancestros dieron su vida para abrinos los ojos, para enseñarnos el camino del orden, esos herejes escogieron el caos. ¡Ahora que se pudran en ese infierno!
Pero ahora había problemas en su paraíso. Los cálculos estimados decían que los “hombres amarillos”, como se hacían llamar por el color de sus tierras, se estaban multiplicando de manera alarmante en las últimas décadas. Había oído en una de las reuniones con los funcionarios superiores que la razón de esa superpoblación estaba en el que el aire exterior había bajado sus niveles tóxicos un diez por ciento.
– Señorita Aranda –dijo una funcionaria, sacándola de sus pensamientos-. El examen casi ha terminado, pero antes de abrir las puertas me gustaría hablar con usted.
La joven profesora volvió dentro y las dos mujeres dieron un paseo por el patio.
– Sé que sabe lo delicado de nuestra situación actual…
– No he perdido mi fe en el gobierno, señora Blanca.
– Lo sé, nosotros en usted tampoco. Por eso me duele lo que voy a decirle.
Blanca tomó aire para decir:
– Vamos a cerrar los colegios.
– ¿Qué?
Al oírla gritar los soldados, que no habían dejado de observar la escena, pidieron la contraseña de seguridad.
– La balsa surca los cinco paraísos –respondió la directora entre dientes.
– Es muy peligroso mantener rebeldes dentro de nuestras fronteras en este momento, sin importar su edad. Comprenda la situación.
– He dedicado mi vida entera a adiestrar a estos enjendros. He conseguido convertirlos en perros fieles al sistema. Algunos de ellos han llegado incluso a formar parte de nuestra sociedad, ¿y así me lo pagan? –dijo mientras frotaba su llave.
La mujer le tocó el hombro e imploró por que entrara en razón, le explicó que sería recompensada. La rodeó con sus brazos en un inútil gesto por consolarla del que ella se zafó de un manotazo.
La directora entró en el colegio sin cruzar otra palabra con la funcionaria. Recogió los test y mandó a dormir a los niños. No se dio cuenta de que de los seis funcionarios que habían llegado sólo cinco se habían ido y no fue hasta horas más tarde, poco antes de exhalar su último aliento, cuando hechó en falta su llave. Fue lo ultimo que vió, agitada por Blanca, mientras le decía:
– ¿Me recuerdas? Creo que deberíamos hacer otra visita al cuarto.

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13 comentarios

  1. 1. José Torma dice:

    Que tal Iracunda? me a costado trabajo entender tu texto. Lo lei dos veces con diferente interpretacion jaja ya debo estar dando el viejazo.

    El tema en si me parece conocido, tal vez influenciada un poco por los Juegos del Hambre o Divergente, pero con tu toque personal. La figura autoritaria que endereza rebeldes para que puedan contribuir con la sociedad es un concepto interesante pero al final de cuentas utopico como el titulo.

    Creo que es un solido esfuerzo que para los amantes del genero sera mas facil de comprender de lo que me fue a mi. Si tienes tiempo me gustara leer tu comentario a mi cuento…

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-19/1910

    Yo lo intente pero la ciencia ficcion no se me da jeje

    Saludos y felicidades

    Escrito el 28 octubre 2014 a las 21:57
  2. ¡Hola José!
    Muchas gracias por molestarte el leer mi texto!!
    Siempre me pasa lo mismo, me lio y luego queda poco claro el final…
    Intentaré aclararlo un poco: La funcionaria, Blanca, resulta ser una de los niños que la directora “educó” y que vuelve para vengarse. Intenté aclarar que algunos de los niños crecen para integrarse en esa sociedad (como sería el caso de Blanca), pero está claro que fallé :P.
    ¡Para la próxima prometo ser más clara!
    Voy a leer tu texto ahora mismo 😉
    Un abrazo y gracias.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 15:41
  3. 3. Sergio Mesa dice:

    hola Iracunda! (me encanta tu pseudónimo ^^)
    será que tengo debilidad por las distopías, pero yo me he quedado encantado con el relato. sí, a lo peor ese giro final es un poco brusco, pero yo lo pillé… después de unos segundos pensando :P… pero bueno, el bendito límite de palabras es lo que tiene.
    ánimo y seguir escribiendo.
    un saludo, nos leemos!
    Sergio Mesa / forvetor
    http://miesquinadelring.com/

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 19:23
  4. 4. Sebas Cano dice:

    Ahhhh, ya entiendo el final. Muy bueno, por cierto. Soy uno de los que comentó tu texto y te pregunté por el desenlace. Debí haberlo adivinado. De todas formas, me encantan los relatos que hacen que te devanes los sesos, y este me hizo pensar un buen rato. Un saludo!

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 19:23
  5. ¡Muchas gracias Sergio y Sebas, así da gusto participar!
    Os invito a que os paséis por mi blog y que me critiquéis (constructivamente :P) que yo haré lo mismo
    http://iracundasmith.wordpress.com

    Un abrazo, ¡¡nos leemos!!

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 21:43
  6. 6. Peter Walley dice:

    Me ha gustado mucho la ambientación, las ideas dan para una historia más larga, lo que siempre es buena señal. De hecho con más espacio seguro que le puedes dar más suspense al final, a mí también me resultó algo apresurado.

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 23:33
  7. 7. David Rubio dice:

    Hola Iracunda,
    Me pasó como a Jose Tomás. Tu historia es demasiado grande para un formato de 750 palabras. Es imposible que puedas explicarnos un mundo utópico, sus reglas, su funcionamiento, y además nos presentes unos personajes y, todavía más, generes un conflicto que se resuelva al final. Cuando el espacio es tan limitado, la historia tiene que ser muy concreta, precisa, un suspiro.
    Pero muestras imaginación, capacidad narrativa y ansias de crear y de contar mucho en poco espacio. A veces es mejor eso que no contar poco en mucho.
    Un gusto leerte ¡Ah! me apunto tu blog para pasar por allí

    Escrito el 29 octubre 2014 a las 23:50
  8. ¡Hola Peter y David!
    Muchas gracias por haberos molestado en leer mi texto y por vuestros comentarios.
    Está claro que quien mucho abarca… a ver si para el próximo consigo explicarme mejor (aunque luego lo termino aprisa y corriendo en los últimos 5 min. 🙁 )

    Un abrazo
    ¡nos leemos!

    Escrito el 30 octubre 2014 a las 15:24
  9. 9. Aurora Losa dice:

    Jolines, Iracunda, sin aliento me has dejado.
    Intuyo la crítica (o debería decir críticas) a un montón de cosas que fallan en el modo de vida actual (inmigración, ideologías contra dictaduras, fanatismo religioso, consumismo exacervado…) pero lo mejor es que ni siquiera sé qué está pasando en el relato, no sé si es un sueño o una situación futurista. Sólo sé que me ha encantado y que quiero saber más, mucho más. ¿En tu blog, quizá?
    Enhorabuena.

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 14:34
  10. 10. Iracunda Smith dice:

    ¡Hola Aurora!
    Gracias por el comentario!! 😀
    A ver si me animo y le busco continuación.
    Mientras tanto voy a leer tu texto 😉

    Un abrazo, ¡nos leemos!

    Escrito el 31 octubre 2014 a las 15:01
  11. 11. Roger/NHICAP dice:

    Hola Iracunda,
    Te acabo de descubrìr y ha sido una agradable sorpresa. Me ha gustado tu historia aunque ese final exige concentración para comprender lo que encierra. Veo muy interesante la idea de la historia y comGoya te han dicho, da para mucho más.
    Dos matices. La frase del principio: “…comprobar que los soldados siguiesen en sus puestos.” creo que debes cambiar siguiesen por seguían.
    El,otro asunto. En los diálogos se emplea el guion largo y tu utilizas el corto (—) y no (-)
    Felicidades.
    Un abrazo

    Escrito el 1 noviembre 2014 a las 19:03
  12. 12. Iracunda Smith dice:

    ¡Gracias por el comentario Roger!
    Te haré caso en tus correcciones, aunque me da vergüenza reconocer que no se donde co%&*es está el dichoso guión largo…

    Un abrazo, ¡nos leemos!

    Escrito el 1 noviembre 2014 a las 21:03
  13. 13. Ángel Gabriel dice:

    Muy Buen relato, aúnque controvertido, yo como la mayoría no entendí el final, tampoco me quedó claro lo de los soldados al principio, pero es interesante, y por lo mismo uno continua la lectura hasta el final. Si tienes tiempo lee y critica el mío, es el número 16 el COLEGIO Y LAS MUÑECAS. ¡¡¡¡¡¡¡¡SALUDOS!!!!!!!!

    Escrito el 16 noviembre 2014 a las 23:47

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