Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Sueño o realidad - por Vic

Marta acababa de salir al recreo. Había tenido una buena mañana a pesar de no haberse levantado bien ni animada por una de sus malas manías de tener horribles pesadillas. Y esa noche había ido una de las que la quitaban el sueño, y no volvía pegar ojo en toda la noche, dejándola con la duda de no saber si habían ocurrido en realidad o eran simples malos sueños.

Se sentó en las escaleras, con los codos apoyados sobre las rodillas y las manos sujetando su cabeza, pensativa…

Allí estaba Marcos, un niño muy despierto y espabilado. Amanda una niña muy tierna y dulce, Helena un niña con mucho carácter, pero buena, al fin y al cabo.

Fue mirando uno por uno mientras jugaban, pensando en sus rasgos más distintivos y característicos de cada uno

Notó como alguien se sentaba a su lado mientras preguntaba: — ¿mala noche?

— ¡Ay Sami! que susto me has dado. —Sami sonrió—. Si he pasado mañana noche.

— ¿Otra vez? —preguntó Sami.

Marta puso cara de pocos amigos pero asintió apesadumbrada.

— ¿No será otro de tus sueños premonitorios verdad?

—Pues no lo sé realmente Sami —dijo mientras reía tristemente—. ¿Tú crees que hay asesinos de cordeles? ¿Creen que existen?

—Bueno a la una no tenemos clase ninguna de las dos ¿por qué no nos salimos al patio, y tomamos un poco el aire y así me cuentas todo más tranquilamente?

Marta asintió mientras se levantaba apoyando la mano sobre el hombro de su compañera y amiga.

Llegó la una de la tarde cuando ambas se encontraron por el pasillo, sin mencionar palabra ambas se dirigieron al patio del colegio, por la parte de atrás había una puerta por la que podrían salir para fumarse un cigarro.

Marta se dispuso a contarle toda la historia, Sami atónita miraba a su amiga.

—Una y otra vez gritaba ¿Dónde están los niños? ¿Dónde están los niños?

— ¿Y dónde estaban los niños?

—Resulta que el padre de Helena los había secuestrado, y estuvimos toda la noche buscándolos hasta que por fin, aparecieron en el descampado de detrás de la iglesia todos atados con cordeles de color dorado. Menudo disgusto nos llevamos, hacía tiempo que no lo pasaba tan mal.

—Marta, esto sucedió hace tres días, ha salido en el periódico, en la televisión y en todos los medios.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

1 comentario

  1. 1. Wolfdux dice:

    Hola Vic,

    Empezaré por lo “malo”, siempre constructivamente hablando. Me ha parecido encontrar un par de errores tipográficos. He visto en la segunda linea un “ido” donde supongo que debería de poner “sido”, luego te has olvidado el nexo entre las frases donde nos presentas a Amanda y Helena. Por último he echado de menos un punto al final del cuarto párrafo. Creo que no hay nada más que comentar al respecto. 😉

    Por lo demás el relato esta bien estructurado, el ritmo va acorde con la historia y mantiene un halo de misterio que te hace querer terminar la historia. Pero pierde fuelle al final, ya que me a dado la impresión de que el lector sabe como terminará el relato.

    Aún así, me ha parecido un relato interesante por la forma en que lo has escrito. Felicidades y te seguiré la pista de ahora en adelante.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 4 noviembre 2014 a las 12:21

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.