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Una sombra - por Paola

La lluvia caía sin piedad sobre los cristales rotos, empapando las tablas del suelo a sus pies. No tenía que haber elegido ese día para irse de casa, pero no lo había decidido ella, las circunstancias la habían empujado a hacerlo, su madre había perdido del todo el juicio y la perseguía por todo el piso amenazándola de muerte.
Había quedado con Pedro en frente a la casa abandonada, él se iría con ella para empezar una nueva vida lejos de ahí, pero no había dónde resguardarse y tuvo que entrar para esperarle dentro, todo había sucedido muy rápido, Pedro tardaría en llegar, tenía que dejar todos los cabos atados antes de partir.
No se sentía segura, esa casa… se contaban muchas historias sobre ella y ninguna buena.
Las nubes se abrieron ligeramente, dejando que la luz de la luna iluminara momentáneamente el descuidado jardín delante de la casa, vio una sombra moverse, se acercó más a la ventana rota y llamó a Pedro con un grito casi histérico, pero nadie contestó, volvió a llamarle presa de pánico, la sombra volvió a moverse acercándose cada vez, era mucho más baja que Pedro, no podía ser él.
Notaba la adrenalina correr por sus venas, las sienes le palpitaban poniendo alerta todo su cuerpo. Sus músculos querían moverse para escapar de ahí, pero sus piernas no respondían a los estímulos.
El viento le trajo retazos de su nombre pronunciados con voz socarrona, y eso la asustó más. Si salía de la casa caería literalmente en los brazos de la sombra. Se miró alrededor, las lágrimas le nublaban la vista, tenía que encontrar algo con que defenderse, la voz se oía cada vez más clara, más cerca, el enorme salón lleno de trastos rotos no ofrecía ningún escondite posible y ella no encontraba nada que le sirviese de arma, una escalera subía a la parte superior, se acercó a ella, se cogió del pasamanos y tanteó el primer escalón, sintió el aire moverse detrás de sí, una respiración afanosa… subió las escaleras volando y corrió por el largo pasillo del final, la risa del piso de abajo lo llenaba todo, haciéndole perder la razón.
Se encontró delante de una puerta cerrada, se mordía el labio inferior, lloraba desesperadamente mientras la emprendía a puñetazos contra la madera. Notó el crujir del primer escalón, la sombra subía, despacio, no tenía prisa, parecía disfrutar con la situación.
“Puedo escapar por una ventana” pensó mientras intentaba abrir la puerta, se resistía, las bisagras estaban oxidadas y no querían ceder, a empujones consiguió abrirla lo suficiente para introducir su pequeño cuerpo por la abertura.
El cuarto estaba oscuro, el aire viciado, escuchaba su propia respiración que le marcaba el paso del tiempo, instintivamente contaba los valiosos segundos que estaba perdiendo, se mantuvo pegada al muro y tanteaba la pared con sus manos, recorría el perímetro del cuarto en busca de una posible salida. Su pie derecho chocó contra algo blando, no sabía que era, pero la sensación que le produjo fue nauseabunda, retiró rápidamente el pie y un montón de imágenes de carne putrefacta se agolparon en su mente, devolvió entre grandes arcadas.
Logró superar el obstáculo, sudaba y tenía el estómago revuelto, intentó no pensar en ello y visualizar en su mente una ventana abierta al exterior, una escapatoria, palpaba el muro consciente ya de que el tiempo jugaba en su contra y de repente la notó, el frio del cristal bajo la palma de su mano la hizo renacer, buscó la empuñadura y la abrió, la ventana estaba protegida desde fuera por unos tablones. Alguien estaba intentando abrir la puerta a sus espaldas, empujó las maderas con todas sus fuerzas, cedieron fácilmente podridas como estaban por la humedad y una ola de aire frio entró por el hueco , se asomó, si caía bien, tenía posibilidades, no se lo pensó, se subió al poyete lista para saltar pero unas manos fuertes la agarraron por la cintura, empezó a patalear, a gritar con todas sus fuerzas, pero la sombra consiguió arrastrarla al interior del cuarto, hubo un pequeño forcejeo, la sombra consiguió sujetarla y apretarla contra su cuerpo, una voz suave inundó sus oídos: -Tranquila, cariño… soy Pedro… ¡Soy Pedro!-
Las prisas por llegar a la casa abandonada y el suelo empapado le hicieron caer de la bicicleta, por eso avanzaba encorvado en el jardín llamando a gritos a su amada pero el viento, la atmosfera inquietante y una mente joven y asustada hicieron lo demás.

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7 comentarios

  1. 1. Cesar A. Martin dice:

    Te felicito por tu relato, soy uno de tus comentaristas, espero haberte aportado algo. Como ya te dije te seguiré a partir de ahora. Un saludo

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 15:59
  2. 2. Paola Panzieri, papan dice:

    Cesar, te agradezco los consejos, ya he corregido la historia teniéndolos en cuenta, no sé quienes son los otros dos pero han coincidido contigo en todo.
    Voy a pasarme ahora mismo por tu relato, La critica que has hecho no deja lugar a dudas de que eres buen escritor, tengo curiosidad…
    Gracias ciaociao Paola

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 17:10
  3. 3. Anoide dice:

    Buenas, Paola.

    Un relato trepidante. Las huidas siempre tienen algo de angustioso y tú la has manejado muy bien introduciendo nuevos elementos a medida que el relato lo pedía para que no decayera la intriga.

    El mayor problema que le veo es que abusas mucho de las comas. Los puntos son necesarios para marcar ciertas pausas, de modo que no te queden las frases tan larguísimas. Si corriges esto, verás que el relato gana mucho en calidad.

    Un saludo y muchas gracias por comentar el mío. Me alegra que te gustara 🙂

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 15:27
  4. 4. Roger/NHICAP dice:

    Hola Paola,
    Buen relato, la trama está bien estructurada y se nota un cuidado trabajo para mantener el ritmo de la intriga haste el desenlace. Me ha gustado.
    Apoyo el consejo de Anoide. Aunque no soy experto en este género, en mi opinión te excedes en frases largas cuando una frase corta es más impactante, mås rotunda. Trata de balancear largas con cortas, y casi es preferible abusar de las cortas salvo si empleas buenas metáforas que iluminen la narración.
    Felicidades y nos seguimos leyendo.
    Un abrazo.

    Escrito el 1 diciembre 2014 a las 18:53
  5. Hola, está buena la historia. Coincido con los chicos respecto a las frases largas.

    Evita las palabras terminadas en “mente”.

    Saludos.

    Escrito el 2 diciembre 2014 a las 22:24
  6. 6. Paola dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios, los tendré en cuenta en la próxima historia

    Escrito el 6 diciembre 2014 a las 11:50
  7. 7. Ryan Ralkins dice:

    Este es un buen relato que mantiene a uno tenso desde que inicia hasta que acaba pero el problema son las comas. Cambiándolas por puntos y usando frases cortas seria mejor. Pero aun así me gustó tu relato. Esta bueno.
    Saludos.

    Escrito el 8 diciembre 2014 a las 23:20

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