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Ostracismo - por El bruja

Ostracismo

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Y no estoy acostumbrado a que sucedan hechos semejantes. A veces pasan cosas buenas y no la paso tan mal; pero la constante es otra; es el hastío, el aburrimiento. Igual, sé que fuera de mi isla no se está mejor. Lo supe siempre. Los otros piensan que son libres, que deciden, pero no; allí nadie elige. Al menos yo, de tanto en tanto, respiro un aire distinto.
Hace mucho que estoy aquí. Tanto que ni me acuerdo. Al principio, creí que era un túnel. Pero una vez adentro me di cuenta de que era una isla. Creo que cuando llegué tenía unos 16 o 17 años. Tampoco sé bien como entré, pero no me pude ir más. “La culpa es de los libros”, decían; un chico que se la pasa leyendo tanto tiempo, solo, encerrado, tiene que terminar así. “Seguro qué es comunista… ¿no viste que anda con una remera del Che?”
“Es algo propio de la edad, los adolescentes pasan por altibajos emocionales todo el tiempo. Las hormonas están cambiando”, diagnosticaba el psicólogo y alentaba a mis padres. “Siempre supe que iba a terminar así, para mí que se drogaba…”, comentaba una vecina. Es más, algunos pensaban que mi situación era fácil de solucionar: “Laburar, le hace falta; que se levante todos los días a las 5 de la mañana y haga zanjas con una pala y vas a ver cómo se le pasa la locura esa”.
Lo cierto es que lo que en principio era un bajón propio de la edad, se fue extendiendo, extendiendo y extendiendo… Primero, dejé de hablar. No es que lo haya decidido, sino que sucedió, de repente. Alguien me habló y no respondí. “Nené… ¿estás loco? Respondeme, ¿estás loco?”. Yo nada. No emitía palabra. Tampoco pudo el psicólogo y me tuvo unas cuantas horas. Pero nada.
“En la infancia, hay que buscar pistas en la infancia…” , insistía el psicólogo pero chocaba con un chico casi ejemplar, abanderado; parco, pero gentil; un niño modelo.
Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Cambiaron los colores. Cambió el aire. Los aromas. No se fue la tormenta, pero sí varias nubes. Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro y puede que regrese. Me dieron ganas de volver. Creo que hay cosas que valen la pena, pienso que si el viento sopla en esa dirección es posible el regreso. No quiero ilusionarme. Voy a tratar. Sé que si naufrago no tendré cómo volver y que ya no encontraré la isla.
Me da un poco de miedo. Uno se acostumbra a la isla. Al principio no, pero después te vas dando cuenta de que los demás no están mejor, y que la isla puede ser muy acogedora. A veces, si la suerte acompaña y se conoce en detalle la geografía, se puede ver un aleph; otras cambiar y ser una cucaracha, de cuando en cuando se vomitan conejos y, no sin temor, se debe lidiar con gatos negros y cuervos parlanchines. Sí, claro, animales hay, tengo una suerte de bestiario. Las criaturas que habitan mi isla son míticas: un fauno, un lobo huargo y un centauro son mis preferidas. Junto a ellos uno se acostumbra y a veces la pasa bien. Por eso mi temor de abandonar la isla, pero sé que es ahora o nunca.
Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Hoy apareció Luciana.

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3 comentarios

  1. 1. Ana dice:

    Qué bonito y qué bien escrito. Metes de lleno al lector en el extraño mundo interior del protagonista. Me gusta que el milagro sea algo tan simple como la aparicon de una chica.

    Mi más sincera enhorabuena por un relato genial.

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 15:05
  2. 2. Ángel Gabriel dice:

    El relato esta bien elaborado, al principio se cree que esta el personaje central en una isla física, luego se comprende que su isla es su propio ser interior donde esta inmerso, lo cual nos sucede a todos en un momento dado de nuestra vida, ya que hay un sinfín de cosas que nos guardamos y que no deseamos dar a conocer a los demás. Como critica constructiva, es que me parece muy repetitiva la frase de que “hoy en esta isla a ocurrido un milagro”, porque al usarla tantas veces, haces que el lector despierte del letargo de la trama en la que lo tienes inmerso y, se de cuenta que es alguien que esta contando algo y, que no encontró otra forma de decirlo, en otras palabras al repetir mucho esa frase, despojas de su identidad al personaje central y te descubres diciendo no encuentro otra cosa que poner.
    Pero todo el relato en sí, está bien elaborado, es una buena historia. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES!!!!!!!!!!

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 22:27
  3. 3. David Rubio dice:

    Magnífico relato introspectivo. Un personaje muy bien retratado en sus miedos, en sus fobias. Un cierre, como han dicho, simple pero lleno de fuerza y de verosimilitud. Es muy difícil escribir este tipo de relatos sin enredarse o hacerse pesado pero lo has conseguido.
    Muy bien escrito, con frases claras y limpias. Hay alguna cosilla insignificante. Por ejemplo, en estas frases iniciales “A veces pasan cosas buenas (y no la paso tan mal); pero la constante es otra; es el hastío, el aburrimiento. ( Igual,) sé que fuera de mi isla no se está mejor. Lo que está en paréntesis sobra.
    Pero lo dicho mi más sincera enhorabuena y mis mejores deseos para este año que comienza.

    Escrito el 31 diciembre 2014 a las 15:40

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