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OSCURIDAD - por Trescatorce

Web: http://www.trescatorcedreams.blogspot.com

Todo estaba oscuro.
Había tenido un sueño extraño, solo que ahora no estaba segura de que hubiera sido un sueño. Corría por un campo en tinieblas, sabía que era terreno al aire libre aunque no lo podía ver, sentía el aire en las mejillas, la sensación de estar en un espacio abierto era demasiado real como para ignorarla. Pero la oscuridad era total, no había distinción entre cielo y tierra, ni una sola mota de luz traspasaba aquel telón negro. Más negro que la noche incluso. Por eso supo que era un sueño, no existía la oscuridad total en la vida real, era imposible. Los ojos se acababan acostumbrando y podías distinguir sombras, bultos… Pero ahí donde ella estaba no. Todo era absorbido por aquel ente.
Corría sin aliento, sin saber si tropezaría con algo, o si se encontraría algún obstáculo en el camino. El ente oscuro la perseguía para devorarla, para hacerla suya, para que formara parte de su oscuridad. Ella caía y se hacía daño en las rodillas, notaba la sangre escurriendo por su pierna. En una caída escuchó un quejido del hueso de su muñeca y el dolor la despertó.
Levantó la mano y la extendió por delante de su rostro. Muy, muy cerca. Podía sentir su mano ahí, el calor que emanaba, los pequeños roces debido a los temblores, pero no la veía. La oscuridad parecía tener vida, era ese ente que la estaba persiguiendo y que lo envolvía todo, respiraba a su alrededor y se colaba por todos los orificios que encontraba. No solo la rodeaba por fuera, se sentía inundada de oscuridad, podía sentir sus tentáculos entrando por sus orificios nasales, su boca, los oídos, los lacrimales y hasta por su sexo, dejando una sensación de vacío donde debería haber placer. Quiso gritar, pero no pudo. La oscuridad hizo nido en su pulmones, atenazó sus cuerdas vocales impidiendo cualquier uso de ellas.
Notó tierra húmeda bajo sus manos desnudas. No sabía dónde estaba, pero no era su habitación, donde se había acostado hacía tan solo un rato. Se palpó el cuerpo. Aún llevaba su pijama. Siguió palpando y descubrió heridas en las rodillas, suciedad reseca que podría ser sangre. Quiso gritar de nuevo, y esta vez la oscuridad se hizo a un lado para dejarla hacer, pudo notar la risa de aquel ente extraño cuando su voz murió nada más salir de su boca.
Quiso levantarse de nuevo, pero una fuerza invisible la obligó a tumbarse. Sintió sus ropas rasgarse y se encontró desnuda sobre una superficie irregular, llena de aristas que la herían y la hacían sangrar. La oscuridad la envolvió, y penetró en ella, esta vez con fuerza, con violencia. Escuchó gritos en su cabeza, lamentos de almas atrapadas y supo que se convertiría en una de ellas. El ente oscuro la inmovilizaba y la violaba por todos sus orificios, los tentáculos convertidos en lenguas que lamían, en vergas que ensartaban. Sentía la sangre correr por todo su cuerpo, pero el dolor se convirtió en oleadas de placer cuando se dejó llevar. Supo que estaba perdida cuando le sobrevino un orgasmo que colmó todas sus terminaciones nerviosas, y se unió al coro de lamentos, almas quejumbrosas porque no experimentarían jamás el placer de nuevo.

***
Encontraron a María en su cama, con los ojos abiertos. Nadie supo explicar su estado catatónico, ni sus heridas en el cuerpo. La ingresaron en un hospital y allí acabó sus días, sin volver del lugar donde se había marchado.
Al principio sus amigas no querían ir a verla. Todo el mundo dio por hecho que no soportaban ver a María en ese estado, presente pero ausente, su alma perdida nadie sabía dónde.
Nadie excepto ellas.
Fue fácil convencer a María para una sesión de espiritismo. Llegó con su actitud de superioridad, pavoneándose con su falda corta y su melena larga. Siempre se había creído mejor que ellas, se reía de las dos, de Sandra y de Jessica, porque creían en el mundo más allá y porque siempre llevaban los jerseis de cuello alto y las faldas por debajo de las rodillas. Las humillaba, segura de que siempre se pegarían a ella buscando la popularidad.
En una última reunión, la misma mañana que encontraron a María en ese estado, habían quemado la ouija, así como los objetos personales que las vinculaban al demonio. Ya no lo necesitarían más, el plan había funcionado. Ahora eran las populares amigas de la enferma, sin tener que aguantarla.

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4 comentarios

  1. 1. Diego Manresa Bilbao dice:

    Que buen relato!!! Una sorpresa muy interesante el final, ademas te mantiene en tension todo el rato…
    Enhorabuena!
    Nos leemos!

    Escrito el 2 diciembre 2014 a las 00:03
  2. 2. José Torma dice:

    Hola TresCatorce… que buen seudonimo jaja

    Mira tu relato lo divido en dos. La primera parte, vertiginosa, con un sin fin de acciones que te van llevando de la mano por una situacion extrema con una protagonista que proyecta muy bien sus emociones. Hasta ahi todo bien.

    En la explicacion se me vino para abajo, tal vez con mas tiempo lo pudieras reeditar para que fuera como una memoria final antes de morir, un dialogo interno de que se sabia odiada por las amigas.. no se, tal vez este excelente como esta, pero a mi se me cayo al final.

    Con todo, escribes muy bien, fluido y enganchante. Te felicito. NO se que tan bueno o malo sea ser el ultimo relato de la recopilacion, ojala recibas mas retroalimentacion.

    Saludos

    Escrito el 5 diciembre 2014 a las 00:59
  3. 3. Marcelo Kisi dice:

    TresCatorce salud!
    Me sumo a los elogios de los compañeros. Yo tengo menos problema que José con el final y la explicación del misterio. Creo que el problema es simplemente técnico: las estrellitas tendrían que haber estado antes de empezar el flashback, después de “Nadie excepto ellas”. Así como está, al lector desprevenido (yo) le cuesta trabajo entender por qué reaparece María. O por lo menos, poner “Había sido fácil convencer a María…” en lugar de “Fue”. Así como está, el salto en el tiempo es innecesariamente arduo.
    Pero la escena muy bien desarrollada!
    Nos leemos!

    Escrito el 5 diciembre 2014 a las 15:42
  4. 4. Trescatorce dice:

    ¡Hola a todos!
    Muchísimas gracias por vuestras palabras, todas son muy bien recibidas.
    Con el tema de la segunda parte, soy consciente de que tiene menos fuerza que la primera, pero veía necesaria una explicación. Aún así no estoy demasiado convencida yo tampoco con haber acertado en ella. Le daré otra vuelta, a lo mejor de ahí puedo sacar algo bueno.
    De nuevo muchísimas gracias por vuestros comentarios.
    ¡Besotes!

    Escrito el 12 diciembre 2014 a las 20:35

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