Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Medicina del terror - por Mon

MEDICINA DEL TERROR

-Me siento dolorosamente solo, nunca antes lo había sentido así como si la soledad me pinchara.

La oscuridad está inundándolo todo…respiro el miedo, lo llevo dentro…-

Podría haberme quedado allí, en la profundidad de lo oscuro para siempre; es mas creo que sí, me quedé allí desde entonces…

Éramos tres niños de apenas 8 años de edad, a los que unió la sinrazón humana; ojalá los hubiera conocido en otras circunstancias,en las normales para alguien de nuestra edad. En la escuela, en un parque, en otra vida distinta.

Nos sacaron del barracón con la brusquedad característica. Hicieron que saliéramos a golpes del habitáculo donde se suponia que dormiamos.

Fuera, todavia no había amanecido y en la noche helada no se veía ni una estrella.
El frio me caló los huesos.

Fuimos andando por uno de los caminos de tierra. El sonido de nuestros pasos semejaba un serrucho, cortando el tronco de todo lo vivido hasta entonces; cuando la vida aun tenía sentido.

Intenté mirar el cielo, sentí que podía ser la última vez que lo viera y respiré profundamente para poder inundarme de vida.
Algo me decía que llegaba su fin.

Se detuvieron en el Block 28 , pavellón del hospital del campo. Un escalofrio recorrió todo mi cuerpo, había oido hablar barbaridades de lo que ocurria allí.

El miedo se apoderó de mi por completo.

Entramos por un pequeño pasillo que nos condujo a una sala amplia. Las paredes estaban cubiertas por racholas de un color amarillento como de dentadura desgastada.

El suelo también embaldosado de un color más grisaceo, con canelones entre las baldosas que desenbocaban en un par de desahues. Restos líquidos corrían por ellos, de un color oscuro indeterminado.

En el centro, una especie de mesa de mármol blanquecino. Me trajo a la memória las criptas del cementerio de mi pequeño pueblo.

Armarios de madera blancos en una de las paredes, con vitrinas llenas de botes de cristal, algunos con órganos dentro flotándo en líquidos.

Instrumentos alargados, punzantes, con formas extrañas que nunca antes había visto.

el olor… era lo peor; una mezcla de agridulce putrefacto lo inundaba todo. Se te metía dentro, impregnaba la garganta, como si lo hubieses masticado.

Los dos oficiales, nos mantubieron en aquella sala durante un tiempo indeterminado; lo suficiente para volverte loco, observando el escenario macabro y dejando que la imaginación hiciera el resto.

Uno de nosotros calló al suelo desmallado; lo despertaron a patadas.

Un portazo y apareció el Dr. Arnold Dohmen; llevaba una bata blanquecina, casi gris abrochada hacia atrás, unos guantes quirúrgicos y una pequeña luz en la cabeza.

Era alto, corpulento, con una mirada feróz a la par que gélida y una expresión placentera en los labios.

Dijo algo en alemán que no entendí y agarró del cogote a uno de mis compañeros.

A nosotros dos nos llevaron a un cuartucho continuo a la sala. Estaba casi a oscuras, a no ser por una pequeña ventana rectangular en lo alto de la pared con tres barrotes que hacía de respiradero.

Oímos gritos indescriptibles, ruido de instrumentos metálicos, pisadas, mas gritos, llanto, dolor… oimos el dolor!

Mientras, nos tapábamos los oidos y llorábamos.

Se hizo el silencio…

De repente abrieron la puerta de nuestra pequeña celda y cogieron a mi compañero.

Mas pasos, mas lamentos mientras lo arrastraban hacia la sala.

Yo me quedé inmovil, en mi obillo de terror.

-Me siento dolorosamente solo, nunca antes lo había sentido así como si la soledad me pinchara.

La oscuridad está inundandolo todo…respiro el miedo, lo llevo dentro-

"Norte de Berlín, población de Oranienburg" .
Alemania. 1936.
Campo de concentración de Sachenhausen.
El doctor Arnol Dohmen con la autorización de Heinrich Himmlerd inoculba el virus de la hepatitis B (supuestamente en busca de la vacuna) a niños prisioneros del campo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

3 comentarios

  1. 1. Marazul dice:

    Hola Mon. Has elegido un argumento muy bueno para el tema que nos ocupa. De hecho yo misma pensé ambientar mi relato en la Alemania nazi. Ahí si que podemos encontrar terror de verdad, y desgraciadamente basado en hechos reales. Por lo tanto un 10 por el tema elegido y por la ambientación que hace, que es excelente: “…cortando el tronco de todo lo vivido hasta entonces”. También me gusta que termines el relato tal y como lo empiezas. Yo lo utilizo mucho porque me parece que lo cierra y lo da por terminado.
    Ahora te doy un tirón de orejas con mucho cariño por algunas faltas de ortografía importantes: desahues? (desagües), mantubieron? (mantuvieron), pavellón? (pabellón), desenbocaban? (desembocaban), el ovillo de terror estaría muy bien si ovillo lo escribieses con ” v ” y no (obillo).
    Todos estamos aprendiendo y creo que tienes muchas cualidades para llegar a escribir bien. Si tienes duda en cuanto a la ortografía echa mano de la gramática. Ahora lo tenemos muy fácil y sencillo a través de internet. Por lo demás me ha gustado tu relato. Un saludo. Marazul

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 16:18
  2. 2. Mon dice:

    Gracias Marazul por tu comentario, viniendo de alguien que escribe tan bien es un alago y espero enmendar mis faltas para el próximo texto, se que no tengo excusa …pero soy primeriza en esto jejeje.

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 20:04
  3. 3. Aurora Losa dice:

    Me gusta la elección que has hecho para plantear el reto del taller. Desde mi punto de vista no hay nada más aterrador que la maldad humana. Sin embargo hay un par de faltas de ortografía que han empañado la historia y los “canelones” en un ambiente tan terrible de infancias robadas han sido un palo.
    En cualquier caso, el texto se lee a buen ritmo, acelerándose conforme llega el final y, aunque es evidente dónde se desarrolla la historia, me ha gustado la explicación final, porque ilustras con el caso concreto de ese experimento.
    Enhorabuena.

    Escrito el 10 diciembre 2014 a las 10:51

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.