Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La isla - por Cespedes Poveda

Web: http://mundobizarresco.blogspot.co.uk/

Hoy en esta isla ha ocurrido un milagro.
Llevo cinco largos años maldiciendo mi suerte por haber acabado en esta isla desierta. Cinco años que encerrado en esta prisión.
Suena a tópico, pero acabar aquí por un accidente de viaje y sobrevivir a él es lo que me pasó. Y quizá eso mismo, lo absurdo de la situación, es lo que más me irrita y me ha llenado de rabia todo este tiempo. Pero hoy ha ocurrido un milagro.
Pero para que lo entiendas debes saber antes un par de cosas sobre mí.
Nací en una familia acomodada; soy de buena cuna y lo reconozco pero ¿crees que es fácil? Mucha gente piensa que si naces con un apellido tienes el futuro asegurado, pero eso no es cierto. Cuando tienes todo el dinero que necesitas puedes hacer lo que quieras, y por esto se espera mucho de ti. Todos los ojos estuvieron puestos en que mantuviera la reputación familiar.
Tuve que ir a la universidad, sacarme una carrera, Master, Doctorado… Realmente nadie nunca me preguntó que quería hacer con mi vida, simplemente me arrojaron a ella como a un Gladiador a la Arena. Soy rico, así que debo comportarme como tal, ser alguien respetable, en mi caso uno de los grandes del marketing. Muchos de los anuncios que has visto han pasado por mis manos. La fortuna de importantes empresas han dependido de mi juicio y criterio. A cambio, nada de vida loca, nada de insensateces. Nada de libertad.
Toda mi vida fue la Carrera de la Rata. ¿Crees que por tener una educación privilegiada todo fue más fácil? Si hubiera sido el único posiblemente, pero hay muchos más como yo. Mucha competencia y en esos niveles tan altos y en ese sector, el mundo es cruel y voraz; Humanidad, empatía y compañerismo no son asignaturas que se enseñen en ninguna carrera. No en la mía al menos. Las puñaladas son asignaturas de primero.
Hay un chiste que dice:
-¿Sabes por qué un tiburón no se come a un abogado? Por cortesía profesional.
Eso es falso. Se lo comería antes que a cualquier otra persona antes de que el abogado se lo comiera a él.
Podía ver desde mi despacho, con un escritorio más caro que todos tus muebles, vestido con un traje que nunca podrías pagar como “las clases bajas” podía permitirse el lujo de ser naturales, cosa prohibida para mí, porque se espera algo de mí y siempre hay alguien pendiente de que cometa el más ligero error para sepultarme y ocupar mi puesto; siempre bajo un ojo inquisitivo juzgándome, observándome, analizándome, cuestionándome.
Entonces, en un viaje de negocios (siempre es por negocios, no tengo tiempo para el placer, no más tiempo del que puede proporcionar la Dama Blanca) sufrí el accidente y quedé abandonado a mi suerte en esta miserable isla que ha sido mi prisión e infierno personal todos estos años.
Prisión porque me retenía sin poder escapar.
Infierno porque aquí me he enfrentado a todos y cada uno de los demonios que me atenazaban.
He visto como mi vida de perfección, lujo y carrera ascendente se vio truncada por un mero accidente absurdo, por un juego del destino.
Pero hoy ha ocurrido un milagro. Hoy, me he dado cuenta de que ya no sigo siendo el prisionero que realmente era. Hoy me he dado cuenta de que soy libre. Ya nadie espera nada de mí.
Nadie me exige nada, ni fechas de entrega, ni presión o clientes tocapelotas que te lo hacen cambiar todo en el último minuto. Nadie me juzga, nadie quiere eliminarme para tomar mi puesto, ni yo tengo a nadie a quien sustituir.
Solo hay paz, y la bendita indiferencia de la naturaleza a la que no le importa un cuerno mi apellido, ni mi reputación, ni mi cuenta bancaria, ni mi forma de vestir, ni lo que digo. Puedo cagarme en todo lo que me rodea, puedo gritar, comportarme como un energúmeno y nada cambiará, nadie me reprochará nada.
Hoy, he descubierto que hace cinco años comencé a ser libre.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

1 comentario

  1. 1. David Rubio dice:

    Narras la liberación de las ataduras del personaje. Creo que deberías replantearlo para hacerlo más interesante. Explicas muchísimo, demasiado. Como ejemplo: “…quedé abandonado a mi suerte en esta miserable isla que ha sido mi prisión e infierno personal todos estos años.
    Prisión porque me retenía sin poder escapar.” Ya sabemos que es una prisión y el sentido metafórico que utilizas,¿de verdad? es necesario que me recalques algo que ya sé.
    Piensa que mostrar es mucho mejor que explicar. No me digas que es así o asá. MUÉSTRALO. Por eso te digo que debes replantearlo, iniciarlo en el momento del accidente, mostrar como el personaje va perdiendo cosas, pero ganando muchas más.

    Escrito el 6 enero 2015 a las 20:40

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.