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El día que nevó vida - por Diego Manresa Bilbao

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. De hecho, han ocurrido dos. Sucesos de probabilidades estadísticamente despreciables; uno de ellos se puede quedar como simple anécdota, el otro ha cambiado mi vida por completo…

Y eso que el día pintaba mal, realmente mal. Ahora, por la noche, escribiendo estas líneas después de pasar probablemente la mejor tarde de mi vida, no voy a ser yo el que diga que en mi coche iba sonando por la mañana “Hoy puede ser un gran día” de Joan Manuel Serrat. La cosa pintaba fatal.

Para empezar, decir que ha sido lunes. Si ya de por si eso hace que no se esté de humor, las circunstancias no hacían pensar que se podía aguantar el día con mucha dignidad.

Estamos en febrero. Y es la primera vez en mi vida que ese mes se ha podido aplicar a donde yo vivo. 3 grados y nublado en Tenerife. La primera vez en los 27 años de mi vida que veo esto. Mi madre, cuando se ha despedido de mí, aguantando las lágrimas al verme salir de casa camino del trabajo después de mi ausencia de 4 días, también me ha dicho que en su vida había hecho este tiempo en nuestra isla.

Me he subido en el coche, y la primera en la frente. Al girar la cabeza para sacarlo del garaje, primer tirón de la cicatriz de 7 centímetros en el cuello. No había llegado todavía a la oficina y ya me estaba doliendo. Tal vez mi padre tenía razón y me estaba precipitando. Pero no podía estar en casa. No podía ver a mis padres y hermanos mirarme con esa cara con la que me llevan mirando los últimos meses. Aguantando las lágrimas para luego llorar en otros hombros, como me contó mi amigo Sergio que hizo mi madre el jueves -11 de febrero, Virgen de Lourdes, nunca se me olvidará esa fecha- mientras yo estaba a saber en qué lugar, bajo los efectos de la anestesia. Tengo que ocupar mi mente y liberar la de los demás.

El día ha sido como hubiera sido cualquier otro. Ponerme al tanto del correo, preguntar si se me ha echado de menos, mirar el extraño clima por la ventana, contestar lo más animadamente posible a las preguntas de mis colegas, con toda su buena intención y toda la grisura que inyectaban a mi ánimo. A veces, sentirse querido hace pensar en todo lo que estas a punto de perder…

Pero, de repente, ha ocurrido una cosa que en cualquier otra circunstancia, hubiera animado el día de cualquiera. Se le ha llamado el Milagro de Febrero en Tenerife. Por primera vez en los registros, ha nevado. En Tenerife. En la playa. Mientras mis compañeros salían a la calle a tocar y sentir la noticia del año, yo me he quedado mirando por la ventana.

Es curioso como un hecho tan inusual como mirar una nevada en una playa haga sentir tanta tristeza. No he podido contener el llanto. Menos mal que estaba solo. Pensar que todo el sufrimiento de los últimos tiempos, las recaídas, las conversaciones con los médicos mirando el posible tratamiento, la desesperanza, los rezos, la operación exploratoria del jueves, las horas postrado en el hospital, tengan como ultima recompensa el ver algo tan poco valioso -y de tanta belleza, eso sí- como que nieve en una playa semitropical, hace que uno se sienta algo muy insignificante. El ver un hecho que todo el mundo contará a sus nietos, pero casi seguro que tú no.

Pero nunca dejéis de confiar en los milagros. Porque hay veces en la vida en los cuales, en un momento, todo pasa del negro a al blanco y el mundo resplandece y huele a todos los tópicos que te hacen sentir bien; a leña, a hierba recién cortada, al pelo de la chica que te gusta. Momentos en los que ha merecido la pena todo el dolor y la angustia anterior, haciéndote creer que todo tiene un sentido, un objetivo. Hay momentos que valen una vida, tal vez no lo sepáis en ese instante, pero yo hoy lo he sabido.

Durante mi gran instante negro, sonó el teléfono. Era mi padre, que con la voz cortada por la emoción acertó a decirme:

– Hijo, vente para casa que han llamado del hospital… Compra champán de camino.

El resto es historia por contar. Brindemos por ello. Y por mucho tiempo.

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21 comentarios

  1. 1. Paola Panzieri, papan dice:

    Precioso, muy bonito e intenso. El milagro de la vida.

    Me ha emocionado y me he alegrado no sé si por él o por el padre.

    Está muy bien escrito, las imágenes que evocas están “pintadas” a la perfección. Se lee muy bien, de carrerilla, pero todo se te queda gravado.

    Me ha gustado especialmente el párrafo en el que dices “Porque hay veces en la vida en los cuales, en un momento, todo pasa del negro a al blanco y el mundo resplandece y huele a todos los tópicos que te hacen sentir bien; a leña, a hierba recién cortada,….”
    Ojalá hubiese muchos milagros como ese. Saludos

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 13:38
  2. 2. Anoide dice:

    Me he emocionado… Me toca de cerca este tema y es difícil contener el nudito en la garganta.

    Parece al principio que no pasa nada, que será un mal día cualquiera para el protagonista, y luego te encuentras con la realidad.

    Siento no poder decir mucho más… Me ha llegado. Un abrazo, Diego, y felicidades.

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 21:42
  3. 3. Ratopin Johnson dice:

    Hola Diego,
    Que abajo te han colocado está vez.
    Yo también me he emocionado, me he metido en la piel del personaje. Esa sensación de que cuando te ocurre algo grave, me refiero en cuanto a la salud, te das cuenta de lo que tienes alrededor; uno se identifica con ella. Cada párrafo va sumando, va añadiendo más a esa sensación. “Hay momentos que valen una vida”; es verdad que hay muchos que te tocan más, pero yo creo que todos. De hecho, está compuesta de momentos, y cada uno debe hacer lo que esté en su mano para estar lo mejor posible en todos ellos. El otro día leí una frase de Darwin que me parece bastante potente: “Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida.”

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 22:49
  4. 4. lunaclara dice:

    Hola Diego:
    Tu relato es uno de los que más me han gustado. Dices cosas universales, frases de libro, vaya, y de forma natural, con dolores, sufrimientos y… ay, llegas muy directo al corazón de los lectores.
    Genial!! Felicidades!!

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 09:09
  5. 5. Cesar A. Martin dice:

    Enhorabuena, un relato muy emotivo y de final feliz, una agradable lectura . con Cada relato te superas, se nota el cariño que le pones a tus escenas.
    Un saludo

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 11:01
  6. Felicitaciones, me ha gustado un montón. Una historia sencilla y emotiva que invita a reflexionar.

    Mención aparte la alusión a Serrat (uno de mis cantantes favoritos).

    Saludos.

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 19:08
  7. 7. juana Medina dice:

    Es lo primero que leo de tí (y de todos) pues llegué a literautas en diciembre. Diría que tu texto es casi de lectura obligatoria. Hablar así del sufrimiento contrapuesto a la maravilla de la vida puede hacerlo sólo quien ha estado en los límites.
    Emocionante, de veras. Felicidades

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 19:41
  8. 8. Peter Walley dice:

    Hola Diego,

    Qué bonito! Las imágenes están muy bien descritas, me ha aparecido en la cabeza el protagonista con el móvil en la playa nevada y me he emocionado. Muy bien hecho, sigue así.

    Saludos y feliz año.

    Escrito el 31 diciembre 2014 a las 11:51
  9. Enhorabuena Diego, un gran texto.
    Necesitaba una historia como la tuya, un poco de luz al final de un tunel muy largo.
    ¡Espero seguir leyendote en los próximos talleres!
    Un abrazo.

    Escrito el 31 diciembre 2014 a las 12:21
  10. 10. David Rubio dice:

    El primero que leo este mes y ¡RELATAZO! Muy bien seguida la frase obligatoria. El ritmo excelente, el estilo directo, sencillo: como debe ser. Me encantó
    Dijo Woody Allen que una de las cosas más bonitas que te pueden decir en esta vida es “es benigno”. Creo que resume las sensaciones que desprende tu relato. Feliz 2.015

    Escrito el 31 diciembre 2014 a las 14:18
  11. 11. Ana dice:

    Hola Diego,

    Qué relato tan emotivo. Me ha gustado mucho. Desgranas perfectamente el estado de ánimo del protagonista y el ambiente que flota alrededor de una enfermedad grave. Me ha emocionado especialmente la reflexión sobre la incertidumbre del futuro cuando el protagonista dice que los demás les contarán el milagro a sus nietos y él seguramente no.

    Genial.

    Escrito el 31 diciembre 2014 a las 19:28
  12. Hola compañero, primeramente agradecerte el texto.

    Relato muy emotivo, sabes perfectamente ir mostrando las sensaciones del protagonista. Técnicamente es bueno, el ritmo del texto se lee e forma muy ágil.
    También, me ha gustado mucho como nos muestras las imágenes, como si de postales se tratara, he podido imaginarme las playas de Tenerife blancas por la nieve. Una ambientación francamente buena.

    Las reflexiones del protagonista sobre las cosas importantes de la vida dan bastante consistencia al texto.

    Un saludo

    Escrito el 1 enero 2015 a las 10:07
  13. 13. Samantha dice:

    Muchas felicidades, Diego.

    El relato me a encantado, deja esa sensación lúgubre, y te vas adentrando y te va envolviendo en ese sabor a humedad, a tinieblas, ¡y de pronto! Luz, una nueva esperanza y el reconocer que quedan milagros en nuestras vidas; como en el caso del protagonista que lucha con tantas emociones y sentimientos.
    Me encantaron las pausas, muy bien logradas, consiguiendo el efecto deseado en el lector.

    Gracias por tan bien logrado relato.

    Escrito el 1 enero 2015 a las 23:24
  14. 14. Diego Manresa Bilbao dice:

    Muchas gracias a todo el mundo por los comentarios!!!! Me alegra que haya gustado y emocionado a la gente, a casi todos es un tema que nos toca, todos conocemos a alguien que ha pasdo lo mismo, con menos suerte que mi protagonista…
    Un saludo y feliz 2015 a todos!!!

    Escrito el 2 enero 2015 a las 11:50
  15. 15. Marcelo Kisi dice:

    Cuando alguien cuenta que algo es terriblemente hermoso, o tan bello que te hace llorar, como ese hombre y su llanto frente a un paisaje de nieve en el mar, estamos ante un escritor profundo y conmovedor. Felicitaciones!

    Escrito el 2 enero 2015 a las 14:09
  16. 16. Ginebra Morgane dice:

    A mí también me ha gustado mucho, desde el título hasta el final. Mira que se hacía difícil lo de integrar la primera frase en el texto y a ti te ha quedado muy logrado.
    ¡Felicidades!

    Escrito el 2 enero 2015 a las 19:49
  17. 17. Ryan Ralkins dice:

    Escrito de tal forma que se lee sin problemas, enganchando a uno desde el principio y apurando por saber el final. No te voy a negar que se me aguaron los ojos. Es un bonito, emotivo y gran relato. Felicidades.
    Saludos y nos leeremos.

    Escrito el 3 enero 2015 a las 00:23
  18. 18. José Torma dice:

    Hola Diego.

    Esta semana Santa van a hacer 3 años que vivi tu relato en carne propia.

    Miercoles de Ceniza me levato contento y dispuesto a ir a cumplir con el ritual y prepararme para esta vez vivir “verdaderamente” la Cuaresma.

    10 de la mañana en el trabajo me empiezo a marear, cai me desmayo.

    20 minutos despues y previo una visita rapida al medico cercano a la oficina, voy manejando a mi casa con el mundo volteado al reves… mi corazon esta fallando y fallando rapidamente.

    Por suerte mi historia tiene un final feliz, al igual que la tuya, pero quiero decirte que fui tu protagonista y que tu historia me llego muy dentro.

    Felicidades.

    Escrito el 3 enero 2015 a las 01:26
  19. 19. Marazul dice:

    Hola Diego:
    No había leído tu relato hasta ahora y ¡lo que me estaba perdiendo…! Ya mis compañeros han dicho casi todo y no tengo mucho más que añadir.
    Cruda realidad pura y dura, un toque de sensibilidad, y ración doble de esperanza. Todo ello escrito en una forma sencilla y muy correcta.
    Enhorabuena por tu relato Diego. Un saludo

    Escrito el 3 enero 2015 a las 17:13
  20. 20. julieta blanco dice:

    Precioso! Emociona realmente, y además has sabido describir al personaje y su entorno de una manera que llega mucho al lector. Me encantó.

    Escrito el 3 enero 2015 a las 20:03
  21. 21. Aurora Losa dice:

    Hola, Diego, sé que llego tarde a comentar los relatos que me quedaban, pero, como ya le he dicho a Iracunda, eso me ha despejado la mente y me alegro. Tu relato, que tiene un cuerpo, a priori, bastante amargo, no me ha provocado la tristeza habitual de estos textos, aunque hasta el final no se descubre la feliz noticia. Has imprimido a todo un estilo cotidiano, una vuelta a la normalidad que resulta reconfortante, aparte de la parte “cómica” de la nieve en Tenerife y cómo se lo toma el protagonista.
    Muy bien redactado y muy bien planteado, sin sentimentalismos excesivos, que suelen convertir estar historias en algo predecible.
    Enhorabuena. Ya queda menos para leer tu siguiente reto.

    Escrito el 12 enero 2015 a las 10:50

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