Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Mundos paralelos - por tavi oyarce

Mundos paralelos
Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Un milagro que pudo suceder quince años atrás o no ocurrir nunca, pero Daniela, como una visión que emerge del pasado vino a interrumpir mis días ahora que no la esperaba.
Y aquí estás, como si volvieras del supermercado o regresaras del Mall atestada de regalos. Como si nunca te hubieras ido, como si recobrar el tiempo malogrado fuera tu desvelo. Acicalada de guirnaldas que han colgado en tu cuello los habitantes de la isla, me regalas un bolso de lana ─qué ironía─ con mi nombre grabado para sorprenderme, pero debes saber que el tono de tu voz te delata y para mí, eres ceniza de papel en la esquiva memoria. El día que te fuiste como una diva o como quién deja atrás un infierno de privaciones, la ironía era el cauce por donde se arrastraban tus palabras. Te llevaste a Francisca que asida a tu mano, sollozaba, nada pude hacer por ella. La isla ensombreció cuando el barco comenzó alejarse hacia el continente. Sabía que te esperaban al otro lado del mundo. Me juzgaba pequeño, suicida, ni siquiera me daba cuenta del transcurrir de las horas. Quería odiarte, ser indiferente pero solo conseguía gritar: ¡Daniela! ¡Daniela! como si llamarte calmara mi impotencia.
Cómo ves no soy el mismo. Mis ojos no tienen la agudeza de otros tiempos y el lenguaje del mar llega difuso a la conciencia. No podría definir el tiempo que aguardé tu regreso, mes a mes iba al otro lado de la isla solo para ver si descendías de algún barco que atracara en el muelle. Desde el espigón observaba el desembarco de los pasajeros como quien espera una tregua o una misiva; hasta que un día, cuando todo no fue más que un segundo de luz, entre barcos, muelles y navegantes fuiste para mí una hoja desecada en el húmedo cemento. Lejos tus insultos, la injusta soberbia de tus caprichos.
Mientras hablo de mi vida el barco que te trajo a la isla enfila su proa hacia el oriente. No entiendo la absurda decisión de venir a visitarme, tampoco el afán de tu silencio. Te veo triste como si la luz se apagara en tu piel y nada esperaras de este viaje; sin embargo, un brillo en el fondo de tus ojos me advierte que volverás a mentir.
Coges mi mano y como si nunca te hubieras ido guías mis pasos hasta la frondosa arboleda. Hay rumor de hierba trasnochada, de fragancias de pinos en el aire. Ritmos de tambores surcan desde la costa en busca de sus dioses; el incienso se filtra en el ramaje y tú hueles a incienso y yo huelo a incienso. En la magia de este día en que todo parece flotar eres como un sueño. Un sueño que revive la antigua ternura de mi juventud. Reprimo el impulso de tomar tu mano, de acariciar tu mejilla, y para evitar que descubras mis deseos pregunto por Francisca, me observas extraña, como si yo hablara el lenguaje de otro mundo y ni siquiera intentas una explicación.
Caminamos por un estrecho sendero donde el sol no logra asentar su presencia. Sé qué lloras porque escucho el sollozo de tu llanto, pero llorar para ti es una forma de chantaje y no creo en tu congoja.
─¿Por qué te fuiste Daniela? ─pregunto y tus ojos se abren sorprendidos─. ¡Habla! Habla de una vez…
Entonces como si quisieras recobrar el decoro perdido, bajar del limbo donde te refugias; entornas la cabeza, apoyas tu pequeña mano en mi hombro y abres tus labios para regañarme:
─¡Papá! Por favor. Cuantas veces debo repetir ¡No soy Daniela, soy Francisca! Mamá murió cuando el barco naufragó en los farallones que rodean la isla. Nunca has querido volver al continente. Te aferras a la idea que mi madre algún día volverá.
Muerdo mis labios, nada digo… qué podría decir… es otra jugarreta de Daniela.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

10 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    Hola! Veo que dominas muy bien el lenguaje. Yo, al leerte, me he sentido melancólica y triste. Al final también, al descubrir la verdad.
    Gran relato, de mucha calidad.
    Será un placer seguir leyéndote.
    Felicidades!!

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 12:42
  2. 2. Tavi Oyarce dice:

    Gracias a los que comentaron mi relato y vertieron tan valiosos conceptos. Seguiré esforzándome.
    Gracias además a lunaclara por tus palabras.
    Feliz amo nuevo

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 19:45
  3. 3. Paola Panzieri, papan dice:

    Me ha gustado, está bien escrito y la historia es muy buena, la sorpresa del final despierta ternura y entiendes porqué dice “me verás distinto”. Ha pasado mucho tiempo y él es ya un viejo y solo ve…lo que quiere ver.

    “la isla ensombreció cuando el barco comenzó a alejarse” muy logrado

    “y el lenguaje del mar llega difuso a la conciencia” una imagen preciosa

    ” Hay rumor de hierba trasnochada, de fragancias de pinos en el aire” me encanta.

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 22:21
  4. 4. Marcelo Kisi dice:

    Hola Tavi! Me conmovió tu relato, sabes escribir! Qué buen estilo para el monólogo interior! Me gustó mucho. Te haría un aporte, empezando por un ajuste nimio: el protagonista nunca deja de esperar a Daniela, hasta que la ve bajar del barco, porque es su obsesión. Sin embargo, en el primer párrafo dice: “ahora que no la esperaba”. Quizás es parte de su psicología: esperar sin admitirlo. Pero al lector no le llega así. Fíjate si quieres dar una pincelada por ahí. El otro ajuste: el mundo paralelo, o sea la realidad de cómo ocurrieron de verdad las cosas, está al borde de ser muy arduo para la imaginación. ¿Entonces la que se fue un día dejándolo atónito era Francisca? ¿Pero por qué se fue? ¿Tal vez a hacer su vida, estudiar y casarse? ¿Tenía una niña de la mano, que entonces vendría a ser su nieta? ¿O en realidad no se fue (dice que le dijo “muchas veces” que ella no era Daniela)? Leo estos interrogantes otra vez, y me pregunto si el problema soy yo, que como lector estoy demasiado acostumbrado a una comodidad de Hollywood. Quizás tú y otros compañeros quieran ayudarme con su opinión. Pero me da la sensación que resolver uno solo de los puntos (Francisca nunca se fue, por ejemplo, está casada y tiene una hijita a la que lleva de paseo al continente, de ahí la imagen de una mujer con una niña de la mano) ayudaría a imaginar el resto y a medir mejor el grado de locura de este buen hombre. O si eso es demasiada info, quizás mostrar a la niña, la hija de Francisca, jugando entre los árboles. Con eso me conformo, el resto me lo armo, lo juro. ¿O seré nada más un holgazán, un Homer Simpson de la lectura? Pero son ajustes leves, pequeñísimos, te repito: ¡Una delicia de relato y te voy a seguir! 🙂

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 07:35
  5. 5. José Torma dice:

    Que tal Tavi?

    Tu relato destila tristeza, melancolia y nos paseas por esas emociones sin nunca estar seguros de que es o a donde nos llevas. Si algo no me gusto de tu relato fue el nombre de Francisca, pero solo en contraposicion a Daniela que es a mi gusto uno de los nombres de mujer mas bellos que hay (sin ningun mottivo jaja)

    Al final muy triste. He visitado ese universo donde los viejos pierden a su pareja y eluden la realidad. Muy bonito, me llegaste.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 2 enero 2015 a las 21:27
  6. 6. Anoide dice:

    Me encanta, así sin más. Es una maravilla cómo manejas el lenguaje y creas metáforas tan bellas. A ver si se me pega algo de ti 😛

    De todas formas, debo decir que me he encontrado igual de confusa con Marcelo. No sé si Daniela murió y Francisca fue quien se marchó con su hija… O si Daniela se fue, ¿cuál fue la razón?

    Felicidades por tu relato. Te sigo a partir de ahora 🙂

    Escrito el 3 enero 2015 a las 19:39
  7. 7. Tavi Oyarce dice:

    Hola Marcelo y Anoide:
    Pasada las fiestas de fin de año, revisaré el relato, en una de esas encuentro la causa que produce la confusión.
    Para aclarar las dudas: es Francisca la que ha llegado a la isla y escucha las divagaciones de su padre sin interrumpirlo, sabe que vive en un mundo paralelo, pero al final no resiste e intenta convencerlo. Lo que a todas luces es inútil cuando la la mente y la memoria,pierden su eje.
    Muchas gracias por los comentarios.

    Escrito el 4 enero 2015 a las 23:57
  8. 8. Tavi Oyarce dice:

    José y Paola
    Gracias por sus comentarios

    Escrito el 5 enero 2015 a las 00:00
  9. 9. David Rubio dice:

    Muy buen relato. Creo que se entiende que su mujer murió y la confunde con su hija.
    Más a fondo lo que revisaría sería el redactado del final. Hasta el diálogo esclarecedor nos regalas un texto muy hermoso, sin caer en la pedantería ni en un excesivo dulce. Lo mejor del relato.
    Sin embargo el final es un diálogo de esos explicativos y por tanto poco naturales. Quieres utilizar esa intervención para explicarlo. Creo que deberías hacerlo de forma más sutil, sin diálogo para no romper el estilo del resto del relato, sugerirnos lo que de verdad sucede sin explicarlo.
    Creo que eso redondearía el excelente relato.
    Saludos

    Escrito el 13 enero 2015 a las 00:55
  10. 10. Tavi Oyarce dice:

    Gracias David.
    Lo tomaré en cuenta. Acertado tu comentario.
    saludos

    Escrito el 13 enero 2015 a las 19:43

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.