LO IMPOSIBLE ES POSIBLE - por conchi

––“Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro”… Tú, sin saberlo, has hecho que me conozca a mí mismo, encontré lo que nunca tuve, ni siquiera en fantásticos sueños.
––Y todo gracias a un accidente… Llevaba tiempo pilotando esa avioneta, mi padre nunca quiso que lo hiciera, decía, que esto era cosa de hombres, y yo era demasiado femenina, ¡Su niña bonita! me atraía profundamente la emoción de volar, en cambio mis dos hermanos fueron incapaces de ello. Dime, ¿Crees en las casualidades?
––Si existen, tienen que ser muchas las que se han unido, y esto tendría otro nombre… Milagro.
Javier, abrazado a Raquel, acariciaba todo su cuerpo, envuelto en un éxtasis desconocido, siente que es una fruta extraña y sabrosa con una digestión perfecta. Raquel, con dos matrimonios fracasados, y algún que otro desliz desafortunado, siente la comprensión, sensibilidad y una atracción que al mezclarse, siente que ellos, no son dos, lo percibe como parte de sí misma. A la vez que besaba los oídos de Javier, susurraba preguntas inquiridoras, al resistirse a creer en milagros.
––¿Qué accidente te trajo aquí? ––Javier con una mirada hablante, y una leve sonrisa dibujada en sus labios, guarda silencio. ––Raquel, siente como un río de agua fresca desbordante recorre todo su cuerpo, muerde levemente sus labios, sin explicarse como en un momento, ha cambiado tanto su vida, tomó esa avioneta huyendo de su desgraciada vida, y ahora no puede creer que haya nadie más feliz, y todo ha ocurrido cuando deseaba poner fin a todo, no deseaba seguir viviendo. Solo han pasado unos minutos… Se pregunta si realmente existen los milagros.
––¿Tus padres, son humanos? ––Javier, soltó una atrayente carcajada, su profunda mirada hizo sentir a Raquel que se deshacía por dentro como si sus órganos fueran mantequilla puesta en un abrasador fuego, se abrazó fuertemente a él, fundiéndose en un largo y apasionado beso, seguido de otros muchos a la vez que le hablaba.
––En realidad, no me importa nada quien seas y como has llegado aquí, lo que me importa es no perderte, no quiero vivir sin ti, ni tampoco quiero irme de este lugar, encontraremos la forma de vivir.
El ruido de un helicóptero volando la zona, los sorprendió, Raquel, lo tomó de la mano y corrió a esconderse bajo unos arbustos.
––Me están buscando
––No, no te buscan a ti, me buscan a mí, es del ejército cubano
––¿Has matado a alguien? ¬–Javier, sonriendo de nuevo, la beso dulcemente.
––No, no he matado a nadie, cumplía el Servicio Militar, en Cuba, era mi primer día de prácticas, El Cavo no soporta a los homosexuales y quiso gastarme una broma, dejándome aquí, sin más. ––Raquel, sorprendida ante tal revelación, agarrándolo por los hombros, lo separa a una distancia que puede mirarle a los ojos de forma interrogante.
––¿Eres homosexual?
––De nacimiento, mi madre siempre lo supo, me sentía una niña, mi madre entendiendo mi condición quiso operarme a los cinco años, fijaron la fecha de mi operación. El día antes, murió el cirujano y todo se suspendió. Por circunstancias de la vida, viajamos hasta Cuba, donde viví reprimido hasta los diecisiete años, que marche a Estados Unidos. Fue allí donde me casé, amé profundamente a mi compañero, quise operarme, para él,pero él, tenía tanto miedo que ocurriera algo negativo, que no me permitió operarme, me quería como era.
Mi madre no habría mis cartas, me las enviaba, un paquete se perdió, y ahí iba la obligación de presentarme al Servicio Militar, al no presentarme, al poco tiempo fui arrestado, y obligado no solo hacerlo dos años, sino hacer el de reserva hasta los cuarenta y cinco años, mi pareja no soportó estar tanto tiempo solo, me abandono.
––Jamás nadie me ha amado con la delicadeza y sensibilidad que tú lo haces, ningún hombre me ha hecho sentir, lo que siento contigo. Tengo la sensación que eres parte de mí, que te conozco de siempre.
––¡Mi bendito amor! Jamás pensé que pudiera enamorarme de una mujer, una mujer tan bella y femenina, que pudiera hacerme sentir tan completo, ¿Te das cuenta, de lo que has logrado? Bendigo a mi pareja por no haberme permitido operarme, y por haberme abandonado. ¡Vamos! No permitiremos que nos descubran.
––Pero encontrarán la avioneta.
––Cortaremos ramas y la cubriremos, nuestro milagro hará posible que podamos sobrevivir.
––Ahora creo en los milagros, y también en aquel que los produce, estoy segura que no nos abandonará.