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EL CEMENTERIO - por Cesar A. Martín
-Roca doce de Central, Roca doce de Central.
-Adelante para Roca doce.
-Sí, Roca doce, nos comunica un vecino que ha visto gente saltando al interior del cementerio de su localidad. Acérquense si no están realizando otro cometido.
-Ok, recibido, nos trasladamos al lugar -Alex resopla resignado-. Esto es cosa de críos, como los coja se van a cagar.
El coche patrulla se detiene frente a la puerta del cementerio. Ponce enciende el puente, la sirena se eleva sobre el aguacero y las luces tiñen la noche de azul. Alex abre la puerta pero Ponce lo detiene.
-¿Qué pasa?, ¿no vamos a bajar? -grita Alex para hacerse oír.
-¿Para qué?
-¡Joder!, para coger a los niñatos.
-Con la que estamos armando ya lo habremos espantado, de todas formas aunque tengas la suerte de trincar a alguno sólo vas a conseguir escribir durante toda la noche para nada, porque seguramente sean menores -desconecta el puente y vuelve la calma.
-¿Entonces qué hacemos?
-Evitar que vuelvan -dice guiñando un ojo mientras coge el comunicador-. Central de Roca doce, Central de Roca doce.
-Sí, adelante.
-Estamos en el cementerio. Aparentemente todo está en orden, no obstante permaneceremos en el lugar por si se les ocurriera volver.
-Ok. Recibido.
-Central, anulamos los puntos de carretera que teníamos a continuación.
-De acuerdo. Como ustedes consideren.
Ponce coloca el comunicador en su sitio, sube la calefacción y echa el asiento hacia atrás:
-A vigilar -se acomoda en el asiento y se tapa la cara con la gorra.
-¡Joder Ponce! no sé cómo puedes. Si te digo la verdad prefiero hacer los puntos -dice mirando en todas direcciones.
-Sí hombre, con la que está cayendo. ¿Dónde vamos a estar mejor que aquí? -dice bajo la gorra.
-Ya lo sé pero es que a mí esto me da mal rollo. Se cuentan historias muy chungas de cementerios y gente que molesta a los muertos.
-No seas cagón -dice sin cambiar de postura-. Además nosotros estamos velando por su seguridad, somos sus amigos.
-Pero, y si los chavales han estado haciendo vudú, güija o yo que sé y los muertos se mosquean.
Ponce ya no se molesta en contestar.
Deja de llover, la luna se oculta tras espesos nubarrones haciendo la noche más profunda, el frío se pega a los cristales y una bruma densa desciende silenciosa.
Ponce ronca despreocupado y Alex, más relajado, se entretiene con el móvil. Unos enormes ojos negros, como coágulos de sangre, observan desde la niebla.
-Ponce -Alex le empuja sin perder de vista a la silueta-, tenemos visita -baja del coche y cierra la puerta. Se acerca a la figura. Los gigantescos ojos reflejan la luna. Alex se asusta.
-¡Guardia Civil! Identifíquese -ordena. La sombra endurece la mirada, no le ha gustado el tono. Alex vuelve sobre sus pasos, ve como otras sombras rodean el coche.
-¡Ponce despierta! -las figuras se giran hacia Alex y lo acorralan- ¡No os acerquéis! -grita revolviéndose- ¡Dejadme en paz, yo no he hecho nada! -se abalanza sobre las figuras para alcanzar el coche pero pútridas extremidades salen de las sombras y le cortan el paso. Le hostigan y obligan a huir hacia el cementerio. Grita aterrorizado, llora, súplica. Intenta apartar a sus enemigos, pero mientras más embiste contra ellos más saña emplean en su acoso. En cada sepulcro una presencia de grandes ojos se erige vigilante. Alex desesperado saca el arma. Un revuelo recorre las tumbas, dispara cegado por el miedo, solo quiere alejarlos. Los espectros que reciben los impactos mutan a despojos humanos y cadáveres corrompidos, sus ojos rezuman ira y las bocas desdentadas y fétidas rugen furiosas. Se lanzan contra su agresor, le rompen los huesos y le desgarran la carne. El resto de espectros se contagia y compiten coléricos por infligir el mayor castigo. Alex se abandona al sufrimiento y espera que la muerte llegue cuanto antes.
Los disparos sacuden a Ponce; vienen del cementerio. Mira el asiento de Alex y sorprendido sale del coche a trompicones. Desenfunda y atraviesa la entrada a pecho descubierto. Estertores y lamentos de ultratumba le reciben, su compañero yace inmóvil entre sepulturas. Ponce ve como las formas le observan expectantes, se acerca temeroso al cuerpo y le toma el pulso. Está muerto. Guarda su arma y lanza lejos la de Alex, quiere que comprendan sus intenciones. Las ánimas satisfechas se retiran a su descanso y el camposanto recupera su paz.
Alex abre sus grandes ojos y ve a Ponce junto a él.
Hola, he comentado tu texto, soy la que apunta que pondría los nombres de cada protagonista en un punto específico del diálogo, no he podido criticar mucho porque no había nada que criticar… un relato muy bueno, muy profesional.
Me gustaría saber tu opiniön del mio, si tienes tiempo que perder es el 105: UNA SOMBRA saludos
Lo he empezado a leer y he pensado: “Bien! una historia de zombies!” aunque al final he visto que no… o al menos son unos zombies muy educados que no salen del cementerio jeje.
Sea como sea, la historia me gusta.
El final me desconcierta un poco: “Alex abre sus grandes ojos y ve a Ponce junto a él.” No se si es porque ya todo ha pasado o porque ellos se han “convertido” en zombies… no le vendría mal una pequeña explicación (aunque puede que lo quieras dejar así de ambiguo, yo a veces lo hago, jeje)
Hola, Cesar ¡¡qué casualidad!! He acertado, eres un buen escritor, he hecho bien en seguir tus consejos. Hasta la proxima
Me alegro que te haya gustado M. H. HEELS, respecto al final eso es precisamente lo que buscaba, crear la duda, cualquier final que te imagines me parece perfecto.
Paola me alegro mucho de que nos hayamos comentado mutuamente, esta claro que podemos sacar mucho provecho de esta coincidencia. Un saludo a ambos
Solo decir: WOW
Coincido con Paola. Segun iba leyendo me iba imaginando un teatro. Se abre el telon dos Alex y Ponce se hallan en el coche cuando reciben una llamada de la central…
Me ha encantado en serio, y gracias por tus consejos tambien sobre mi relato.
Un saludo, nos leemos.
¡Hola Cesar!
Me ha pasado como a M.H. que dudaba si Alex volvía en son de paz o no… Como dices que nos podemos imagianar el final yo me quedo con un Guardia Civil Zombie, ¡¡que da mucho juego!!
Un abrazo, ¡nos leemos!
Yo también lo tomé como que Alex se convirtió y, además, miró a Ponce con ansias de venganza. Al fin y al cabo, fue idea de este último que pasaran la noche allí xD
Está muy bien escrito pero, por ponerme quisquillosa, te quería señalar que la frase en la que Alex señala que podrían haber estado haciendo vudú en el cementerio, quedaría mejor entre interrogantes, creo.
Y nada más porque, ya te digo, está bien narrado y desarrollado… Como te dice Paola: muy profesional.
Muchas gracias por pasarte a comentar mi relato. Me alegra saber que te gustó 😀
¡Un placer leerte! Saludos.
Hola Cesar!
Buen relato, muy bien hechos los dialogos entre ellos, muy bien relatada la tension…
Sin embargo, el tramo final me ha gustado menos, no realzas tan bien el climax como al principio…
Aun asi, buen relato!!!!
Nos leemos!
Hola César. La primera parte de tu relato me gusta por lo que tiene de claro y sencilla rutina. Nos presentas muy bien a los personajes. En las parejas de polis siempre hay uno más tranquilo que otro. La ambientación del lugar es muy buena. Y luego el contraste total ya en la segunda parte: acción, imaginación y empieza el baile de los espectros. El final abierto es el más adecuado y el mejor. Yo personalmente creo que “grandes ojos” lo dice todo. El pobre Ponce va a ser el siguiente.
Felicidades por tu relato. Un saludo
Hola César:
Personalmente, me resulta más ágil la lectura de relatos en los que predomina el diálogo, por lo que creo que ha sido un acierto por tu parte ya que le da mucho dinamismo. No quiero ser repetitiva con respecto a lo que han dicho los compañeros, pero me ha gustado el final y sí, yo también me imagino al pobre Álex convertido en un señor zombi.
Te seguiré leyendo 🙂
Que tal Cesar, poco puedo agregar, yo me quedo con la idea de que se convirtio en zombie.
Muy entretenido y facil de leer. si algo, yo utilizaria espacios para separar los parrafos que me dan un poco de claustrofobia, pero poca cosa.
Felicidades
Hola César, gracias por comentar mi relato, lo que fue un toque de atención para leer el tuyo. Yo te definiría como un escritor sólido, en el sentido de alguien que sabe contar historias llevando al lector en sus manos seguras. Sos ágil, cinematográfico, como me gusta a mí. El debate sobre el final es interesante: se debaten dos finales “caminados”, que no renuevan el género. Pero gana el del zombie, por la sencilla razón, como dijo Iracunda, de que el del sueño, además de ser un poco infantil, no abre a más desarrollos. En cambio con el del zombie me quedé deambulando por una continuacíón que todavía no vi: Ponce se sobrepone al zombie Alex y se convierte en guardián de las ánimas que de aquí en más confían en él para que defienda a bala y espada su descanso. Todo lo técnico perfecto, a mí sí me gustó cómo manejaste el ritmo y el clímax, etc. Sólo te propondría un micro-cambio,porque otra virtud de tu relato es el uso exacto de los adjetivos, y no hay una sola vez en que pongas adjetivo antes de sustantivo, hasta el “grandes ojos” del final, que chirría. Como es funcional al final abierto, yo por lo menos lo daría vuelta: “Alex abre dos ojos grandes, y ve…” En resumen, un placer leerte!