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pueblo fantasma - por Francisco de Javier Garcíadel Río

EL PUEBLO FANTASMA
D. Manuel, el cura del pueblo en donde se encontraba la cabecera del ayuntamiento, visitaba con asiduidad, las pocas parroquias que aún tenían habitantes,
Cuando entró la primavera, ensilló su montura, un jamelgo flaco al que le pululaban las moscas alrededor de las orejas, y salió hacía la parroquia más alejada de la capitalidad del consistorio. Llevaba todo el invierno sin visitar a sus habitantes, pues cuando llegaban las nieves, Bustriguado, que así se llamaba el sitio, quedaba totalmente aislado del resto del mundo.
D. Manuel, iba despacio, no quería apurar a su yegua, ya era vieja, y con el hambre colgada de sus pieles, temía que le dejase por el camino, así es que, silbando una canción –como no- de Iglesia, fue andando poco a poco, hasta que divisó el lugar. Todo era tranquilidad, pero… detuvo la caballería, y se quedó ensimismado observando las siete casas de la parroquia. Era todo muy extraño, los fríos no se habían marchado aún y de las chimeneas de las viviendas no salía humo, como si todo el pueblo estuviese ahorrando leña.
Decidió, seguir su camino, que aunque eran visibles las casas, aún quedaba un buen trecho por andar. Según se iba acercando otro dato le vino a la cabeza, los niños, como es que no se oyen a los niños jugar. Lo único sonoro era el balar de las ovejas y el mugir de las vacas, porque los perros de la aldea tampoco ladraban, era todo abstracto sin explicación.
Nada más llegar a la entrada de la zona en la piedra que hace de asiento en la primera casa, había una mujer apoyada hacía atrás, estaba muerta, era raro. Descabalgó y con la rienda de la mano, siguió andando hacía la iglesia. Había gente tirada por el suelo, la mayoría de las puertas abiertas, y la posición de los cadáveres era como si hubiesen visto algo extraño dentro de sus propias casas y les cogiese la muerte corriendo hacía fuera de las mismas.
Llegó a la Iglesia y la puerta estaba abierta y en su interior seis personas abrazadas entre ellas en estado de putrefacción. Los niños de pecho eran abrazados por sus madres, todos cadáveres, se veían en sus calles empinadas, por todos los sitios yacían personas en estado de descomposición. La imagen sobrecogió al sacerdote, pues adonde quiera que mirase tenía la misma visión: cuerpos inertes.
Como pudo, y arreando a Basilisa –que así se llamaba la yegua- llegó al ayuntamiento y comunico las espeluznantes imágenes, todos pensaron que el cura había bebido, pero por si decía cosas coherentes acompañaron al clérigo hasta Bustriguado, y quedaron todos perplejos, era escalofriante la visión.
Llamaron a la capital de provincia y hasta ese lejano lugar se acercaron, químicos, doctores y personal de epidemias para averiguar las causas de tan desastroso suceso, pero no pudieron determinar que era lo que les había matado, unos decían que el pan que ellos mismos cocían, otros que si setas, pero era imposible, pues la nieve apenas hacía cinco días que se había levantado y setas no había.
El caso es que no pudieron descifrar el misterio y por orden de la autoridad competente se prendió fuego a todas las casas y en una fosa común enterraron a todos los vecinos, pues pensaron que podría ser cosa de una epidemia de peste.
Hoy en día todavía los vecinos de los pueblos cercanos, no llevan a sus ganados a pastar a Bustriguado. La maleza se adueñó de todo el pueblo, que con sus casas quemadas testigos mudos del desastre, imponían y daban respeto. Aún hoy se dice que se oyen los quejidos de dolor de sus habitantes. Así desapareció el pueblo de Bustriguado, una parroquia de un ayuntamiento cualquiera del norte de España, allá a finales del siglo XIX.

Francisco de Javier García del Río

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2 comentarios

  1. 1. Marazul dice:

    Hola Francisco, me tocó comentar tu relato y ya te dije que me gustó mucho la ambientación y las descripciones que haces. Es verdad que hay misterio, angustia… desolación.
    Un relato escalofriante sobre fenómenos inexplicables o leyendas que no se han podido resolver. Perfecta para el programa de TV : “Misterios sin resolver”
    Interesante tu historia
    Un saludo. Marazul

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 22:02
  2. 2. José Torma dice:

    Que tal Francisco.

    Tu relato en si va lento pero seguro, me gusto el uso de las palabras si no tanto la manera, es un poco complicado a ratos.

    La reaccion del sacerdote ante tanto muerto es muy pobre, siento que le falto pasion a la descripcion de lo que estaba sintiendo ante ese espectaculo.

    Si bien la consigna no fue lograda, creo que tienes los cimientos de un buen relato.

    Saludos

    Escrito el 8 diciembre 2014 a las 20:03

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