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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Maese Pérez - por Aurora Losa

Web: http://ladesdichadesersalmon.wordpress.com

A Maese Pérez le latía el corazón en los oídos, amenazando con aturdirle hasta perder el conocimiento. Aguardaba con paciencia a que la bestia peluda dejara despejado el camino, pero aquel demonio naranja de ojos brillantes caminaba sigiloso de un lado a otro, ejerciendo un trabajo de centinela que sus amos no le habían encomendado.
No quería quedarse allí, necesitaba acceder a la parte superior, le urgía conseguir su objetivo aunque le fuera la vida en ello.
Siendo francos, la vida le iba en ello.

Hacía sólo unas horas que la rata infecta que tenía por rey le había enviado a dos de sus matones.
El plazo era firme, improrrogable: tres días.
Hasta habían tenido la desfachatez de sonreír mostrando sus dientes amarillentos, tratando de simular un mínimo de compasión.
Recordó con pesar el calor de su hogar, y la imagen del rincón donde otrora se amontonaran tesoros blancos y relucientes empañó su memoria.
Allí se apilaban ahora piezas carcomidas que no servían para apaciguar las ansias del monarca. Incluso había intentado colarle algunos ejemplares falsos muy logrados; pero no sirvió para nada que no fuera enojar más a su acreedor.
Esto era un acicate para afrontar el presente; situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas.

Se aferró con fuerza a la herramienta y suspiró abatido.
El sonido de la madera herida por las uñas de su pesadilla viviente le taladraba los tímpanos, y su respiración comenzó a hacerse más acelerada; si seguía así, sólo era cuestión de tiempo que el monstruo lo oyera y le diera caza como lo que era: un cobarde, un ratón acorralado bajo la escalera.
De haber tenido un dios en que creer habría rezado con ansia, prometiendo penitencia a cambio de salvar el pellejo; mas no estaba en su condición encomendarse a intervenciones divinas, y dudaba mucho que aquellos milagros consiguieran librarle de sus múltiples amenazas.
Aún así, algo, lo que fuera, atrajo la atención de la alimaña naranja lejos de él, dejándole el camino libre.

Maese Pérez corrió como no había corrido en su vida. Aterrado con la idea de que el monstruo volviera en el momento más fatídico, consiguió cruzar el pasillo y subir el primer tramo de escaleras sin que se oyera más respiración que la suya.
Atravesó la primera estancia sin resuello hasta alcanzar la puerta que buscaba.

En el peor momento, los latidos abandonaron sus sienes para posarse en las puntas de los dedos, obligándole a usar las dos manos para sujetar el útil que había escogido para su plan.
Su objetivo dormía, de forma aparentemente plácida, en la cama que había bajo la ventana.
Conocía los riesgos, no era la primera vez que se internaba en aquellos mundos gobernados por gigantes, que usaban los más temibles instrumentos de tortura para deshacerse de indeseables como él; pero tenía que hacerlo o los esbirros del rey acabarían con su vida y luego usarían sus despojos para la cena.

Se acercó con cuidado y trepó hasta la cabecera del catre; ahora reconocía que las tenazas no eran la mejor idea del mundo, pues golpeaban la madera delatando su presencia.
Por fortuna, el gigante no se apercibió del sonido y, si lo hizo, se limitó a gemir de forma extraña para seguir durmiendo con la boca abierta.
Aprovechando una oportunidad que reconoció como única en la vida, Maese Pérez se acercó a la cabeza del dormitante y asió con determinación las tenazas, colocándolas alrededor de la codiciada pieza. Apretó con fuerza y tiró conteniendo el aliento, como si un solo suspiro pudiera despertar al titán. El rey rata se sentiría complacido con el tesoro y él conservaría la cabeza.

En medio del caos provocado por los gritos del niño y las carreras de unos padres asustados, logró escabullirse fuera de la casa, evitando también al demonio anaranjado.
En otros tiempos habría dejado una golosina bajo la almohada, quizá una moneda a cambio de aquel diente sin profanar por las caries y el sarro; pero lo que Maese Pérez blandía sobre su cabeza no era un diente de leche; ya no quedaban dientes de leche aprovechables en este mundo y, a partir de ahora, no tendría más remedio que arrancar los más nuevos, recién emergidos de las encías rosadas de aquellos devoradores de azúcar. Unos dientes que todavía sirvieran para algo.

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23 comentarios

  1. Magnífico.
    Durante todo el relato he estado pensando en un fraile artesano medieval atravesando bosques infestados de bestias y alimañas sin nombre conocido.
    Y va y resulta que es un Ratón.
    Sí, magnífico y, no sé por qué, deja una sensación haber leído algo entrañable.
    Felicidades

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 12:48
  2. 2. Moria dice:

    ¡Qué buen giro final! Jaja. Al igual que Fernando, me imaginé mazmorras, castillos y personas medievales jaja. Felicitaciones, Aurora 😀

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 13:41
  3. 3. Roger/NHICAP dice:

    Muy bueno Aurora. Una manera excelente y muy imaginativa de adaptar el celebre ratón de nuestra infancia a la escena del mes. Bueno sustituyes el miedo por el suspense pero valió la pena. Genial la introduccion de los personajes, la trama, estructura del texto, incluyes una pista al principio,….. Felicidades, me encantó. Como bien dice Fernando, tiene algo entrañable, destila ternura. Lo califico con un “cum laude”
    Un abrazo

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 14:42
  4. 4. Diego Manresa Bilbao dice:

    Me sumo al resto de comentaristas de tu relato, dandote mi mas sincera enhorabuena por el!!!! Grandisima mezcla del Ratoncito Perez con Indiana Jones! muy bueno… Mi unica pega es que yo, no se por que, (no soy tan listo) me he dado cuenta muy al principio de que era el Raton Perez, aunque con eso he disfrutado mas leyendolo… ENHORABUENA

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 15:22
  5. 5. M. H. Heels dice:

    oohhhhh me ha dejado con la boca abierta!!! como bien te han dicho antes, destila ternura, pero también ha hecho que un escalofrío me recorriera la espalda al pensar en el ratoncito Pérez arrancando los dientes para su rey… has conseguido unificar la magia y la pesadilla en un único relato. Decir que es bueno se queda corto. Felicidades.

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 16:51
  6. Hola guapa! Me ha parecido genial tu relato. Usas la narración de una forma magistral y la verdad es que yo también estaba imaginando un mundo medieval, aunque me chocó la bestia peluda y demonio naranja, con este detalle se me fue la cabeza a algo infantil no sé por qué. Incluso pensé en un video juego, jajaja.
    En fin… que me ha encantado amiga!!!
    Un besote!

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 16:55
  7. 7. Anoide dice:

    Crees que estás leyendo una cosa y, en realidad, es algo muy distinto de lo que piensas. No me he dado cuenta de que se trataba del Ratoncito Pérez hasta que leí lo de la golosina bajo la almohada. Yo iba imaginando también a un monje atravesando los bosques en busca de algún tesoro; no pensaba que lo del rey rata y el ratón cobarde fuese literal.

    Muy bueno 🙂 Se hace necesario leerlo dos veces para captar los detalles que se escapan en la primera lectura.

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 17:48
  8. 8. Aurora Losa dice:

    Madre mía. Acabo de ver que han publicado los relatos y de leer los comentarios anónimos y me encuentro con esta avalancha. Estábamos todos ansiosos por leer terror, por lo que se ve. Jiji.
    Gracias a todos por recalar en Maese Pérez. LA verdad es que las historias de miedo no son mi fuerte y me devané los sesos buscando un argumento con el que sentirme a gusto y dar un poco de suspense al mismo tiempo.
    Me alegro de haber conseguido crear confusión sobre la identidad del protagonista (a pesar de las pistas) y de que a alguien le haya dado un poquito de cosa la idea de los dientes arrancados.
    Agradezco a mis comentaristas anónimos sus apuntes y sólo justificaré una cosa y es el uso del vocabulario, reconozco que tengo un estilo un poco “enrevesado” pero esta vez era totalmente intencionado para convertir la escena en algo (como muchos habéis apuntado) de ambiente medieval.

    Gracias a todos. A partir de mañana me pongo a leer vuestros relatos como una posesa, aunque estoy convencida de que, con alguno, me llevaré un mal rato, pero de eso trataba este reto ¿no?

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 19:38
  9. ¡Hola Aurora!
    Muy bueno. Efectivamente todo hacía pensar en algún paladín que lucha contra bestias inmundas en busca de tesoros… y bueno ¡en cierto modo lo es!

    Un abrazo, ¡nos leemos!

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 18:46
  10. 10. Aradlith dice:

    Primero pensé en Bécquer. Luego, leí sobre la bestia naranja y peluda y pensé… ¿Qué demonio más raro, no? Hasta que por casualidades de la vida un par de líneas más abajo, mi gato Garfield (adivina por qué el nombre) se subió al teclado, y todo cobró sentido de pronto, jajaja.
    Narrativamente me ha parecido muy original, como un cuento de hadas deforme, una distopía.
    Un saludo.

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 21:02
  11. 11. Wolfdux dice:

    ¡Hola Auro!

    Casi se me pasa tu relato…(no tendría perdón) y menos mal que no ha sido el caso…
    ¡Porque menudo relato! Me has tenido engañado casi hasta el final con Maese Peréz, jeje. Un texto muy correcto y una historia fabulosa. Felicidades.

    Escrito el 1 diciembre 2014 a las 09:58
  12. 12. Aurora Losa dice:

    Gracias, Aradith, por darte cuenta del guiño al maestro Becquer, creí que, después de tantos comentarios, había pasado desapercibido.
    Y, a los demás, me alegro de que os haya gustado.
    Ya digo que el terror no es lo mío, pero intenté aprovechar lo crear ambientes para suplir la falta de fondo de la historia.

    Escrito el 1 diciembre 2014 a las 10:37
  13. 13. Emmeline Punkhurst dice:

    Hola Aurora:
    Me paso por aquí sólo para decirte que estoy encantada de haber sido una de tus comentaristas anónimas este mes. Como ya escribí, me pareció un relato muy original y disfruté muchísimo leyéndolo aunque, sabiendo que lo has creado tú, no me ha extrañado nada.
    ¡Un saludo!

    Escrito el 1 diciembre 2014 a las 23:44
  14. 14. David Rubio dice:

    ¿qué decir? Una fábula maravillosa. Que sea de miedo o no, no es importante.
    Muy bien narrado, escrito y descrito. Pero lo mejor, es el final. Creo que ha pasado un tanto desapercibido pero ahí si consigues un punto terrorífico. El encantador Pérez, no solo no deja la chuche, sino que roba los dientes sanos. Es la absoluta perversión de la realidad, de las fantasías infantiles. Un castillo de fuegos artificiales a ese final.
    Un abrazo y enhorabuena, querida Aurora

    Escrito el 2 diciembre 2014 a las 01:07
  15. 15. lunaclara dice:

    Hola Aurora! Por qué terminas todas las frases con puntos y a parte?? Queda un poco raro. Dales continuidad. Ya separas los párrafos, pero las frases dentro de cada párrafo deben ir juntas, no?
    Me ha gustado mucho. Dominas la descripción y usas un lenguaje muy rico.
    Un placer leerte!!
    Felicidades.

    Escrito el 2 diciembre 2014 a las 10:10
  16. 16. Pato Menudencio dice:

    Que buen relato Aurora. Quería comentar antes, pero el trabajo me tenía contra las cuerdas.

    Excelente giro al final. Si bien uno de a poco podía intuir que se trataba del ratoncito Pérez, el hecho de sacarle los dientes directo de las encías no me lo esperaba (bastante tétrico por lo demás).

    Cuídate mucho y nos leemos pronto.

    Saludos.

    Escrito el 3 diciembre 2014 a las 22:03
  17. 17. Maureen dice:

    Jopé, pues a mí sí me ha agobiado que el Ratoncito Pérez vaya por ahí arrancando los dientes de los niños, en lugar de llevarse los de leche que se les caen. En ese sentido sí que da mucho miedo la historia.

    Me encanta la historia, la aventura del ratón por llegar hasta el niño parece, como bien han mencionado otras personas, una aventura medieval de búsqueda de tesoro.

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 14:38
  18. 18. José Torma dice:

    Guapa! si me pudieras ver la cara de tonto sorprendido seguro te reirias. Como no queria demostrar ignorancia, decidi omitir que ni idea que es un Maese, asi que lo imagine como un pirata asaltando un castillo… jajaja me pillaste y me pongo de pie a aplaudirte.

    Besos.

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 20:24
  19. 19. Peter Walley dice:

    Hola Aurora,

    Es increíble cómo puedes leer el relato sin darte cuenta de que es un ratón y que en una segunda lectura parezca evidente, eso es maestría por parte de la narradora (tú).

    Además de la historia en sí me ha encantado el estilo y cómo lo has llenado de detalles, bien hecho.

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 22:04
  20. 20. juanjohigadillo dice:

    ¡Felicidades! No es que haya pasado demasiado miedo, pero me ha encantado el giro final del relato.
    Saludos.

    Escrito el 5 diciembre 2014 a las 11:10
  21. 21. Ratopin Johnson dice:

    como a muchos, me ha sorprendido el giro, pensaba en lo mismo, en un ambiente medieval. Está genial, muy original, y bueno, cuando he leído el nombre, Maese Pérez, no se por qué he pensado en un queso. No es mal nombre para un queso :), lo dejo ahí por si alguien se dedica a hacer quesos. Y pensando en el queso, no he caído en el ratón. Lo que me ha chocado un poco es que el Rey le vaya a mandar dos matones si no cumple con el plazo, pero no está mal tampoco. Yo hubiera pensado que Maese Pérez era un tío fetichista que se dedicaba a coleccionarlos

    Escrito el 11 diciembre 2014 a las 22:09
  22. 22. Job Peró dice:

    Grande, Aurora, muy grande. Y siguiendo el comentario de Ratopin, el detalle de los dos matones enviados por el rey… mejor no se lo desvelo a mis hijos!

    Felicidades

    Escrito el 12 diciembre 2014 a las 00:09
  23. 23. Netogonzo dice:

    Me deja sin palabras tu relato, que deleite leerlo, las descripciones, el ritmo y el argumento en si me han atrapado desde el principio. Al leerlo incluso me imagine a mi corriendo por el inetrior de un castillo o algo asi, jejeje.

    Felicidades, sera un gusto seguir leyendote.

    Escrito el 19 enero 2015 a las 03:14

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