Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El incidente - por Silvyt

– Vuelva a explicármelo, por favor –sin embargo, no había ruego en su voz. Era más una orden.
Sin muchas más salidas acaté.
-Salía de casa de mi amiga. Siempre ceno con ella los viernes, nos ponemos al día de la semana y vemos una peli o cualquier otra cosa. Aquel día salí a las dos; siempre miro el reloj cuando salgo de allí porque siempre se me hace más tarde de lo que quiero.
Su calle está bien iluminada y el camino hasta la mía es sencillo y seguro, prácticamente una línea recta, salvo dos giros para bordear el edificio que nos separa.
Aquella noche fue diferente, había algo distinto en la luz. Una farola parpadeaba de modo que me hizo reír nerviosamente.

Era 31 de octubre y habíamos hablado del límite entre lo vivo y lo muerto. Yo muy de ciencias. Ella muy espiritual, mística.
No me encuentro cómoda con todo lo que no puedo medir o explicar y ella hablaba muy segura de que, esa noche, la línea que separaba ambos mundos se disipaba.
Después de tres horas, un par de copas de vino, me había dado demasiados argumentos para que mi razón se impusiera.

Decidí olvidar aquella extraña sensación que me abordó tras poner el primer pie en la calle. No sé cómo pero encontré un patrón en los parpadeos de la bombilla, científicamente improbable. Algo no iba bien.
Aceleré el paso oyendo el eco de mis zapatos contra los adoquines, pero no eran los únicos. Me giré como lo hacía siempre que me asaltaba esa sensación, con algo de paranoia. No había nadie, pero tampoco estaba sola. Eso seguro.
– A veces puedes sentir la presencia de alguien, ¿no es así? –me había preguntado mi amiga.
– Si siento la presencia de alguien, es porque hay alguien. Hay que tenerle miedo a los vivos, no a sus espíritus.
Agité la cabeza, por muy segura que estuviera de mis ideas, podía estar equivocada; no sería la primera vez.
Volví a mirar, sólo para cerciorarme y esta vez se apagaron todas las luces. Estaba negro, todo negro, no veía mi mano delante de mis narices y sin ver donde pisaba me lancé a la carrera hasta mi casa.
Podía sentir la sangre latiéndome en las sienes, oía mi corazón bombear adrenalina. Mis pupilas se habían dilatado en la oscuridad buscando alguna forma conocida, pero nada.
Justo cuando iba a girar la esquina a la cual llegaba cierto resplandor, sentí un frío horrible al tiempo que tomaba conciencia de que mis pasos no eran los únicos que resonaban.
Llevaba un estúpido boli bic en el bolsillo, siempre llevo esos bolis por cualquier…
– Por favor, señorita, no es relevante porqué llevaba un boli bic –me interrumpió el juez, tal como había sospechado.
-Llevaba un estúpido boli bic y no se me ocurrió nada más que asirlo con fuerza.
Me giré con tiempo de ver una persona abalanzarse sobre mí; no reconocí a nadie. La punta del boli se clavó en su tráquea mientras la carcasa transparente seguía los movimientos de mi mano. Mi segundo golpe fue a las costillas.
– No lo hice a propósito, fue en defensa propia –argumenté.
– ¿Es usted consciente de que con el segundo golpe le perforó el pulmón y murió ahogado?
– Lo soy, ahora lo soy –aclaré.
– Está bien, eso es todo señorita –el juez hizo esa pausa infinita que decidiría mi suerte-. Es usted culpable de homicido involuntario –el mundo se me vino encima- y dado que carece de antecedentes penales, se le impone un multa de…

No escuché nada más. Allí estaba yo absuelta y sin más cargos que una multa. Multa que pagaría con el dinero del mismo marido al que había asesinado en una callejuela oscura, en defensa propia y sin haberlo planeado durante más de seis meses.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

6 comentarios

  1. 1. Cesar A. Martin dice:

    Enhorabuena por tu relato. La rapidez de mi comentario es por que soy uno de tus comentaristas, ya lo tenia muy leído. Quería reconocerte de nuevo el fantástico giro del final y tu estilo claro y conciso. Sigue asi

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 15:05
  2. 2. Silvyt dice:

    Mil gracias Cesar!
    Ahora voy a leer el tuyo. Muchas gracias por tu analisis, no se muy bien cual es, pero en esta ocasion me han ayudado mucho todos los comentarios. La inspiracion para una historia de terror no ha sido… ni siquiera ha habido. El relato lo escribi practicamente en seguida, tratando de encontrar algun otro tema, o recurso, pero el miedo y yo no nos llevamos.
    En mas de un analisis me habeis dicho que parecia mas novela negra, pero es increible que esto sea lo mas oscuro que salga.
    En cuanto al motivo de la frase final, para uno de los comentaristas que no lo ha entendido (ATENCION SPOILERS)
    Si, la tipa es una asesina que ha planeado matar a su marido aunque luego le ha contado SU verdad al juez.

    Nuevamente mil gracias a mis comentaristas, tendre vuestra opinion bien presente.

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 19:01
  3. 3. Silvyt dice:

    PD: por cientificamente improbable, me referia a que la sobretension de las bobillas (que es lo que las hace parpadear)nunca es secuencial… No se si eso justifica “cientificamente” improbable mejor que “estadisticamente” improbable.
    Un saludo

    Escrito el 28 noviembre 2014 a las 19:06
  4. 4. Cesar A. Martin dice:

    Lo dicho Silvyt, a veces me cuesta captar lo que quiere decir el autor, por eso siempre opino desde la humildad, después de tu aclaración es evidente que “científicamente improbable” es la expresión más acertada. Un saludo.

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 08:41
  5. Hola silvyt, encantado de volver a leerte. Tu relato está tremenda mente bien narrado. No es que me haya causado miedo, y la verdad ni falta que hace. El interrogatorio provoca una tensión que se mantiene hasta el final, totalmente inesperado.
    Como única acotación quizás te recomendaría que aunque crees un final sorpresa, no dejes de darle alguna pista oculta al lector. Siempre es más sorprendente darte cuenta de que te estuvieron insinuando por donde iban los tiros, en lugar de encontrarte lo sin mas.

    Bueno me despido, ojala me hubiera tocado comentar tu relato este mes, me lo habría pasado mejor que cno los que me tocó.
    Saludos.

    Escrito el 29 noviembre 2014 a las 12:31
  6. 6. José Torma dice:

    Hola Silvyt… tu relato me hizo sonreir involuntariamente, el giro final y desenlace me dio risa, no porque fuera comico, tal vez de nervios jaja

    Muy bien escrita, muy bien llevada y te aseguro que en mil años hubiera supuesto o imaginado el final.

    Felicidades

    Escrito el 4 diciembre 2014 a las 20:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.