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El infierno terrenal de Jamie - por Lithium

Jamie abrió el grifo de la ducha en toda su magnitud. No podía evitar recordar su incidente ocurrido semanas atrás cuando unas chicas, en un descuido suyo, habrían visto los numerosos rasguños que tenía en su cuerpo. Ese incidente se esparció llegando a oídos de sus compañeros, quienes preocupados comenzaron a hacerle preguntas al respecto. No se le ocurrió mejor idea que decir que ella misma se los habría hecho durante una crisis depresiva; al menos eso bastó para atenuar las dudas que tenían sobre la procedencia de los rasguños. No se sentía segura mintiendo, pero ¿cómo revelaría que ella no se los había provocado… sino algo más? Comenzó a enjabonarse intentado borrar ese asunto de su mente. No lo habría visto durante todo un mes y esperaba no hacerlo pronto. Ya no quería experimentar aquel miedo nunca más.

De pronto, escuchó el rechinido típico que la puerta principal de su casa hacía al abrirse, así que supuso que su padre habría regresado. Terminó de enjuagarse esperando oír su nombre o al menos los pasos de su progenitor; sin embargo, la ausencia de ruido la alertó. Cerró la ducha y envolvió una toalla alrededor de su cuerpo dispuesta a salir y comprobar qué habría sido.

Al momento de salir y alzar la mirada, lo vio a unos pocos metros. La miraba fijamente y sonría complacido de verla de nuevo. En ese preciso momento, Jamie se había quedado petrificada. No lo podía evitar; Liam tenía ese poder en ella.

-¿Me extrañaste?
-¿Por qué estás aquí? –susurró temerosa.

Liam comenzó a reír entretenido por el comportamiento de Jamie logrando que esta se sintiera aún más vulnerable.

-Creo que teníamos un trato. Tú me dabas el medallón y yo consideraba no matarte.

Jamie sintió de pronto cómo ese miedo intenso que había rogado olvidar, se instalaba por todo su cuerpo sin que pudiera impedirlo. Sin embargo, sabía que si se dejaba llevar por esa sensación, Liam tendría un entero dominio sobre ella.

-Jamás hice ningún trato contigo. –declaró de pronto con voz firme. –Deberías irte antes que haga algo al respecto.

Liam observaba con una sonrisa burlona cómo Jamie trataba de mostrar que no le temía; sin embargo, no le creía en lo absoluto.

-Es divertido para ti, ¿verdad? –dijo Liam mientras comenzaba a caminar en torno a Jamie. –El hacerte la valiente y representar un personaje que no te acentúa bien…
-¿Lo es para ti? –observó cómo este se iba acercando con una mirada amenazante. A pesar del miedo que sentía, se las arregló para no inmutarse en lo absoluto, cosa que desagradó a Liam. -Quieres lucir temerario, pero solo eres un ser patético que está en busca de un poder del que no es digno.

Con ese comentario, ocasionó que Liam frunciera el ceño, lo cual no era nada bueno. Antes que ella pudiera evitarlo, la acorraló contra la pared provocando que instalara una expresión de terror genuina sobre su rostro. Ante esto, Liam sonrió complacido al saberse aún en ventaja sobre ella.

-Sé que me temes, Jamie. –mantuvo su rostro a centímetros del contrario, provocando que Jamie desviara la mirada al no poder aguantar esa cercanía. De inmediato, Liam le volteó el rostro toscamente con su mano derecha. -¿Dónde está el medallón?
-Ya no lo tengo. Está fuera de tu alcance.

Jamie temió lo peor; sin embargo, Liam solo la analizó con una mirada impasible. Esto la descolocó completamente puesto que no era la reacción que esperaba de él.

De pronto, Liam se abalanzó sobre ella haciéndola impactar contra la puerta de su habitación y provocando que esta pieza de madera se partiera en el acto. Sin dejar que se recuperara de tal impacto, la tomó del cuello, la alzó y la tiró sobre su cama posicionándose de inmediato sobre ella para impedir que huyera.

-No me importa si ya no tienes el medallón. Lo conseguirás si no quieres que te mate. –Liam ejerció presión con su mano derecha sobre el cuello de Jamie mientras con su otra mano, forjada en un puño, apretaba su abdomen con el objetivo de mantenerla ceñida a la cama. -No olvides que estás tratando con un DIOS, y no con un ser patético como tú.

Jamie intentó deshacer el agarre sobre su garganta sin ningún éxito. Cada vez que pataleaba o arañaba las manos contrarias, Liam ejercía aún más presión sobre su cuello haciéndole imposible respirar.

-¿Lo harás, serpiente traidora? –Jamie no tuvo más opción que asentir atemorizada. -Si me fallas, te arrepentirás.

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4 comentarios

  1. 1. Ryan Ralkins dice:

    Me encanta el suspenso, la tencion que se crea en el enfrentamiento. Vuelvo y digo; ¡me gustaria saber mas del medallon! Saludos.

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 01:05
  2. 2. Ryan Ralkins dice:

    Meti la pata… tension va con s. Sorry, xd.

    Escrito el 30 noviembre 2014 a las 01:06
  3. 3. Maureen dice:

    Me gusta mucho ese principio: cómo miente a sus compañeros diciendo que se ha herido a sí misma, lo que ya resulta bastante duro, para ocultar algo mucho peor; la puerta de la casa que se abre mientras se está duchando… todo ello crea angustia y expectación.

    Sin embargo, en mi opinión, luego todo eso queda un poco desdibujado en la segunda parte, en la que aparece Liam. Me explico: me gusta esa parte también, creo que puede ser un buen comienzo para algo de fantasía muy interesante; sin embargo, se pierde en cierta forma el miedo que has conseguido crear al principio.

    En todo caso, yo quiero leer una ampliación de esta historia; me has intrigado con el medallón y con el personaje de Jamie. ¿Por qué es tan importante? ¿Qué sabe ella del medallón?

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 14:57
  4. 4. Ángel Gabriel dice:

    Coincido con Maureen, en el sentido que la primera parte del relato es especial, cuando aparece Liam no se entiende si es un psicópata, o como dice más adelante un Dios, aunque se ve que aunque sea Dios no todo lo sabe, como lo sabría un Dios, porque no sabe que ella ya no tiene el medallón, no se sabe cúal es la importancia para él de ese medallón.
    Pero lo que si tiene, es suspence, conflicto, intriga, porque uno quiere saber porque la ataca o que pasará más adelante, tiene expectativa porque se quiere saber que pasará al final, si la mata, o le entrega la joya. Tiene presentación de los personajes y del ambiente donde se desarrolla la escena, tiene nudo en la historia cuando aparece el personaje malo, pero en mi criterio no tiene desenlace porque deja en mi opinión, abierto el tema, a que pasará en la próxima visita del malo

    Escrito el 24 diciembre 2014 a las 00:42

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