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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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EL DOMO - por Osvaldo Mario Vela Saenz

EL DOMO

El teatro nocturno de aquel niño se repitió muchas veces. Desde pequeño, la cama fue refugio de su miedo a la oscuridad. Sabanas y cobijas le servían de biombo acorazado para esconderse de los fantasmas que cobraban vida dentro de su mente bajo las tinieblas de cualquier noche. Sonidos de la naturaleza en aquella finca, parte de región semidesértica de Sonora, le creaban visiones de ogros infrahumanos. Escuchar sus quejidos, lo obligaba a cobijarse totalmente. Ese impenetrable espacio, enmarcado por las frazadas y cobertores que lo envolvían, rendía pequeñez a su albergue de seguridad. Peligros que pudiesen existir fuera de su domo protector no lo podían dañar. Este comportamiento de auto protección lo gobernó a lo largo de su vida.
Viajar de noche nunca fue de su agrado, pero las obligaciones del trabajo, lo llevaban a transportarse en camioneta a la finca que fuera martirio de su niñez. Madrugó en demasía ese mañana. Tomó la carretera interestatal. La noche nublada y lluviosa acentuaba la negrura reinante. Sus oscuros miedos lo acosaban. El ambiente negro como boca de lobo. Abandonó la solidez del pavimento para adentrarse a la brecha de tierra que lo llevaría a la casa del rancho. Trayecto de trescientos metros que terminaba en una valla de tablones que bordeaba ambos lados del camino rumbo a la corralera del rancho. Tramo de sesenta metros de largo. Lodo y fango, resultado de la lluvia, atascó su vehículo al entrar a la brecha. Decidió dormir en él y esperar la luz del día para pedir ayuda. Por precaución, guardaba detrás del asiento, una armadura de protección contra sus miedos: un cobertor “San Marcos” era el escudo para sus laberintos mentales. Se envolvió en él, pero la incomodidad del asiento no le permitía dormir. Se armó de valor para caminar el tramo pendiente. Decidió concluir el trayecto que faltaba con la armadura puesta.
Ruidos perenes de la naturaleza callados debido a la lluvia. Los moradores de la noche, ya en sus madrigueras, envueltos por algún abrojo. Dueños de sus propios domos. El silencio reinante, acicalaba su imaginación. Aquella quietud le decía que algo estaba a punto de suceder. Predispuesto por su entorno, el ronquido que escuchó luego, seguido de un relincho infernal, erizó la totalidad del pelo en su nuca. Como conectados los tiesos cabellos a su cerebro, enviaron su señal de peligro, a personaje largamente programado. Un cosquilleo doloroso congeló todo movimiento. Sentía el punzar de millones de espinas por todo su sistema nervioso. Sus ojos, abiertos desmesuradamente sin captar nada, ante la oscuridad. Su reacción fue reflejo a tantos años de padecimiento. Se envolvió en la coraza de fibras sintéticas que vestía y buscó el refugio de su cama. El aposento más cercano para esta necesidad era el suelo. Todavía invadido por el miedo, se dejó caer, solo para golpearse con un tablón de la cerca. El estar tan próximo a la casa del rancho lo reconfortó. Una vez en el suelo, se acomodó bajo el tablón de la cerca y selló su suave y cálida armadura. Aquel ente del averno, repetía sus reclamos. Lo imaginaba echando fuego por el hocico: cercándolo. Él, dentro de aquel espacio protector que lo resguardaba de todo peligro. Aceleramiento de su corazón lo hacía palpitar desbocado. ¿Sería desvanecimiento? o sería que el sueño lo vencía ante tan terrible vivencia. La inconciencia le trajo respiro a sus tribulaciones. La lucidez regresó a su conciencia con la luz del día.
Por entre una rendija de su coraza alcanzo a ver claramente cuatro patas equinas de color negro profundo frente a él. Una trompa semi caballar, mordisqueando el verde pasto frente a él, apareció en su pantalla. Era el monstruo causante de sus temblores y su desvelo. Una mula de ojos grandes y pestañas preciosas que el vecino les había prestado para el uso del carretón. Ojos que parecían reírle burlones. Su nueva visión, sin la protección que lo cobijara, le mostró a la gente de trabajo observándolo desde la galería del rancho. Le faltaban cien metros para fraguar una buena excusa. Una mula de nobleza comprobada y con ojos tan atractivos, no era la justa razón. Se encaminó a la casa del rancho, olía a café recién hecho.

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15 comentarios

  1. 1. Chiripa dice:

    Hola Osvaldo
    Me gustó como has ido desarrollando el texto, desde la infancia a la adultez.
    Con un excelente vocabulario, uso de bonitas metáforas y tus descripciones (del ambiente tenebroso, sus sonidos, los colores, la temperatura, el viento y de las sensaciones físicas del protagonista) has ido creando una tensión que supiste mantener hasta la últimas ocho líneas del relato, cuando das un giro de fino humor.
    ¡Enhorabuena!

    Te invito a pasar por mi relato. (Acepto críticas constructivas) @
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-20/2044

    Escrito el 1 diciembre 2014 a las 22:30
  2. 2. Chiripa dice:

    Vuelvo por tus predios para agradecer tu comentario tan positivo e instructivo.
    A mi también me hacía ruido esa parte. Tiendo a usar “quien” cuando me refiero a personas, sin embargo no quería repetirla dos veces. Me gustó la idea del enroque del contenido. Muchas gracias. Por ahora, estoy probando con: …su padre, quien no debió haber muerto tan pronto y al que agradecía todo…..
    A ti, Osvaldo, te suena bien “no debió haber….” o te parece mejor “no debía haber….”

    ¿Sabes? No salvar a Erasmo (por tratarse de una escena de miedo) me costó montones.
    Tanto como busco leer textos que me dejen sonriendo, al escribir los buenos desenlaces me salen solos, sin esfuerzo. Así es que ya te podrás imaginar cuántas neuronas se me chamuscaron por el hecho de enterrar vivo a Erasmo. Pobre, tan buena gente y tan buen hijo.
    ¡Ya!, perdona tanta lata.
    ¡Feliz semana !

    Escrito el 2 diciembre 2014 a las 02:06
  3. 3. Chiripa dice:

    Osv. Gracias por tu sugerencia. La tendré presente para cuando vaya a publicarse el libro del taller, ya que la mayoría parece clamar por un final mejor para Erasmo.
    !Suerte! Que las musas te acompañen este mes.

    Escrito el 3 diciembre 2014 a las 00:02
  4. 4. Wolfdux dice:

    Hola Osvaldo,

    una historia que nos lleva desde su juventud hasta la edad adulta de una forma incuestionable. Me ha gustado mucho, aunque esperaba un poco más del final. No es que me desagrade, pero comparado con el resto del texto pierde un poco de intensidad.

    ¡Felicidades de todas formas!

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 11:12
  5. 5. José Torma dice:

    Compadre norteño te saludo. Mira que si yo tuviera tu habilidad para describir la sensacion de seguridad que te da el cubrirte con una sabana, tal vez mi relato no hubiera sido gracioso involuntariamente jaja, mi limitada mente me hizo escribir “Sal debajo de tu sabana superprotectora” jaja

    Si algo puedo decir es que siendo ambos del norte, estamos acostumbrados a los espacios grandes. Creo que ahi esta una buena area de oportunidad con tu relato, teniendo los grandes desiertos en Sonora, espaciosos; tu relato me dio la impresion de estar en el DF en la estacion Pino Suarez a las 3 de la tarde.

    Muy logrado, jamas pensare en la sabana superprotectora sin pensar en mejor llamarla “biombo acorazado para esconderse de los fantasmas ”

    Felicidades y saludos

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 19:23
  6. 6. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Gracias a todos por sus comentarios. Chiripa ya mis musas dieron cuenta de la Isla.
    Wolfdux, cuando se busca un final de acuerdo al lo ya escrito es dificil lograrlo, esta vez me escabullí en lo humoristico.
    Jose Sin haberlo programado coincidimos en el tema. te agradezco la vehemencia de tus comentarios. Nos leeremos.

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 21:53
  7. Divertida la parte final. No me la esperaba.

    El protagonista necesitará contratar ayuda para superar sus miedos.

    Saludos.

    Escrito el 5 diciembre 2014 a las 21:49
  8. 8. Marazul dice:

    Hola Osvaldo es la primera vez que leo algo tuyo y descubro que manejas muy bien el lenguaje con expresiones muy acertadas. Me gustó la ambientación que haces del lugar y la psicología del protagonista. Es un relato de miedos que se llevan dentro. Los otros, los de fuera, son diferentes¿verdad?. También me ha resultado tierno y con un final agradable. ¡Que no todo van a ser atrocidades!
    Un saludo. Marazul

    Escrito el 7 diciembre 2014 a las 23:43
  9. 9. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Pato, atinados tus comentarios. Agradesco tu presencia. al igual que tu, siento que el persnaje va a necesitar de harta ayuda psicologica.

    Marazul, Gracias por la nobleza de tus comentarios. Llegan a lo mas profundo de mi corazón.

    Escrito el 8 diciembre 2014 a las 05:06
  10. 10. Roger/NHICAP dice:

    Hola Osvaldo,
    Como Marazul me declaro primerizo en leer algo tuyo. Buen relato, para mi gusto logras crear un ambiente casi claustrofóbico en un espacio abierto. Buen uso del lenguaje. Me has hecho recordar mis años en tu México, con lindas palabras, como: cobija, frazada, cobertor..El final resulta simpático.
    Felicidades y hasta la próxima
    Un abrazo.

    Escrito el 8 diciembre 2014 a las 13:02
  11. 11. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Roger, me alegra hber despertado en ti, recuerdos del lenguaje de nuestro mexico. Gracias por tus comentarios. El tema que escogi bastante socorrido segun me di cuenta al leer otros trabajos.

    Escrito el 10 diciembre 2014 a las 17:52
  12. 12. lunaclara dice:

    Guau, Osvaldo!! Qué dominio del lenguaje! Eres nuevo por aquí? Será un placer seguir leyéndote. Felicidades!

    Escrito el 17 diciembre 2014 a las 10:41
  13. 13. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Lunaclara, agradezco tus palabras tan alentadoras. en cuanto a tu pregunta, llevo participando desde el taller numero trece. te recomiendo mis escritos de los talleres 16 y 17, enumerados 82 y 101 respectivamente. gracias.

    Escrito el 18 diciembre 2014 a las 13:55
  14. 14. Aldo Brov dice:

    Hola Osvaldo, gracias por tu visita por mi relato.
    Lei tu relato varias veces y me gustaria darte mis comentarios si no te molesta:

    La estructura, en 4 parrafos largos, formados por oraciones cortas separadas por punto y aparte hacen la lectura entrecortada, en algunos casos parece telegrafica, lo que quita fluidez al texto, y podria cansar al lector antes de comenzar a leer, recomendaria que intentases hacer una escritura mas fluida, evitando frase tan cortas, y haciendo separaciones entre parrafos mas visuales. Ej:

    FRASES CORTAS.
    Osvaldo viajaba por la carretera. La noche era oscura. Llovia con fuerza. Sus miedos siempre lo acompañaban.

    FRASES NO TAN CORTAS
    Osvaldo viajaba por la carretera bajo la intensa lluvia. La oscuridad lo cubria todo haciendo que sus miedos de niño resurgiesen desde lo mas profundo de su ser.

    Algunas oraciones incluso, si las leo aisladas, no suenan muy bien, o parecen parte de un collage. EJ:
    “Lodo y fango, resultado de la lluvia, atascó su vehiculo al entrar a la brecha”, no hay duda que eso se podria escribir diferente, no solo porque asi suena artificial, sino que tambien fuerza a cometer errores gramaticales, para mi lodo y fango son sinonimos, ademas si son dos sustantivos, atascó deberia ser plural.

    Hay algunas frases que yo las quitaria, decir la marca del cobertor, o decir que madrugo en demasia esa mañana (yo no asocio que lo sucedido despues se deba a que madrugo, sino a sus miedos).

    A mi parecer el narrador sobresale demasiado, cuenta todo lo que piensa, siente o hace el personaje. El uso de metaforas, frases inteligentes o palabras que normalmente uno no usa en el dia a dia refuerza esa idea, hubo algunas frases que no entendi: “Como conectados los tiesos cabellos a su cerebro, enviaron su señal de peligro, a personaje largamente programado” Esto es el narrador expuesto 100%, esta oracion hasta podria obviarse.

    El comienzo, contando sobre su infancia, sumado a las oraciones cortas, lo hace ser algo lento, para atrapar mas al lector yo preferiria comenzar directamente con la accion, el hombre viajando en la camioneta, tal vez sudando por los nervios, algo que se cruce en la oscuridad que hagan surgir sus miedos, el narrador ahi podria comentar como desde niño solia temer a la oscuridad.

    La intriga de la historia, la verdadera historia, es trata sobre como el hombre lidia con sus miedos esa noche, al llegar a la finca, al llegar el dia, esa intriga se resuelve rapidamente al ver que era lo que suponiamos, un caballo. Aqui, la historia ya se completo, todo lo que el narrador agrega nuevo hace que la historia pierda mas fuerza, explicar que era una mula, describirla, tal vez solo agregaria que el hombre sintio verguenza al ver a la gente observandolo, aunque suena poco veridico que la gente no se haya acercado a ver quien era el hombre o ese bulto tirado ahi.

    En fin, lo acontecido esa noche no genera un cambio en el personaje, es solo una anecdota. Me gusta escribir situaciones que generen un cambio, asi sea en el personaje, o en la nueva situacion a partir del hecho relatado, que el desenlace, sorprenda o no, te ayude a cerrar otras cosas dichas previamente. Que uno quiera leerlo una vez mas ahora que entiende todo, y no solo porque no se haya entendido.

    El cafe recien hecho, tambien me parecio un extra que no pega, no tiene nada que ver con la historia ni con el, lo unico que se logra es que uno viaje de Mexico a Colombia en unos segundos.

    Sin duda, con algunos ajustes quisquillosos como los que estoy comentando, tus escritos mejoraran mucho, a veces me siento demasiado critico, pero sinceramente lo comento con buenas intenciones, y sin animos de ofender.

    No seguimos leyendo. Abrazo!

    Escrito el 21 diciembre 2014 a las 20:00
  15. 15. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Tus comentarion son precisos. Aunque no preciosos, si son lo que yo esperaba de tí. Te agradezco el que te tomaras el tiempo para escudriñar mi cuento tan profundamente. tendré en cuenta tus recomendaciones. definitivamnete nos seguiremos leyendo. Recibe de mi parte un fuerte apretón.

    Escrito el 21 diciembre 2014 a las 22:39

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